Alfonso Severo había desparecido la noche del miércoles. Testigo clave en la causa por el asesinato de Mariano Ferreyra, su familia había denunciado que previo a declarar sufrió amenazas. Luego de una concentración en Plaza de Mayo para exigir su aparición, fue encontrado, maniatado y con golpes, en una remisería de Avellaneda.
Según los primeros datos, Severo apareció por sus propios medios. A pesar de la búsqueda de todas las fuerzas de seguridad, no fue encontrado por los efectivos sino que fue ayudado por un trabajador de Diario Popular que lo llevó hasta la remisería desde donde luego fue trasladado al Hospital Finochetto, en Avellaneda. Ayer, poco antes de medianoche, su hijo Gastón confirmó que estaba golpeado y muy shockeado.
En horas del mediodía había sido encontrado su automóvil por la policía en la localidad de Gerli, partido de Avellaneda. El Renault Clio negro fue hallado estacionado a siete cuadras del domicilio del ex ferroviario, sin muestras de haber sido chocado y con las llaves puestas.
Según trascendió, el miércoles por la noche había ido a visitar a su nieto y habría sido interceptado por dos personas armadas en una moto. La causa que investiga lo sucedido está caratulada como intento de secuestro y está en manos del fiscal Alejandro Rojas. Su hijo declaró a lo largo del día de ayer que había recibido amenazas los días anteriores y recordó que habían baleado el frente de su casa el día posterior al asesinato de Ferreyra.
Testimonio clave
La declaración testimonial de Alfonso Enrique Severo era esperada con expectativa en los Tribunales de Comodoro Py. Este trabajador ferroviario, personal de Ferrobaires, había identificado a todos los integrantes de la patota y había aportado datos claves en su declaración en la etapa de instrucción. En efecto, su testimonio fue un elemento central para la elevación a juicio de la causa en donde se encuentran imputadas 17 personas por el homicidio de Mariano Ferreyra (10 civiles y 7 policías) y, especialmente, para referirse al rol del titular de la Unión Ferroviaria, José Pedraza.
Severo era esperado a las 12 del mediodía de hoy. Sin embargo, nunca llegó. En la audiencia anterior ante el T.O.C. 21, el abogado defensor de Juan Carlos Fernández había afirmado que “las denuncias por amenazas eran grandilocuentes y ridículas”.
Si bien hay versiones encontradas, lo que está confirmado es la aparición de Severo con golpes y precintado. Una de las preguntas que atraviesan los distintos relatos, es quién tenía intenciones de secuestrarlo y cómo logró escapar. Seguramente en lo sucesivo, con la declaración de Severo, se aporte algún tipo de evidencia para desentrañar los hechos de ayer y esclarecer los culpables en el secuestro.
Por su parte, el dirigente del Partido Obrero (PO), Gabriel Solano, consideró que la desaparición de Severo constituye un “mensaje mafioso” para que otros testigos no se presenten ante la Justicia.
“Hoy tenían que declarar un total de 8 testigos, que también están amenazados”, dijo Solano en la puerta de los tribunales de Comodoro Py, donde se desarrolla el juicio.
Por su parte, Pablo Ferreyra, hermano de Mariano declaró que “todas esas situaciones nos están hablando de que hay que robustecer más el programa de testigos protegidos. Creo que el Ministerio de Seguridad tiene que tomar cartas en el asunto”. Finalmente concluyó diciendo: “Las manifestaciones populares deben generar de alguna manera el respaldo suficiente para los testigos. En ese sentido acá lo que veo es que necesitamos una presencia mucho más numerosa y militante”.