Por Florencia Guimaraes García* /
El jueves 28 de junio se realizará la tercera Marcha nacional “Basta de travesticidios y transfemicidios”. Una fecha instalada en la que volvemos a salir a las calles para decir ¡basta de violencia heteronormativa, binaria y patriarcal!
A pocos días de la Tercera Marcha Nacional Basta de Travesticidios y Transfemicidios, nos encontramos con múltiples sensaciones después de la intensa lucha por el juicio de nuestra compañera Amancay Diana Sacayán, y llegamos a esta marcha con la impresión de haberle dado otro golpe al patriarcado.
A pesar de este logro para la comunidad travesti trans, no podemos detenernos un instante ya que todos los días seguimos enterrando a nuestras compañeras y esto no es un fenómeno nuevo. Siempre hemos tenido esta evitable expectativa de vida de 35 años de edad, solo que no fue visibilizada hasta que Lohana Berkins tomó la iniciativa de generar un registro estadístico a partir de investigaciones realizadas en casi todo el país. Para ello fue sumando a compañeras entre las que se encontraba Diana Sacayán. Los informes que de allí resultaron, han permitido hacer visible este genocidio.
Venimos organizando, por tercer año consecutivo, esta marcha y nos parecía un buen momento para contar como nace, como se lleva adelante y la importancia de que se realice en todos nuestros territorios.
Hacía ya muchos años Lohana que nos venía diciendo: “locas, nuestras muertes que son evitables tienen nombre, son Travesticidios”. Y cuando hablaba de travesticidios lo hacía entendiendo que se trataba no solo de los crímenes de odio por identidad de género sino por todas las violencias y exclusiones que atravesamos las travestis y trans, la expulsión de nuestros hogares, de las escuelas, la falta de acceso a la salud, a la vivienda, a la justicia y al trabajo; haciendo hincapié en la prostitución como medio de subsistencia para casi la totalidad de nuestra comunidad y siendo la raíz de esta, tan temida para nosotras, expectativa de vida de 35 años.
Cuando asesinaron a Diana Sacayán en octubre del 2015 vivimos un momento de gran conmoción en nuestra comunidad. En particular, porque muchas decíamos y pensábamos que si a Diana, que era nuestra referente, que viajaba por el mundo, que era reconocida en los medios, la habían asesinado y torturado de esa manera, qué quedaba para nosotras que “no éramos nadie”.
Fueron momentos muy duros sobre todo porque nuestra Lohana entró en una tristeza tan grande que terminó llevándonosla al cielo rojo de las travas, donde estará con la Sacayán tejiendo mundos mejores para sus travitas. En esos días posteriores al travesticidio de Diana, Lohana nos empezó a contar, decir, pedir que era necesario e indispensable hacer una marcha para reclamar por los travesticidios, pero en particular por el travesticidio de Diana e ir instalando en la comunidad y la sociedad en general este término. Lamentablemente Lohana sufrió un deterioro muy abrupto y veloz.
Recuerdo una tarde de diciembre en que ella había salido de una internación y me invitó a comer un asado en la quinta de otra amiga suya, donde estaban sus sobrinas y su hermana. Pasó toda la tarde en una reposera bajo los árboles, y terminó contándonos a mi compañero y a mí sobre sus viajes a Cuba, amaba Cuba, nos contaba de las travas de allá, de los taxis que tomaba para ir a conocer las playas, de la comida y de la libertad que sentía en la isla, esa tarde me recordó lo de la marcha…
Nuestra comandanta de las mariposas se fue de este mundo el 5 de febrero de 2016, pero como no podía ser de otra manera nos dejó a sus camaradas tareas específicas…
Estábamos una noche de marzo con mi compañera, camarada y amiga Romina tomando unos mates y hablando de muchas cosas. Hacía poco había fallecido Lohana. En un momento, me leyó la carta que Lohana había dejado en su lecho de muerte, cuya existencia yo desconocía. En ella le hablaba a su partido y a Patricio Echegaray que era representante del PC, y entre todo lo que escribió en esa tierna y revolucionaria carta, decía " y por favor, cuídenmela a Flor". Eso a mí me quebró. Estábamos muy emocionadas por la carta, por pensar en Diana y en todos los casos de travas que habían asesinado últimamente y todas las que nos arrebató el patriarcado, entre ellas Lohana.
Y entonces, ahí mismo dijimos que debíamos hacer la marcha; y como entendemos que las luchas deben ser colectivas entre todes, llevamos esta propuesta a la Comisión de Justicia por Diana de la cual fuimos parte un corto tiempo. Nos parecía muy importante que la marcha no solo instalara la figura de travesticidio sino que debía llevar el pedido de justicia por nuestra trava sudaca y originaria Amancay Diana Sacayán. Necesitábamos salir con toda la furia y todo el dolor que teníamos contenido, transformándolo en organización para salir a gritar a las calles “Basta de travesticidios, dejen de matarnos”. Y lo hicimos, nos organizamos y salimos con la incertidumbre de no saber si serían 20 o 100 personas, y la respuesta fue contundente y de gran apoyo. Eso nos hizo sentir alentadas, acompañadas. Teníamos una tarea y debíamos llevarla adelante por todas las compañeras que nos están, por las que estamos y por las que vendrán. Reavivar el 28 de junio era otra tarea que creíamos indispensable. Reivindicar esa histórica fecha mal llamada día del Orgullo Gay, cuando lo que se conmemora ese día es la revuelta de Stonewall, que en 1969 provocó disturbios por protestas contra las razzias policiales en New York, en el barrio Greenwich Village. Fue encabezada, principalmente por tortas, maricas y travestis latinas, empobrecidas, como Sylvia Rivera, que murió en las peores condiciones.
Algunas personas nos decían “hace frío, es pleno invierno”, y nosotras les respondemos que frío hace cada noche que tenemos que estar paradas en una esquina o en los bosques de Palermo para subsistir, porque es el lugar a donde nos arrojó la sociedad, al sistema prostituyente que nos mata lentamente.
Hoy, a tres años de esa primera marcha y después de la histórica sentencia por el travesticidio de nuestra compañera Diana, hemos instalado en casi todo el país que el 28 de junio se sale a las calles a decir basta de travesticidios y trasfemicidios. Hoy sentíamos que era hora de contar cómo nació esta marcha, cómo Lohana siempre nos iluminó e ilumina el camino. Y también creemos que es importantísima y necesaria la participación de todes en esta marcha, pero sobre todo la de las compañeras travestis y mujeres trans que son quienes deben apropiarse de esta lucha, de la lucha por este genocidio que se aplica a las que rompemos con las normas establecidas por el sistema heteronormativo, binario y patriarcal.
En CABA, la convocatoria es el jueves 28 de junio a las 18 de Plaza de Mayo al Congreso
Contacto: furia.trava@gmail.com
*activista travesti, sobreviviente de prostitución