Por Mario Hernandez
A cinco años de la toma del Indoamericano entrevistamos a Luciano “Tano” Nardulli, de la Corriente Clasista y Combativa (CCC).
Ya pasaron 5 años del fatídico episodio que culminó con las muertes de tres personas. La vivienda digna como deuda eterna para los gobiernos que represnetan el poder de los de arriba y la represión como herramienta principal para defender sus intereses.
En la siguiente entrevista, dialogamos con Luciano Nardulli de la CCC, uno de los imputados por aquellos hechos.
-¿Qué pasaba hace 5 años en el Parque Indoamericano?
-Primero quiero aclarar que no quiero hablar del Parque Indoamericano, sino del Indoamericano, porque el parque está concentrado fundamentalmente en Castañares y Escalada, el resto eran todos yuyos, había todo tipo de alimañas allí. La gente frente a la dificultad de acceder a la vivienda, fue ocupando terrenos para construir, pero que quede claro que eso no era un parque, eran yuyales.
Por otro lado, quiero aclarar que lo del Indoamericano puso al rojo vivo el tema de la vivienda, en ese momento Macri y los medios introdujeron una contradicción ante el problema de la vivienda, entre los que no tienen nada y que querían un pedazo de tierra para hacer su vivienda, como históricamente se ha hecho con las villas, contra aquéllos que viven hacinados en departamentos en los complejos habitacionales que hay en Soldati, donde en un departamento con varios dormitorios viven 30 personas. En ese entonces enfrentaron a pobres contra menos pobres, hicieron toda una campaña xenofóbica contra los extranjeros, pero no los que se quedan con 20 millones de hectáreas, como son las grandes corporaciones multinacionales, sino aquéllos que son nuestros hermanos, que vienen de Paraguay, de Bolivia, de Perú. Al punto que agarraban a los compañeros bolivianos y los golpeaban en los colectivos.
Pero yendo a los hechos, el 6 de diciembre de 2010 a la noche me encuentro con Diosnel Pérez y me dijo que estaban ocupando el Parque, cuando llegamos había muchas fogatas y carpas. A medida que se corre la voz se fue metiendo cada vez más y más gente. Esa noche, con Diosnel nos propusimos solidarizarnos con esa gente. Al día siguiente ya se había multiplicado la cantidad que estaban tomando.
-¿Cuánta gente llegó a tomar el Indoamericano?
-Cuando terminaron en censo, que hizo la Gendarmería y Desarrollo Social de la mano de Sergio Berni, había 13.333 personas, una ciudad.
El 7 de diciembre empezaron a concentrarse distintas fuerzas represivas, sobre todo la Federal y la Metropolitana. En la rotonda de Escalada, a pocos metros de Ramón Falcón, eran cientos y cientos de efectivos; después apareció la Guardia de Infantería.
Ante esa situación llamé abogados para ver qué hacer ante una orden de desalojo, para cuando llegamos con los abogados ya se había desatado una represión muy grande. Después del desalojo, una pequeña parte salió hacia el lado de Los Piletones y otra hacia la Villa 20, desde la parte alta, por donde pasa el Ferrocarril Belgrano Sur. Tanto la Metropolitana como la Federal estaban con camiones hidrantes, tiraban balas de goma, gases y la gente se defendió con piedras. Allí apareció gente herida, la primera persona herida de bala que pasó frente mío tenía una bala en la pierna, le quisimos hacer un torniquete pero para ese momento pasó una pareja gritando “le dieron a la beba” nunca pudimos chequear qué fue eso. En pocos minutos pasaron con el cuerpo de Bernardo Salgueiro a quien habían herido de muerte y falleció a la hora aproximadamente en la salita de Lugano 1 y 2.
-No fue el único muerto
-Al poco tiempo, sobre la parte que linda con Los Piletones la mataron a la compañera Rosemary Chura Puña a manos de la Federal y la Metropolitana. Antes de referirme a esos hechos quiero explicar por qué se dan estas cosas.
La mayoría de la gente que vive en las villas, que se concentró en esa toma o en cualquier otra, como podría haber sido la de Papa Francisco o la de Merlo en la actualidad, como fue la del Abasto en La Plata, que además resistieron a la represión y consiguieron que les otorgaran las tierras, la mayoría son originarios expulsados, desterrados de la tierra para dárselas a corporaciones extranjeras, árabes, chinos, etc. El tema es que los originarios no son dueños de la tierra, son parte de ella, no tienen el instinto de propiedad que tienen los gringos o que tiene Macri, que ve el signo dólar en cada metro de tierra en Capital Federal.
La historia de las villas es así, inventaron que la gente quiere vivienda gratis; primero, que a ninguna villa le dieron algo gratis, la gente tomó la tierra y fue levantando paredes, empezó como el Indoamericano, pero terminaron convirtiéndose en ciudades. Si ves alguna edificación que hicieron, no tienen nada que envidiarle a nadie porque la gente fue encontrando su oficio a partir de construirse su casa. Lo más indignante es que se habla de los extranjeros, cuando en realidad deberíamos estar hablando de los buitres yanquis, los europeos, los rusos y los chinos que son los que se disputan el territorio. Niegan un pedazo de tierra para hacer una vivienda y pasando las vías del ferrocarril entregaron muchas hectáreas para hacer el Polo Farmacéutico que es contaminante. Esto en relación al tema de la tierra.
En relación al tema de los hechos, nos hemos encontrado que cuando se desalojó finalmente el Indoamericano, habían firmado un convenio entre el gobierno nacional que se fue y el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, que ahora es nacional, por el que iban a poner dinero de ambas partes para resolver el tema de la vivienda. La verdad es que no solo no pusieron nada ninguno de los dos, sino que además quisieron meternos presos a aquéllos que salimos a enfrentar y a denunciar la represión, junto a organizaciones de Derechos Humanos como Memoria, Verdad y Justicia y otras organizaciones.
-Vos fuiste convocado por el gobierno nacional y el de la Ciudad de Buenos Aires como mediador.
-Cuando se da esto, hablo con mi referente nacional que es Juan Carlos Alderete y le digo que nos estaban cagando a tiros, desde el obrador donde estaba Schoklender y desde los edificios donde vivía gente de la Prefectura y de Gendarmería. Entonces él se comunicó con alguien del gobierno y le dijo que no íbamos a permitir más muertes, que como fuera íbamos a proteger a la gente, entonces le dijeron que fuéramos, Diosnel, él y yo a Casa de Gobierno. En ese momento yo estaba en la toma con “Cachito” Fukman, el compañero de la Asociación de ex detenidos desaparecidos, y como yo no tenía cómo llegar fuimos con su auto y entró él también. Lo invitaron también al legislador actual del Partido Obrero Marcelo Ramal.
Lo primero que dijimos fue que no éramos representativos de todos, pero que sí representábamos la voluntad de que no siguieran matando y que hubiera una solución. Estaban Mauricio Macri, María Eugenia Vidal, Rodríguez Larreta, Montenegro, Randazzo, Aníbal Fernández, Sergio Berni y un par más que primero pensé que eran empleados porque venían con comida y bebida, pero terminaron siendo directores.
La discusión fue en torno a cómo frenar la represión, después lo solucionaron mandando a la Gendarmería y la Prefectura. Además, se discutió cómo resolver el tema de la vivienda, entonces Aníbal Fernández y Randazzo le dijeron a Macri que ellos ponían la tierra y que él pusiera la vivienda, a lo que respondió que ni loco, con una cara de odio terrible, parecía que le salían chispas de los ojos y eso era contagioso para todos sus funcionarios. Entonces Alderete dijo que si nos daban la tierra, las viviendas las hacíamos nosotros. Fue una discusión muy encarajinada, se hizo muy tarde y se pasó a cuarto intermedio hasta el sábado siguiente, eso fue en la noche y madrugada del 9 al 10 de diciembre, que era el día internacional que se festejaban los Derechos Humanos. Después volvimos, pero ya estaba el “Pitu” Salvatierra, que representaba a un sector kirchnerista, participando de la discusión.
–¿Ellos originalmente no habían participado?
-No lo sé, pero frente al tema de la represión y el desalojo, los primeros que aparecimos fuimos Diosnel y yo.
-Que por otra parte, cabe aclarar, no fueron promotores de la toma.
-No. Sobre el tema de la vivienda dije que la gente ante la falta de respuesta al problema no le queda otra que unirse, organizarse, ocupar, construir y resistir. Eso lo sigo diciendo aunque me quieran volver a procesar. Lo sostengo porque la historia lo dice, nunca en la Villa la gente recibió algo, hizo todo por sí misma. Así fue como nos desalojaron y quedó el odio instalado hacia nosotros, entonces los que habían participado en la segunda ronda de discusión como el “Pitu” Salvatierra y dos personas más, aceptaron una probation. Diosnel Pérez y yo no la aceptamos porque entendíamos que era traicionar a la memoria de los compañeros que fueron asesinados, porque el día 9, además de los dos compañeros asesinados, ambas policías liberaron la zona y las patotas, que ya están identificadas, de barras bravas y sindicatos, entraron y mataron a Emilio Canaviri, entonces fueron tres los muertos, por el accionar o la ausencia de la policía.
Por otro lado, lo que indigna es que habiendo videos que comprometen a policías de la Metropolitana, inclusive de la Federal, lo que incluye a los dos gobiernos, cuando pasa a manos de un Juez lo primero que hace es desafectarlos de todo sin indagatoria, sin nada. Simultáneamente, se vino una avalancha de tres años de persecución política a quiénes estábamos comprometidos con la gente que estaba en la toma, y otra que tal vez no estaba pero que igualmente necesitaba la vivienda. Hubo tres sobreseimientos y a Diosnel y a mí nos llevaron a juicio oral y público.