Por Marisa Emilia Francia* // Foto por Eugenia Marengo
Hoy se marchará nuevamente en Córdoba para exigir justicia por las pibas y los pibes asesinados por la policía. La Coordinadora de Familiares de Víctimas de Gatillo Fácil convoca a acompañar y a gritar “basta de gatillo fácil”.
La Coordinadora de familiares de víctimas de gatillo fácil se conformó a mediados de 2014 en la ciudad de Córdoba como respuesta al crecimiento exponencial de casos de gatillo fácil y de suicidios en cárceles y comisarías. Las y los familiares se organizaron a partir de una misma lectura: no son casos aislados; y una misma exigencia: justicia por las pibas y los pibes y basta de gatillo fácil. Este martes 23, por segunda vez la Coordinadora se suma a la Marcha nacional contra el gatillo fácil que en otros puntos del país se realizará el sábado 27; el cambio en la fecha para la ciudad de Córdoba ha sido consensuado por familiares de la Coordinadora para lograr la mayor visibilidad posible.
Varias semanas atrás los rostros de las pibas y los pibes estampados en varias paredes les dieron la bienvenida a las organizaciones que, invitadas por la Coordinadora de familiares, se sumaron a darle cuerpo y contenido a la próxima marcha contra el gatillo fácil. En ese escenario y en reuniones periódicas se pusieron en marcha los esfuerzos de quienes decidimos acompañar a las madres, hermanas y familiares en la lucha que se pusieron al hombro.
En uno de esos encuentros, desde el Frente Organizado Contra el Código de Faltas, charlamos con madres integrantes de la Coordinadora sobre la importancia y el significado de esta movilización que se suma a las diversas actividades que se realizan bajo la misma consigna: ni un pib* menos.
El reclamo de justicia no se agota en los casos de pibas y pibes asesinados por la policía. Las detenciones arbitrarias, las golpizas y el armado de causas completan la figura fantasmática que amenaza como destino inevitable a las pibas y los pibes de los barrios pobres. Una de las madres denuncia que “…las detenciones arbitrarias que hay día a día no es solamente llevarlos presos: los golpean y les arman causas y así los chicos tienen que conocer complejos y cárceles…”.
Los casos de gatillo fácil son la faceta más lamentable de un tejido que se visibiliza con el accionar policial y que se sostiene con la venia de quienes gobiernan, del poder judicial y de los medios de comunicación. Así denuncian las madres de la Coordinadora que agregan una pregunta: ¿por qué a sus hijos sí y a otros no?
“Cuando es al revés, las cámaras aparecen”
En la ciudad de Córdoba, las grabaciones de las cámaras de seguridad vienen siendo utilizadas para sostener un discurso estigmatizante y justificar las políticas represivas como supuesta respuesta a una ola de inseguridad. Sin embargo, “cuando hay un hecho de gatillo fácil las cámaras no aparecen. ¿Por qué esas cámaras no aparecen? Porque cuando es al revés: a favor de un policía, de alguien que tiene un cargo importante o que tiene plata, ahí las cámaras aparecen. Cuando le toca a un pobre, las cámaras no aparecen en ningún lado, todo se borra”, cuenta una de las madres. Estas evidencias súbitamente invisibles se suman a los partes médicos distorsionados que impiden el esclarecimiento de las causas que terminan siendo guardadas. “Estamos exigiendo que las causas no se cajoneen, porque son las últimas en ser revisadas y rápidamente se quieren cerrar . A todas nos está pasando lo mismo. Hay miles de trabas (que no hay testigos presenciales, etc.), cuando a simple vista estos son casos de chicos asesinados por la policía”, agregan en vo colectiva.
“Somos madres que salimos a pedir justicia”
Las fuerzas se sintetizan en otro reclamo unificado: que desde los medios masivos de comunicación se acabe con el discurso estigmatizante, la distorsión y la invisibilización de esta lucha. “A nosotras se nos esconde; entonces por eso otra vez tomamos las calles para gritar “basta de gatillo fácil”. Los discursos estigmatizantes montados y promovidos desde los medios masivos de comunicación se escudan en un relato sobre el delito y reducen a cada pibe a una historia distorsionada sobre presuntos delincuentes. Así, las madres repudian estos aparatos que las obligan a desmentir versiones amarillistas y las enfrentan a un hostigamiento constante de comentarios odiosos que justifican la muerte con la liviandad de quienes niegan que “detrás de cada pibe hay una familia y una historia”.
Mientras tanto, en el presupuesto del gobierno provincial…
Lejos de escuchar la denuncia de los familiares y de una revisión seria de la conducta de los agentes de la Policía de Córdoba, el discurso oficial sigue subido a la ola de la (in)seguridad con más policía (más impune) en las calles. Finalizado el 2015, el gobierno de Unión por Córdoba gastó $1311 por persona para mantener jardines y escuelas primarias. Lo mismo pasó en el rubro de salud, con una inversión de $ 1734 por persona. En cambio, con una inversión de $ 2255 por habitante, el gobierno destinó más de $ 8.000 millones a copar la ciudad de policías.
Con la llegada del 2016, la situación no cambió. Al contrario, le dieron la bienvenida al año con la puesta en vigencia de un nuevo Código de Convivencia cordobés, que vino a lavarle la cara al tradicional (e inconstitucional) Código de Faltas. El cambio de nombre no significó cambios en las prácticas: del merodeo pasamos a la actitud sospechosa, del comisario, al ayudante de fiscal. Los resultados, los mismos: pibas y pibes presos, golpeadas y hostigados.
La policía sigue acechando a las y los jóvenes pobres en cada uno de los puntos de la ciudad. Sumado a los miles de detenidos por contravención mensuales, en los últimos años asesinaron con total impunidad a Brian Guaiman, Nicolás Nadal, Christian Guevara, Exequiel Avila, Miguel Angel Torres, Lautaro Torres, Matías Paneta, Exequiel Barraza, Facundo Rivera Alegre, Güere Pellico, Ivan Rivadero, David Moreno, Jorge Reyna, Rodrigo Sanchez, Ismael Sosa, Rodrigo Sanso, y ¿cuántos más?
Desde el Frente Organizado contra el Código de Faltas nos sumamos a denunciar la persecución a las pibas y a los pibes. Ni balas por la espalda ni condena extrajudicial ni justicia por mano propia. “Si cometieron un error, no merecían morir así. Nadie tiene derecho a quitarle la vida a nadie y menos de esa manera.” E invitamos a acompañar y a contagiarse de la coherencia y la tenacidad de la lucha de las madres y familiares de la Coordinadora de víctimas contra el gatillo fácil.
*Comisión de prensa del FOCCOF