Por Claudia Korol
Rafael Nahuel tenía 22 años. Sí, 22 años. Y fue asesinado por equipo de Albatros de Prefectura, en la Lof Lafken Winkul de laVilla Mascardi. Como tantos otros pibes y tantas otras pibas asesinadas por el Estado, Rafael fue víctima de una cacería, de un ataque cobarde y desigual por parte de las fuerzas de seguridad. Unas palabras de Claudia Korol para tener su memoria presente y su lucha junto al corazón.
Mirá Rafita. Esa bala que te cortó el vuelo, no será olvidada por la gente de la tierra. No será olvidada por el pueblo mapuche.
Mirá Rafita. Esa bala que nos revienta el alma, no será perdonada por quienes te conocimos precisamente en el momento en que empezabas a partir, con un asombro infinito y sin despedidas.
Mirá Rafita. Esa bala nos atraviesa la piel que intentamos cicatrizar, en el preciso lugar donde tenemos tatuado a Santiago.
Mirá Rafita, mirá la huella que grabaste en nuestra memoria colectiva, con tu mirada tan Luciano, tan Mariano, tan Maxi, tan Darío, tan Matías Catrileo, tan Kevin, tan Ezequiel, tan Jere, tan Mono, tan Patom, tan Pocho, tan cada uno de nuestros pibes masacrados.
Mirá Rafita. Esa bala que te atraviesa nos está quemando. Porque ¿qué haremos ahora con este silencio que nos invade, o con los gritos que no alcanzan a despertar a lxs indiferentes?
Mirá Rafita. Mirá este odio recién estrenado que lleva tu nombre. Mirá cómo nada nos alcanza para detener la crueldad que llena todas las esquinas.
Pero mirá, Rafita. Mirá también las banderas en la plaza, una tarde dominguera. Mirá a esas Madres que se ponen el pañuelo y llegan con los ojos llenos de memoria. Mirá a esos pibes que se te parecen tanto, a esos pibes y a esas pibas poderosas, que llevan tu rostro pintado sobre sus caras. Mirá el fuego que los quema.
Mirá Rafita cómo andamos desorientadas con tu ausencia, y qué fiero resulta caminar, comer, o hacer cualquier gesto cotidiano.
Mirá Rafita. Mirá cómo buscamos entre las palabras cuáles usar para nombrarte. Mirá este silencio que construimos con nuestra muda indignación. Mirá como nos atragantamos con el grito inútil. Mirá cómo no sirve el lenguaje cuando vos estás muriendo, asesinado por los criminales plus cuan prefectos.
Mirá Rafita cómo sube la marea. Mirá que cuando llegue a estas playas tendrá tu rostro. Mirá que ahí viene Rafita.
Mirá que ahí va.
Mirá la bala Rafita. Mirá su recorrido. Mirá como desgarra nuestra canción, nuestra poesía, nuestra alegría, nuestro lenguaje colonizado y colonizador.
Ahora mirá a la tierra Rafita, y mirá a la gente de la tierra. Tal vez sea en mapuzundgun la revancha. Tal vez sea en la lengua que resiste los silencios, la lengua de los que saben vencer las derrotas.
Marrichihueu, Rafita. Marrichihueu.
Diez veces venceremos. Hasta la ternura siempre.