Marcha
    Facebook Twitter Instagram YouTube
    Facebook Twitter Instagram
    MarchaMarcha
    • Quienes somos
    • Sin Fronteras
      • Democracia
      • Derechos Humanos
      • Economia
      • Extractivismo
      • Migraciones
      • Política
      • Opinión
    • Feminismos
      • Derecho a Decidir
      • Violencias
      • Entrevistas
      • Librelocalab
      • Nuestra América
      • Trata y explotación sexual
      • Opinión
    • Especiales
      • ¿Quién defiende a lxs defensorxs?
      • #SomosMultitud
      • Defensoras. La vida en el centro
      • ¡Nosotres Sim!
    • Niñez
      • Crianzas
      • Derechos
      • Educación
      • Nuestramérica
    • Deportes
      • Opinión Deportes
      • Crónica
      • Pinceladas
      • Otras Yerbas
    • Culturas
      • Películas y series
      • Libros
      • Entrevistas
      • General
      • Especiales
      • Música
      • Teatro
      • Yo estuve ahí
    • Marcha 10 años
      • Ciencia y Tecnología
      • Economía
      • El País
      • Especiales
      • Opinión Nacionales
      • Policiales
    • Archivo Fotográfico
    Marcha
    Home»Sin Fronteras»Extractivismo»Marcha Global por el Clima: pueblos del mundo en defensa de la vida
    Extractivismo

    Marcha Global por el Clima: pueblos del mundo en defensa de la vida

    17 noviembre, 202510 Mins Read
    #COP30
    Compartir
    Facebook Twitter LinkedIn Pinterest Email

    “La verdadera COP es la Cumbre de los Pueblos”, se proclamó en la multitudinaria marcha de pueblos indígenas, campesinos y activistas socioambientales en Belém (Brasil). En claro cuestionamiento a la diplomacia ambiental de gobiernos y empresas, los sectores que viven en los territorios denunciaron las falsas soluciones corporativas y propusieron apuntar a las causas reales de la crisis climática.

    Por Mariángeles Guerrero y Camila Parodi*

    Fotos: Lizbeth Hernández

    Desde Belém, Brasil

    Sobre el asfalto ardiente de Belém, al norte de Brasil, miles de personas caminan en defensa de la tierra, del agua, de la vida. En las mismas calles donde los mangos caen de los árboles a cada instante, se alzan las banderas para defender a la naturaleza. Las gargantas se unen en un coro potente. Suenan los tambores y las consignas: “El pueblo unido jamás será vencido” e “Internacionalicemos la lucha”. La Marcha Global por el Clima sale desde el Mercado de São Brás hacia la sede de la COP30, donde las Naciones Unidas, los gobiernos y las grandes empresas definen los acuerdos climáticos multilaterales para el próximo año.

    Comunidades indígenas, campesinas y quilombolas: un pueblo despojado pero que ríe, que canta, que propone. Que denuncia el genocidio en Palestina. Un pueblo sin fronteras reunido en el sur del mundo, decidido a hacerse escuchar. En contraste, la Policía Militar del Estado de Pará exhibe una postal gris de patrulleros, vallas y rostros inmutables que son parte del operativo desplegado para evitar que las personas lleguen al Jardín de la Ciudad, donde se realiza la Conferencia de la ONU. Los helicópteros zumban en su vuelo rasante pero el coro no se apaga: cuadra tras cuadra, suenan cánticos en portugués o en español.

    La marcha es el corolario de la Cumbre de los Pueblos. Allí, más de 70.000 personas, de Brasil y de todo el mundo, alzaron su voz para decirle a los gobiernos y organismos de la COP que quienes habitan los territorios no pueden permanecer al margen de la discusión. “La solución está aquí, no allá”, dice Jaime Amorím, dirigente de La Vía Campesina. Y está aquí, entre las organizaciones, porque la agenda que nutrió la cumbre y que nutre la marcha proviene de las entrañas de quienes se movilizan. De sus derechos negados, de la discriminación sufrida y de la esperanza construida colectivamente.

    Desde el lunes 11 de noviembre se realiza la COP30 en el corazón de la Amazonía. Por su parte, desde el día 12, la Cumbre de los Pueblos reunió a más de 1100 organizaciones socioambientales de diferentes países. 

    Durante cuatro días las comunidades y colectivas compartieron sus propuestas, construyeron estrategias y llamaron a respetar los derechos de la naturaleza. Llegaron por tierra, agua y aire para repudiar los intereses corporativos y mostrar que sus experiencias vitales son claves para tomar decisiones sobre la crisis climática. Que no son cifras, sino nombres, historias, comunidades que viven día a día y en carne propia las inundaciones, los ciclones, los calores extremos o las sequías. Y que saben que esos fenómenos responden a un modelo económico.

    _MG_8978
    _MG_9061
    #COP30

    Frente a las falsas soluciones

    “En la COP oficial están reunidos buscando construir la solución con quienes destruyeron, con quienes tienen un único interés que es el lucro. Esos sectores van a seguir destruyendo, ahora con nuevas legislaciones para explotar, como los créditos de carbono y otras falsas soluciones”, sentencia Amorim. Agrega: “Entre ellos está el agronegocio, que siempre destruyó y esclavizó y que es responsable de la crisis climática”.

    Proyectos como el Fondo Bosques Tropicales para Siempre (TFFF, por sus siglas en inglés) y los mercados de compensación de carbono confirman que la COP está lejos de poner en el centro a la defensa climática y que perpetúa las desigualdades. El TFFF es un mecanismo de financiamiento climático para países con bosques tropicales, que tiene entre sus interesados al Bank of America (un importante inversor en la explotación petrolera en la Amazonía). 

    Detrás del maquillaje verde y de las intenciones de “descarbonizar” la economía para evitar el colapso climático, hay nuevos negocios en ciernes, como las energías “limpias” que promueven los monocultivos para el etanol o que buscan minerales como el litio para la electrificación del transporte. Empresas como la agroexportadora Cargill, la minera Vale (responsable de los desastres ambientales de Mariana y Brumadinho, en 2015 y 2019) y Coca Cola forman parte del sector empresario que participa de la COP.

    Pueblos indígenas en lucha

    “La COP no fue planificada para nosotros. No estamos allá dentro negociando, ellos están negociando con nosotros. Vivimos en la selva, sabemos nuestra realidad”, dice Nalva Borari, cacica del Pueblo Borari. Y reivindica: “Luchamos por un clima para todos, para que los pueblos indígenas tengamos acceso a todo, para que tengamos una selva y un río Tapajós libre de explotación”. 

    Según informó Amazon Watch, la semana pasada más de 300 indígenas y aliados de movimientos sociales llevaron a cabo el Octavo Grito Ancestral en el río Tapajós, en el oeste de Pará. Durante la acción pacífica se detuvieron tres convoyes de barcazas de soja y los activistas subieron a las embarcaciones con banderas cuyas consignas eran: “No al Ferrogrão”, “Alimentos sin veneno” y “La agricultura pasa, la destrucción se queda”. El Ferrogrão es un proyecto ferroviario del gobierno brasileño para transportar granos desde el centro-oeste del país hacia Pará para exportarlos.

    Durante esta semana, los pueblos indígenas de la Amazonía intentaron ingresar en dos oportunidades a la “Blue Zone”, donde se realizan las reuniones formales de la Conferencia. Pero su acceso fue denegado mediante cordones policiales. Naila Borari explica: “Los líderes tienen que escucharnos, no pueden decidir unilateralmente mientras nosotros no tenemos acceso a esos espacios. Quienes defendemos la Amazonía estamos aquí, en la verdadera COP, que es la Cumbre de los Pueblos”.

    Norma Kokama integra el Pueblo Kokama, que comparte territorio amazónico en Brasil, Colombia y Perú. Sus tierras son asediadas por la minería. Kokama marcha junto a sus compañeras y expresa: “Los blancos quieren destruir la naturaleza, pero estamos en lucha para parar esa destrucción”.

    Las políticas del gobierno de Lula da Silva como el ferrogrão o la explotación petrolera en la Amazonía son cuestionadas por los comunidades. A pesar de esas tensiones, las ministras de Pueblos Indígenas, Sônia Guajajara, y de Ambiente y Cambio Climático, Marina Silva, participaron activamente de la marcha. Guajajara manifestó desde la movilización popular: “La ONU necesita entender, escuchar y comprender las voces que aquí llegaron” y exigió la inclusión de voces indígenas y del sur global en la agenda de la COP30.

    Los alimentos no son mercancía

    Cerca de las ferias donde se venden peces de mar, mangos, bananas y cocos, pasa la caravana que reclama soberanía alimentaria. “Estamos aquí para denunciar el avance del agronegocio en la Amazonía. Luchamos por las semillas criollas, por las variedades que se están perdiendo debido al avance de los transgénicos. La deforestación, las quemas y los agrotóxicos están expulsando a los campesinos de sus tierras. Pero tenemos una propuesta: la agroecología que produce alimentos saludables y más justos para nuestro pueblo”, asegura Raimundo Ferreira, del Movimiento Camponés Popular (MCP), y del municipio de Tracuateua, al nordeste de Pará.

    Consultado sobre si la COP puede traer respuestas para el sector, expresa: “Si depende de los estadistas y de los grandes capitalistas no, porque a ellos solo les interesa el lucro. Si no somos escuchados, jamás nos darán una solución”. 

    Por su parte, Amorim indica: “No hay ninguna posibilidad de resolver la crisis climática mientras no se integre en ese proceso al pueblo, a los trabajadores, principalmente a los campesinos y campesinas, porque somos quienes producimos y quienes diariamente lidiamos con estos problemas. Los gobiernos y la COP tienen que escucharnos”.

    Una gran bandera blanca con letras rojas, del histórico Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Terra (MST), sintetiza la propuesta: “No hay justicia climática sin reforma agraria popular”.

    Una COP en Belém, pero no para Belém

    Uno de los documentos que trabaja en la COP30 es sobre el racismo ambiental. Brasil, Colombia, Uruguay, Ecuador, China, Camboya, Sudán del Sur, Marruecos, México, Sudáfrica, Venezuela, Bolivia y Surinam ya lo firmaron. Marca la importancia de los derechos humanos, los derechos de los pueblos indígenas, la igualdad de género, la equidad intergeneracional y las necesidades de las personas en situación de vulnerabilidad en la acción climática. 

    Señala que “muchas comunidades vulnerables soportan una carga desproporcionada de pérdidas y daños relacionados con el clima en su cultura, patrimonio, salud, medios de subsistencia y ecosistemas”. Y que las personas afrodescendientes e indígenas y las comunidades locales son las más expuestas a estas situaciones.

    Mayani Salgado vive en la periferia de Belém. Es profesora de geografía, artista y activista socioambiental en la Sociedad Paraense de Defensa de los Derechos Humanos. Marcha con un cartel que se expresa contra el racismo ambiental. Desde su experiencia de todos los días, explica: “Es una forma de discriminación por parte del poder público y de las empresas con la población amazónica, las poblaciones tradicionales y, en el contexto urbano, con las poblaciones que viven en las periferias”. 

    Asegura que marcha para denunciar esa discriminación y la falta de visibilidad que los barrios populares de Belém tuvieron en el proceso de la COP.

    Belém tiene 1.303.403 habitantes, según el censo de 2022. En gran medida viven del mercado informal: venden agua o comida en las calles o trabajan en aplicaciones como Uber. Su principal problema es, para Salgado, la infraestructura, el saneamiento y la falta de acceso al agua potable. También las inundaciones que ocurren cuando llueve mucho. Debido a su clima tropical, las lluvias son frecuentes.

    La ciudad está ubicada en el punto donde se encuentran los ríos Guamá y Acará, y está surcada por 14 canales, convertidos en desagües a cielo abierto. Uno de esos canales, en la zona llamada Igarapé, era un río donde hace 30 años las personas navegaban, pescaban y se bañaban. Pero hoy sus aguas están contaminadas. “Cuando se eligió Belém como sede de la COP teníamos la expectativa de que iba a haber alguna obra para los canales, pero no hubo ninguna”, afirma la activista.

    “Hubo grandes obras en las áreas centrales, pero en nuestras zonas no hubo ningún tipo de trabajo. La gente que vive en esos barrios no entiende lo que está ocurriendo en la COP porque no fuimos llamados ni convocados a la discusión sobre el clima. Eso es una forma de discriminación, de menosprecio por nuestro color, con el lugar donde vivimos y con nuestra clase social”, asegura.

    La marcha llega hasta el corsódromo, a pocas cuadras del Jardín de la Ciudad. La COP sigue su agenda y la Policía frena el avance de las columnas, allí los pueblos amazónicos junto a representantes de comunidades indígenas del mundo, de espaldas al cordón policial, comienzan a danzar en espiral y se abrazan en una certeza: haber alzado su voz ante quienes toman decisiones sin tomar sus experiencias en cuenta.

    *Cobertura Colaborativa de Marcha Noticias, LatFem, Kaja Negra, Soy Waso y Agencia Tierra Viva.

    amazonía Belém Brasil COP30 Cumbre de los pueblos destacadas

    También te puede interesar

    La Caravana Mesoamericana en Belém: No hay justicia climática sin territorios

    14 noviembre, 20254 Mins Read

    COP30 ocupada: los pueblos no piden permiso

    12 noviembre, 202511 Mins Read

    Mujeres, disidencias, brujas y aquelarre en la Expo Cannab1s 2025

    6 noviembre, 202512 Mins Read
    Podcast

    M - Banner zoonosis 2025_300X250

    Marcha Noticias

    Domicilio legal: Llerena 2579, Código postal 1427
    Dirección de correo electrónico: marchanoticias.org@gmail.com

    Registro de Propiedad intelectual RL-2021-78108500-APN-DNDA#MJ

    Ciudad Autónoma de Buenos Aires
    ARCHIVO
    MARCHA_ARCHIVO
    Descargar
    Manual
    Facebook Twitter Instagram YouTube

    Enter para buscar. Esc para cancelar.