Por Vivian Palmbaum
Un nuevo aniversario del natalicio del militante popular Martín “Oso” Cisneros, asesinado en 2004, encuentra al país atravesando un contexto político de emergencia social, mientras se avanza con la criminalización de la protesta y se intenta juzgar a sus compañeros por una causa que debería estar prescripta. Mañana, como cada año, se realizará un homenaje con la presencia de organizaciones del campo popular.
Cada 22 de marzo la Organización Social y Política Los Pibes ha fijado la fecha en que conmemora el natalicio del militante Martín “Oso” Cisneros. Una celebración de la vida y la militancia que recuerda a quien se constituyera en emblema y símbolo de lucha. Para cada militante de la organización es un día especial, una celebración con un fondo de tristeza contenida. Este año nos encuentra en un contexto de persecución y criminalización de la protesta social, con las organizaciones populares movilizándose, en unidad, frente a un gobierno que ha asumido para defender los intereses corporativos, de espaldas a los ciudadanos a los que debiera representar, lo que pareciera indicar una creciente pérdida de legitimidad en la representatividad institucional. La emergencia social es un hecho con un país en donde hay 13 millones de personas bajo la línea de pobreza, tal lo que ha indicado el último relevamiento del Observatorio de la Deuda Social de la UCA.
Este 22 de marzo, al mismo tiempo que el asesino del militante Martín “Oso” Cisneros ha recobrado su libertad, sobre sus compañeros aún pesa una causa judicial por “La Toma de la Comisaría 24”, que sucediera como respuesta a la protección policial al asesino. Una causa que después de casi 13 años, de ocurrido el hecho, parece más destinada a prescribir que a engrosar el pesado entramado judicial, que siempre perjudica a los mismos. Una acusación donde se imputa a Luis Bordón, Luis D´Elia y Lito Borello por liderar la toma, bajo la acusación de: “daño agravado por tratarse de bienes de uso público, en concurso ideal con atentado a la autoridad, daño simple en concurso con privación ilegítima de la libertad coactiva, amenazas con el objeto de obtener la concesión por parte de los poderes públicos”. Coacción agravada es la carátula que no permite la prescripción de una causa que tiene pruebas débiles y solo grandes consecuencias mediáticas y ejemplificadoras.
Historia del 25 de junio de 2004
El 25 de junio de 2004, a pocas horas de conmemorarse el segundo aniversario del asesinato de los militantes Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, Juan Carlos Duarte asesinó a Martín “Oso” Cisneros, uno de los principales referentes del Comedor Los Pibes, en su casa del barrio de La Boca. Un hecho que se venía anunciando por las amenazas y algunos hechos delictivos que se sucedían contra los militantes de la organización.
En ese momento en el barrio se estaban sucediendo situaciones de gran tensión producto de las luchas que favorecía la Organización con los vecinos, para facilitar el acceso a recursos para mejorar la situación alimentaria, de pobreza, la falta de vivienda y sobre todo porque desnudaba una situación que se multiplicaba con la presencia del Paco, que diezmaba a los jóvenes, en este y otros barrios populares. La interpretación que cada vez se hacía más certera era la presencia de una “droga de exterminio” contra los jóvenes y sus familias, cuya intención era vaciar el territorio, para favorecer proyectos inmobiliarios, que hoy se volvieron una realidad. Una droga en donde se anudaban intereses diversos: narcotráfico, especulación financiera e inmobiliaria en alianza con el poder. Una vieja receta, una vieja política.
Casualmente Macri era presidente de Boca Juniors entre 1995 y 2008, momento en el que se inician estos proyectos que favorecen la especulación inmobiliaria, y que luego tienen continuidad con su ingreso a la política institucional, como Legislador, Jefe de gobierno y hoy como Presidente de la Nación.
El asesino del “Oso”, Juan Carlos Duarte, era un conocido de la policía y del barrio, célebre como “gordo colchones” porque lideraba una banda que cometía ilícitos y que era vox populi que contaba con complicidad de las fuerzas del orden, que liberaban las zonas o nunca lo encontraban.
El asesinato de un militante tan popular como el “Oso” provocó una pueblada en el barrio que se movilizó indignado hasta la Comisaría 24, que protegía al “gordo colchones”, momento en que se produce La Toma de la Comisaria y cuya consecuencia fue que sea apresado y encarcelado. Juan Carlos Duarte fue condenado por el hecho y hoy goza de la excarcelación mientras los compañeros del “Oso”, que permitieron que el hecho se esclareciera hoy son perseguidos por una causa judicial caduca por el paso del tiempo.
Epílogo
El 21 de marzo debería haber sido la primera audiencia del Juicio Oral y Público, sin embargo la misma fue suspendida porque entró en vigencia el nuevo Código Procesal Penal, que modifica algunas cuestiones formales de la participación de los jueces, lo que obliga a revisar la situación y notificar a las partes. Una suspensión que solo posterga para más adelante un escenario de injusticia que equipara una pueblada, que presionó para encontrar al responsable del asesinato, con una persona que le quita la vida a otra: un asesino. Este 22 de marzo, un nuevo aniversario del natalicio del “Oso” nos encuentra preocupados organizándonos junto con otras organizaciones compañeras, con las cuales a pesar de la situación, nos encontraremos reuniremos a celebrar la militancia y la vida, para continuar luchando en las calles al día siguiente. Porque cuando la injusticia se convierte en ley la rebelión es un derecho.
*Militante de la Organización Social y Política Los Pibes