Mas de 100 trabajadores, en su mayoría mujeres, resisten al intento de cierre de la fabrica de golosinas de la empresa Suschen. Desde hace un mes cientos de familias que se quedaron sin empleo y sin indemnización respondieron con la ocupación de la planta en defensa de los puestos de trabajo, esto significó un vuelco en sus vidas. “Siempre pensas que no te va a tocar, hasta que te toca” dice una de ellas.
Por Juan Dias para Colectivo Conurba
La mayoría son madres solteras y sostén de hogar, de entre 17 y 25 años de trabajo. Jamás imaginaron estar viviendo una situación donde tuvieran la incertidumbre de no poder cómo garantizar el plato de comida.
Tras 43 años de actividad, cerró la empresa, conocida por las golosinas emblemáticas como las “Mielcitas”, el “Naranjú”, o los alfajores Suschen. Era una de las mayores productoras del sector en la Argentina, cerró su sede en la localidad bonaerense de Rafael Castillo.
En la última reunión, encabezada por Dante Sica, les dijeron ‘hasta acá llegamos’. “La gente durmió en la fábrica para resguardar las máquinas, para que no se las lleven. Es tremendo, tenemos que ver qué hacemos”, comentó uno de los trabajadores.
Las patronales que les han propuesto hacerse cargo de la planta buscan barrer a la mitad de las operarias desconociendo los años de antigüedad, lo que ha sido rechazado unánimemente por la asamblea.
Silvia, delegada, frente a distintos trabajadores que apoyan la lucha, dijo: “Sepan que no vamos a tolerar que nos dejen compañeros/as afuera, si Mielcitas no puede ser de nosotras, no será de nadie”.