El ciclo de entrevistas a revistas autogestionadas continúa esta vez con una publicación que reivindica la “ciencia pop”, esa que pone la explicación científica al alcance de todos. Autogestión, creatividad y cómo hacer para que con un producto “se le llene el culo de preguntas” al lector. Velociraptors te da la respuesta.
Divulgación científica y cultura pop. Un mismo tema desmenuzado en partes, explicado para todos y en diversas formas. ¿Cómo la ciencia se mete en las películas, en los discos, en juguetes o videojuegos? En sus páginas Velociraptors se acerca a eso, lo pone al alcance de todos los lectores para entender que después de todo, los dinosaurios no están tan lejos, tampoco Júpiter o lo que sea que la ciencia descubra. Nadie está lejos de ella, todo está acá y allá. Somos parte de la ciencia.
Los integrantes del colectivo Velociraptors quisieron y lograron un producto original, hecho desde la autogestión a la que indican como “la única manera” que conocen de hacer algo cómo y cuándo quieren, cuestión que los diferencia de otros productos por ser creativos, contar con una agenda con contenidos propios, formatos y estéticas.
En el ciclo de entrevistas a revistas autogestivas, Velociraptors habló sobre su trabajo y la característica común de todos los llevan la responsabilidad de bancar a un medio sin grandes pautas que lo financien: la creatividad. “No por nada los medios dominantes se la pasan choreando de los contenidos y las estéticas de los medios autogestivos cuando no saben qué hacer”, destacaron.
¿Qué los motivó a comenzar con su proyecto comunicacional?
Lo que nos motivó a editar revista Velociraptors responde a un conjunto de cuestiones de órdenes diferentes. Por un lado un impulso vocacional: querer escribir y vivir escribiendo. Por otro una búsqueda como lectores de un material que fuera novedoso en su agenda, en su forma de escribir, en su estética. Fuimos lectores de publicaciones como Lazer, Barcelona, TXT o Lunfarda, que en su momento nos coparon mucho, que renovaron formatos, que desarrollaron estéticas propias. Habíamos leído eso y ahora queríamos generar eso mismo pero con nuestra propia publicación. Una revista que te llenara el culo de preguntas, que desarmara -aunque sea un poquito- el sentido común y que a la vez fuera entretenida (que disfrutaras leyendo y que quieras leer más).
Pero lo más importante y concreto que nos motivó fue sentir que teníamos algo para decir que no estaba siendo dicho, que tenía que ver con explicitar un cruce en el espacio textual entre el lugar de la producción científica local y la (re)aparición en el los medios de un “prototipo” de subjetividad (ponele) de los jóvenes: el nerd. Entonces planteamos una publicación que mezclara popularización de la ciencia con cultura de masas propia del nerd. Para hacerlo sencillo: ciencia pop.
¿Cómo se organizan internamente?
Nuestra organización es compleja. Si bien tenemos funciones divididas somos a primera vista muy caóticos. Pero cuando hacés un zoom sobre las relaciones entre nodo y nodo de la red te das cuenta que hay un método en la forma de laburar. Mucho trabajo de a dos o tres (especialmente en el momento de las correcciones y del diseño) y más que nada una alta conectividad que garantiza que cualquiera sabe de lo que se está hablando en cualquier momento. Ninguno se mete en los temas del otro, salvo para corregir estilo o información que no sea correcta, pero todos nos estamos leyendo todo el tiempo mientras editamos el número. Eso nos permite ajustar muchísimo lo que estamos publicando para que sea lo más consistente posible. ¿Hacemos asamblea, votamos los temas o algo de eso? No. El objetivo es sacar siempre el mejor número posible. Y si para eso necesitamos abolir la democracia, bienvenido. Stalin antes que Trotsky, firmamos todos.
¿Por qué consideran importante comunicar desde un medio autogestivo?
La verdad que no sabemos si es importante o no comunicar desde un medio autogestivo. Pero es el único que tenemos, y la única manera que conocemos para hacer las cosas como queremos, es decir bien hechas. No haríamos una revista impuesta por otro, sea un jefe o un dueño de un medio masivo tipo Clarín o La Nación. Hacemos la revista que queremos hacer y eso sólo lo permite la autogestión. Somos la aldea gala que resiste. No sabemos qué, pero resiste.
¿Cómo ven el panorama de los medios autogestivos en la actualidad?
Por un lado nos vemos batallando por la sustentabilidad de nuestros medios, que peligra en parte por nuestra propia forma de ser, medio psicobolche y medio marginal, en la que completar un formulario o reponer ejemplares en un punto de venta pueden volverse tareas faraónicas que nos cuestan meses.
En parte, porque somos medios con estructuras de producción no tradicionales que por default nos relacionamos en estructuras tradicionales, como por ejemplo la distribución tradicional, la pauta tradicional, etc. Ahí quedamos pegados en estructuras y quilombos más viejos que nosotros (como el de los representantes en la playa de distribución, clarín, etc) que nos restan visibilidad.
Ahora por otro lado, somos estos medios autogestivos los que ofrecemos productos altamente creativos y originales; agendas de contenido propias, temas propios, formatos propios (tamaños, papeles, tintas) y estéticas propias. No por nada los medios dominantes se la pasan choreando de los contenidos y las estéticas de los medios autogestivos cuando no saben qué hacer.
Los medios autogestivos estamos produciendo las publicaciones más interesantes -dentro del sector gráfico, por lo menos- en este momento. Lejos.
¿Qué lugar ocupa en la actualidad la comunicación popular en la sociedad?
Nobleza obliga aclarar que de un elenco de revista Velociraptors, sólo una es comunicadora social y periodista, y por ende familiarizada con términos como “comunicación popular”. Pero si hay algo de popular en nuestro proyecto desde donde podamos hablar y responder esta pregunta es el trabajo por acercar los avances, los problemas de la ciencia y del desarrollo científico y tecnológico local al público en general. Reformulamos entonces la pregunta: ¿Qué lugar ocupa la popularización de la ciencia a través de medios gráficos en la sociedad? El de ser un espacio donde el conocimiento, el saber trasciende los claustros académicos y especializados de la comunidad científica y llega a estar en boca de todos, se vuelve público algo que -casi por definición- sólo es conocido para miembros del claustro correspondiente.
¿Cómo observan desde la comunicación popular la situación del periodismo en estos tiempos de polarización mediática, en el marco de los debates entre el gobierno nacional y sus multimedios afines, y multimedios privados?
Creo que observamos un rejunte de cosas o tendencias en el periodismo mainstream. Comunicar la actualidad, el género noticia periodística pareciera haber quedado a merced de dos registros discursivos: el del tabloide sensacionalista y el del pasquín. Coberturas superfluas, cholulas, burdas y también hay que decirlo: mal escritas al nivel de la sintaxis. Incluso los titulares de Página 12, famosos por ser “ingeniosos”, metafóricos y con cierto “vuelo” llegan a ser terriblemente amarillistas (si esa era nuestra vanguardia periodística, estamos al horno). Pero por otro lado, la “polarización” del debate en favor o en contra del gobierno llevó a que los medios evidenciaran –sin querer o queriéndolo- sus intereses en el juego de la comunicación de “la realidad”. Entonces y para bien, se quebró un poco eso del manto solemne de la objetividad periodística. Lo que quedó claro es que ambos bandos defienden intereses. Los propios de cada uno.
Con esto presente, quizás la comunicación popular evidencia más decididamente el lugar desde el cual se posiciona para construir periodismo. Sus posiciones también lo son. Nadie en los medios de comunicación popular va a hablarte de “la realidad” o de la “objetividad periodística”. También en la comunicación popular (a veces) se pueden encontrar análisis más profundos, o por lo menos otras voces. De alguna manera la comunicación popular trata de imponer su propia agenda, que es una con la agenda del “campo popular”. Creemos que ese adjetivo no nos corresponde, sería usurparlo. En cambio el trabajo de la revista MU por ejemplo es un caso clarísimo de comunicación popular.
¿Cuál es el cambio fundamental que se daría con la Ley de fomento de revistas culturales independientes?
Principalmente, un reconocimiento concreto y efectivo por parte del Estado a otras maneras de producir medios gráficos ligadas a unidades de gestión de tipo social (bajo figuras jurídicas como cooperativas, colectivos de trabajo, asociaciones civiles, universidades y –por supuesto- monotributistas) garantizando así una democratización de los medios de comunicación (diversidad de voces, diversidad de agendas, diversidad de estéticas) y garantizando también la exitencia de este tipo de medios más un incentivo a la producción. La vemos difícil.
¿Qué acciones llevan a cabo para profundizar el vínculo con otros medios autogestivos?
A nivel macro participamos de Arecia, la asociación de revistas independientes de Argentina. Ahí laburamos por el sector de las revistas culturales en foros, reuniones y agitando el proyecto de ley de revistas culturales.
A nivel micro nos juntamos con otros editores de revistas como la nuestra (de baja escala) a tomar birra y a compartir datos vitales para nuestra sustentabilidad, como por ejemplo qué imprentas tratan bien a los pequeños como nosotros, cómo distribuir, con quién distribuir, qué convocatorias y concursos hay, anunciantes, ir a las charlas donde te invitan otros revistas para difundir lo que hacemos, ir a los eventos que organizan, también escribiendo para otros medios amigos, etc., etc., etc…en fin, como decíamos antes, el espacio autogestivo es el único que conocemos y desde donde nos toca hacer. Hay que cuidarlo y eso implica cuidar a los que están con vos. Y como dijo el general Perón, organización vence al tiempo.