La movilización saliendo de Panambí hacia Posadas. Crédito: Sergio Alvez
Miles de brasileros, misioneros y correntinos se movilizan desde el lunes en defensa del medio ambiente. Exigen al gobierno nacional y provincial la implementación de un plebiscito sobre el proyecto hidroeléctrico Garabí-Panambí.
El frío y la llovizna acompañaron el lunes a los manifestantes que partieron desde Panambí para llegar a Posadas el sábado 28. La convocatoria se denomina “Marcha por el Sí a la Vida, la libertad de los ríos y el NO a las represas”. La movilización exige además el cumplimiento de la Ley IV-Nº 56 que obliga al Estado misionero a convocar a un plebiscito vinculante, obligatorio e irrenunciable antes de encarar cualquier emprendimiento hidroeléctrico.
En diálogo con Radio Sur, Nora Dedieu, Secretaria General de ATE Misiones, dijo estar “feliz por la respuesta del pueblo misionero, por el compromiso y el nivel de conciencia para defender sus bienes comunes” y sostuvo que la convocatoria “superó ampliamente las expectativas” y “sigue sumando participantes a medida que avanza”.
Según los manifestantes la oposición a los proyectos hidráulicos en Misiones tiene que ver con las consecuencias que generará el cambio en el curso natural de los ríos. Las mismas se relacionan con la creación de grandes lagos que se convertirán en reservorios de insectos y algas que pueden ser factores contaminantes y reproductores de enfermedades. A su vez las familias que viven a la vera de los ríos deberán ser desalojadas de sus tierras para construir las represas.
En este sentido Deudeu agregó que “la energía que se generará no es para los misioneros, a nosotros nos van a dejar la muerte y la energía nos la van a robar para otros, para las transnacionales que actúan en complicidad con los gobiernos”. Además sostuvo que la protesta busca “concientizar a los gobiernos locales, provinciales y al gobierno nacional para evitar que estos mega empredimientos hidroeléctricos se realicen en esta zona del país que es subtropical y que según la Organización Mundial de la Salud por su tipo de clima es una zona prohibida para realizar represas”.
Sergio Alvez, periodista de Revista Superficie de Misiones explicó a Marcha que el proyecto hidroeléctrico Garabí-Panambí data de 1972 y es un acuerdo firmado por Argentina y Brasil a través Agua y Energía Eléctrica (AyE) de Argentina y Centrais Elétricas Brasileiras S.A. (ELETROBRAS) del Brasil. El mismo implica la instalación de dos centrales hidroeléctricas, una en Santa María (Brasil) y la otra en Garruchos (Argentina). Las represas afectarán particularmente a los pueblos ribereños de la provincia de Misiones abarcando, según datos del consorcio constructor, 90 mil hectáreas totales habitadas por 15.000 personas, principalmente pequeños productores y pueblos originarios.
Para Alvez las consecuencias del emprendimiento son de tipo “ambiental, social y laboral ya que miles de familias dejarán de vivir de la pesca y el cultivo y tampoco recibirán las indemnizaciones que corresponden”. Además habrá “consecuencias de tipo ambiental por la generación de nuevas enfermedades y focos infecciosos”.
El periodista sostuvo que si bien la Ley Nº 56 que obliga al Estado misionero a convocar a un plebiscito vinculante, la existencia de un acuerdo binacional preexistente pone en riesgo esa posibilidad. Es por ello que las organizaciones populares y ambientalistas han definido salir a las calles para hacer escuchar su reclamo. Según Álvez “el 80% de la población de Misiones no quiere represas”.