Por Ramiro Bringas
El 17 de mayo de 2009, producto de una infección pulmonar que lo tuvo a maltraer durante sus últimos meses de vida, uno de los más grandes escritores que dio el continente americano dejó de pertenecer en cuerpo y alma a este mundo para pasar a la inmortalidad. Uruguayo de nacimiento, pero latinoamericano por convicción, Benedetti supo generar sensaciones indescriptibles en el corazón de quienes han leído alguna de sus obras literarias.
Su partida, en una fría tarde en su casa de Montevideo, corazón del Uruguay, generó dolor no sólo en el pueblo que lo vio nacer, sino también, en el de todos aquellos mortales que alguna vez han tenido el privilegio de escuchar o leer alguna de sus maravillas literarias.
Mario Benedetti, nacido en Paso de los Toros en septiembre de 1920, comenzó su brillante carrera como escritor en la revista Marginalia, con tan sólo 23 años. Tras ello, pasó por la redacción de diarios como La Mañana, El Diario, Tribuna Popular y el semanario Marcha, entre otros. Sin embargo, sus mejores escritos surgieron, sin lugar a dudas, de la poesía y la novela, aunque también se animó a hurgar por cuentarios, ensayos y dramas. Dentro sus obras más destacadas, se encuentran Gracias por el fuego, La borra del café, Montevideanos y Primavera con una esquina rota, entre tantos otros.
Sin embargo, la novela que lo catapultó al éxito total mundial y a la cual tituló La tregua, fue publicada allá por 1960, y también llevada al cine años más tarde. Víctima de una vida triste y solitaria, Martín Santomé, un ciudadano uruguayo, viudo y pronto a jubilarse, relata en forma de diario íntimo su historia con Laura Avellaneda, una mujer 25 años menor, con quien tuvo una escueta pero profunda historia de amor: “Ella me daba la mano y no hacía falta más. Me alcanzaba para sentir que era bien acogido. Más que besarla, más que acostarnos juntos, más que ninguna otra cosa, ella me daba la mano y eso era amor.” Así, con esa notable y eficiente sencillez que lo caracterizó, Benedetti describía los sentimientos del protagonista hacía la mujer de sus sueños.
Claro que su magnífica manera de expresar sus pasiones no fue simplemente en sus obras novelísticas. De hecho, con una pluma digna de elogios, escribió poemas que lograron describir los sentimientos más profundos de un corazón sumamente sensible; “Mi estrategia es en cambio más profunda y más simple. Mi estrategia es que un día cualquiera, no sé cómo ni sé con qué pretexto, por fin me necesites”. Este fragmento, correspondiente al poema “Táctica y estrategia”, ha sido digno de reconocimiento entre los que más saben de este género literario.
Dejando de lado el mundo de la literatura, para pasar a lo que fue su participación en el mundo de la política de Uruguay, Mario Benedetti, junto a miembros del Movimiento de Liberación Nacional – Tupamaros, fundó en 1971 el “Movimiento de Independientes 26 de Marzo”, una agrupación que pasó a formar parte de la coalición de izquierdas desde sus orígenes y que se mostraba completamente en contra de la política exterior de los Estados Unidos. Además, ese mismo año, fue nombrado Director del Departamento de Literatura Hispanoamericana en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Universidad de la República, de Montevideo.
Dos años más tarde, tras el Golpe de Estado encabezado por el entonces Presidente del Uruguay, Jorge Pacheco Areco, y producto de su ideología política, debió dejar el cargo universitario y exiliarse primero en Buenos Aires y luego a Perú, dónde fue capturado, deportado y amnistiado. Más adelante, se refugió durante algunos años en Cuba y en España, para volver finalmente a su Montevideo querido allá por 1983, donde continuó escribiendo sus obras, muchas de ellas referidas a los acontecimientos enumerados anteriormente.
Pero este escritor uruguayo no solo incursionó en el mundo de la literatura, sino que también tuvo su participación especial en el cine: En 1992, actuó en la película “El lado oscuro del corazón”, film de producción argentino-canadiense, en el cual se lo puede ver en un cabaret montevideano recitando fragmentos de su poema “Corazón coraza”, pero en idioma alemán.
En lo que respecta a galardones, recibió decenas de premios por sus diferentes obras literarias, siendo hasta el último de sus días, reconocido mundialmente por la cantidad y, sobre todo, calidad de cada uno de sus escritos.
La historia indica que Benedetti trascendió las fronteras del Uruguay, para inmortalizar su obra no sólo en Latinoamérica, sino también, en gran parte del mundo. A 7 años de su partida, sus magníficos escritos continúan siendo una tregua para quienes siguen creyendo en la magia de su literatura.