Por Redacción Marcha
Para afrontar la situación de vaciamiento y falta de pago de salarios, pero también para defender la pluralidad de voces en los medios, se realizó ayer un gran festival en Parque Centenario.
El vaciamiento del Grupo 23, que dirigen los empresarios Sergio Szpolski y Matías Garfunkel, comenzó hace ya dos meses y cuenta con estrategias, que comienzan con dejar de pagar a las imprentas, luego los salarios de quienes trabajan allí y, finalmente, el alquiler de los locales, con lo cual el proceso es lento y perverso para quienes se quedan en una situación de desamparo.
23 es dueño de las de las revistas Cielos Argentinos y El Gráfico, del portal Infonews, de las radios Splendid, Rock&Pop y Vorterix, del canal CN23, y del diario gratuito El Argentino. El viernes 22 de enero pasado se vendieron el diario Tiempo Argentino y Radio América pero, pese a la primera alegría, la situación no parece haber cambiado para sus trabajadoras y trabajadores.
Es así que ayer organizaron, desde el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBa), que los nuclea, un gran festival en el Parque Centenario, al que asistieron miles de personas y en el que participaron músicos y músicas de renombre, como el Chango Spaciuk, Liliana Herrero, Bersuit Vergarabat, Ariel Pratt y Las Manos de Filippi, pero también dieron su apoyo personalidades de derechos humanos, como Taty Almeida, de la cultura, como Horacio González, y por qué no, del fútbol, como el Pepe Chatruc que invitó a las y los más pequeños a jugar un fútbol tenis en el costado del escenario.
“Se tienen que defender las fuentes laborales pero también el derecho a la información”
Ivana Romero es trabajadora del diario Tiempo Argentino y también una de las voceras para explicar de qué se trataba esa intervención abierta en un espacio público. “El grupo está formado por 800 trabajadores y trabajadoras y en el diario somos alrededor de 200. Si bien tanto Radio América como este diario fueron vendidos a un nuevo dueño -un grupo que se llama MDeluexe, a cargo de Mariano Martínez, de quien desconocemos casi todo aunque sabemos que está vinculado a la producción de espectáculos- igual se nos adeuda el aguinaldo, el sueldo de diciembre y ahora el sueldo de enero. Se van a cumplir dos meses de que no estamos cobrando haberes”.
Si bien la lucha de cada trabajador y trabajadora de prensa viene siendo permanente: asambleas, reuniones en el Ministerio de Trabajo, la realización de un diario cotidiano que implica redoblar esfuerzos en el medio de un conflicto, la decisión de hacer un festival cultural tiene sus razones: “Este festival, tiene que ver con el rock, con la música popular, con el arte, pero que sobre todo es un hecho político muy importante para el gremio de prensa, justamente porque nos sitúa como trabajadores y trabajadoras. Es decir, históricamente nuestro gremio ha pertenecido a una cierta zona de confort, pero debimos organizarnos y exigir nuestros derechos”, explica Ivana.
Y agrega que la responsabilidad y el objetivo, además del trabajo en sí, es mayor para ellos y ellas: “Por otro lado, esta también es nuestra herramienta de lucha: tomar la palabra y explicarle a la sociedad lo que está pasando. Porque no solamente estamos defendiendo nuestros puestos de trabajo, sino que estamos defendiendo el derecho a una sociedad plural en lo que respecta a su derecho a la información”.
Además de los números musicales que empezaron a las dos de la tarde y se extendieron hasta bien entrada la noche, hubo urnas para colectar dinero para el fondo de lucha, además de alimentos no perecederos, y el parque lucía las portadas que se organizaron desde los diferentes medios en conflicto y que informaban a las y los asistentes sobre el problema y el desarrollo del conflicto.
Respecto de cómo fue tomando forma esta lucha colectiva, Ivana explica que, si bien 23 es un Grupo heterogéneo pero que decidieron unificarse para hacerse oír más fuerte y para mostrar la unión entre compañeros y compañeras. Por eso, “el plan empezó cuando se empezaron a atisbar los primeros signos de vaciamiento, ya en noviembre, con el cierre de los Argentinos zonales, esa fue la mecha que encendió el fuego porque las y los compañeros de los zonales no han recibido telegramas de despido porque Spolzki dice que no les puede pagar indemnización. Eso los deja en una situación indefensa absolutamente”. Y agrega que “estamos exigiendo paralelamente la intervención del Ministerio de Trabajo porque es una situación sumamente crítica, compleja e ilegal. En lo que se trata de cada medio en Radio América hay un paro total de actividades y en Tiempo Argentino se quitaron colaboraciones en los diarios del sábado y el domingo y el de hoy, lunes, no saldrá a la calle”.
La periodista Romero intenta explicar el esfuerzo cotidiano que significa estar en todos los frentes de disputa: “Es importante comentar que si el diario no estuvo alguna vez en la calle fue por decisión de la patronal. Nosotros estamos en pleno conflicto, yendo al Ministerio de Trabajo, participando de asambleas, haciendo el festival y, además, sacando el diario todos los días. Porque los y las trabajadores lo que queremos en garantizar el diario en la calle y el mejor diario posible”.
Y su explicación viene de la mano de lo que significa el cerco mediático que se ha ido tejiendo entre empresariado y poder político en los últimos meses. La idea de medios concentrados que hablan sólo de buenas noticias, de perros sentados en sillones presidenciales o de la manera moderna en la que vivir con menos no significa empobrecimiento sino ser “cool”, se extiende en el último tiempo. Y entonces, también, está la disputa por la información, y está, también, la fuente de trabajo. “Somos trabajadores y trabajadoras de prensa y no somos quienes decidimos la línea editorial. Es complejo el vínculo con las empresas, y también explicarle a la gente que uno no siempre está de acuerdo en todo lo que está expresando el medio donde trabaja”, aclara Ivana. Y, para cerrar, agrega: “No son cosas que podamos decidir tan fácilmente pero es un momento muy complejo en el que se tienen que defender las fuentes laborales pero también el derecho a la información, y a una información plural”.