Por Sebastián Saade / @seba_saade
El presidente Mauricio Macri junto a los gobernadores mineros viajó a la localidad sanjuanina de Barreal para anunciar la quita total de las retenciones a la minería.
Las asambleas que ya se encontraban en alerta cuando días atrás funcionarios del ministerio de minería anunciaban la necesidad de un nuevo código federal minero que impulse nuevamente la actividad. Andalgalá sigue acampando frente a la Corte Suprema de Justicia y Jáchal sigue esperando respuestas ante el derrame de cianuro en la mina Veladero.
El decreto 349/2016 fue publicado en el boletín oficial el 15 de febrero pasado. En uno de sus primeros párrafos inventa una rara interpretación en su fundamentación. Según el diagnóstico macrista, las retenciones afectaron seriamente la competitividad de las pequeñas y medianas empresas. Claramente esta idea se basa en la necesidad de alivianar las críticas que se aprestaban a recibir. En un momento donde las economías regionales claman a gritos soluciones inmediatas para el sector. En la misma semana donde se conoció que en el alto valle de Río Negro tuvieron que tirar miles de kilos de peras, un buen justificativo es relacionar la quita de las retenciones con los pequeños productores. Ni siquiera las declamaciones de ciertos sectores aliados del radicalismo y el massismo lograron frenar las nuevas definiciones políticas en materia de minería.
La medida es una extraordinaria transferencia de ingresos a las empresas trasnacionales ya que reducirán un 8% los costos y a su vez el Estado Nacional dejará de recaudar U$S 223 millones por la eliminación de las retenciones. Independientemente de la recaudación que deja de percibir el estado argentino, más importante aún es la pérdida de soberanía a la que nos somete el gobierno de Mauricio Macri.
Frente a este diagnóstico las asambleas ciudadanas se aprestan a resistir un nuevo avance extractivista. Saben que la lucha se va a intensificar. Lo sabían desde antes de que asuma el nuevo gobierno y reafirmaron sus convicciones cuando el nuevo Subsecretario de Desarrollo Minero y ex CEO de la Barrick Gold, Mario Capello, planteó que su “principal preocupación es hacer que vengan inversiones para minería sustentable para todas las provincias mineras”.
Agua Rica no pasará
Los integrantes de la Asamblea El Algarrobo de la localidad de Andalgalá, están acampando frente a la Corte Suprema de Justicia en la ciudad de Buenos Aires. Sergio Martinez y otro grupo de representantes de la asamblea catamarqueña reclaman en Plaza Lavalle que los jueces de la Corte resuelvan el amparo que prohíba la explotación del emprendimiento Agua Rica. Este acampe coincide con el aniversario de la represión que sufrieron en Andalgalá en el año 2010 cuando se manifestaban en contra del mismo proyecto. Desde la Asamblea El Algarrobo expresaron a Marcha su preocupación por que las políticas macristas en materia de minería profundizan lo que hizo Menem y el kirchnerismo, de manera absolutamente inconsulta.
Sergio Martínez, expresó que “esta situación nos hace ver que vamos a tener que seguir en las calles. Mas unidos para defender a nuestro territorio y a nuestros bienes comunes. Es gravísimo lo que está haciendo este gobierno, en regalar nuestros bienes más preciados como son el agua, el aire y nuestro territorio”. Las asambleas ciudadanas lo tienen bien en claro. Las retenciones es solo un disparador en la discusión, la gota que rebalsó el vaso en esta larga lucha. Lo que están poniendo en cuestión los pueblos afectados por la megaminería es sencillamente que no hay licencia social para que un puñado de políticos entregue las tierras y las montañas, el agua y el aire. La identidad de un pueblo no vale ni siquiera unos cuantos millones. Las montañas se resisten a desaparecer y los pueblos también. Porque en cada cráter gigantesco que nace en nuestra cordillera, un poco de ese pueblo que suele estar montaña abajo, empieza a irse un poco también. Muestra de ello es que hace 15 días que integrantes de la Asamblea El Algarrobo resisten la megaminería en la ciudad de Buenos Aires, donde dicen que a veces atiende Dios. Lo único que podemos afirmar es que sí atiende El Gran Capital.
Jáchal no olvida
Otro de los pueblos paradigmáticos en la lucha contra la megaminería es el pueblo de Jáchal. Este pueblo tiene enfrente a la empresa canadiense Barrick Gold, insignia de la megaminería. Los jachalleros no solo son famosos por resistir a las corporaciones en el patio de su casa. El año pasado la Barrick les dejo el regalo más temido, un derrame de cianuro en la cuenca del Río Jáchal. El derrame de agua cianurada se produjo en plena campaña presidencial donde los principales candidatos presidenciales ni siquiera esbozaron un intento de repudio a la actividad minera, y menos el envío de ayuda para la población sanjuanina. Hacerlo implicaba reconocer la lucha de los pueblos por prohibir la megaminería a cielo abierto.
El referente de la Asamblea Jáchal no se toca, Mingo Jofré, dialogó con Marcha acerca de la eliminación de los derechos de exportación a la actividad minera. La posición de la Asamblea que aún se está produciendo no se va a referir solamente al anuncio de Macri en San Juan, sino a la serie de beneficios que desde la implementación del código minero se han venido haciendo hasta esta última medida. “Las concesiones no fueron a la minería sino a la megaminería con lixiviación con uso de cianuro o de algún otro elementos ejecutadas en latinoamérica por las corporaciones mineras que tienen un pasado de contaminación y de saqueo que es reconocido a nivel mundial” expresó Jofré a este portal.
Mingo Jofré identifica con claridad a los principales responsables del saqueo y la contaminación al que nuestros pueblos están siendo sometidos. “En los últimos veinticinco años los funcionarios de gobierno, tanto de San Juan como a nivel nacional, son meros gerentes de las corporaciones” ratificó. La afrenta al pueblo de Jáchal se intensifica y adquiere un tono burlón cuando el presidente Mauricio Macri llegó hasta la provincia para anunciar el fin a las retenciones mineras y decirles que son un ejemplo a seguir en materia de minería. En ningún momento el presidente hizo referencia a que la provincia de San Juan y sus controles fueron los responsables de que “la empresa derramara más de un millón de litros de agua cianurada por lo menos en las nacientes del Río Jáchal”.
En el discurso de Macri ni en ninguna parte del decreto figura como está el pueblo jachallero, que les pasó o que necesitan. Al igual que el gobierno de los Kirchner, el macrismo cae en la misma tentación: el olvido. Todavía los jachalleros esperan esa visita, esa reunión o esa ayuda.