Por Mario Hernández
Entrevista a Guillermo Almeyra, editorialista internacional de La Jornada en México. El Ejecutivo está detrás del narcotráfico y de los delincuentes que asesinan periodistas mexicanos. Anuncian campaña contra la censura y por la libertad de prensa.
M.H.: Quiero empezar refiriéndome a la situación de un país donde usted vivió muchos años, donde tiene un gran reconocimiento intelectual y profesional. Cuando comento que Guillermo Almeyra es miembro de la Academia de Ciencias de México, es uno de los dos cientistas sociales junto a Ana Poniatowska que integran la Academia, mucha gente se sorprende del reconocimiento que el pueblo mexicano le ha hecho. En México se está viviendo una situación particularmente grave, es uno de los dos países más violentos del mundo luego de Siria, donde se está desarrollando una guerra y han destruido todo, donde 5 millones de personas han tenido que migrar. Últimamente en México ha tomado estado público el asesinato de periodistas, en estos momentos hay un periodista que está desaparecido hace varios días.
G.A.: Entre los asesinatos últimos está el del compañero Valdez, después de la compañera Miroslava, ambos de La Jornada, periódico en el que trabajo. Él un hombre de izquierda, ella una luchadora permanente por los derechos democráticos que han sido asesinados no por el narcotráfico como pretende el gobierno, sino por el poder y el sistema capitalista. El narcotráfico no podría matar si no tuviera la complicidad de los gobiernos estatales y nacional, no podría subsistir si no tuviera el apoyo de EE.UU. que es el principal consumidor y tampoco si se suprimiera el secreto bancario y se controlaran las cuentas, porque el narcotráfico necesita lavar dinero y los bancos lavan el dinero del narcotráfico en México impunemente.
Ha sido un asesinato del sistema, del Estado y de la delincuencia, del sistema capitalista del cual el narcotráfico es una de las partes porque mueve miles de millones de dólares y del sistema político y de la disgregación del Estado, porque lo mataron a medio día en la calle, y sabiendo que estaba amenazado de muerte no tenía protección.
Quieren acallar a los que los denuncian y, sobre todo, a las voces del periodismo de oposición, es un golpe contra La Jornada y todos nosotros. Todo demócrata en todas partes del mundo debe denunciar estos asesinatos a periodistas, porque no es un asesinato de un trabajador solamente, que ya de por sí es monstruoso, sino también el asesinato de un trabajador que informa y abre conciencia, es un atentado contra los derechos democráticos y la información.
M.H.: Ayer nos visitó un compañero que hace cuatro años fue herido con balas de plomo aquí, en oportunidad del desalojo de la Sala Alberdi. Hay tres policías siendo juzgados, hoy se van a conocer los alegatos y esperemos que tengan la sanción que se merecen. Pero este periodista atacado, que es de un medio alternativo llamado DTL, denunciaba que se escuchó en el momento de la represión que la orden había sido dada por el Ejecutivo de la Ciudad de Buenos Aires, ni siquiera por la Justicia. Esto abona lo que usted está señalando respecto del papel que juega el poder político en este tipo de casos.
G.A.: En efecto, es así. La CIDH, que averiguó por ejemplo sobre el caso de los desaparecidos en Ayotzinapa, no pudo investigar a uno de los principales responsables y probablemente la mano concreta que secuestró y asesinó, no pudieron entrar en los cuarteles del Ejército de Iguala, no pudieron hablar con ninguno de los militares.
El Poder Ejecutivo está detrás del narcotráfico y detrás de los delincuentes que asesinan. En México ya hay varios gobernadores pertenecientes al partido gobernante que están presos por narcotráfico, uno de ellos viene del PRI y está preso desde hace años; era el gobernador de Quintana Roo y un agente de narcotráfico en Colombia y en EE.UU. Hay una polución, es un problema político, por eso la gente une el “Los queremos vivos” con “Fuera Peña” y con “Fue el Estado”, reconoce que son el Estado capitalista y el Presidente los responsables.