Por Rocío Altinier
Con la adaptación en manos de Ricardo Piglia (reconocido escritor, crítico literario y estudioso de la obra de Roberto Arlt), dirigida por Fernando Spiner y Ana Piterbarg y un elenco que promete, la literatura llega a la pantalla chica: dos de las grandes obras del escritor argentino, de nuevo contadas.
Seiscientos pesos con diecisiete centavos abren la trama y el conflicto de Los siete locos y Los lanzallamas, miniserie estrenada el martes en la TV Pública, que retoma las dos novelas homónimas del escritor argentino Roberto Arlt. El conflicto, en realidad, podemos verlo un poco antes, con “El Comentador” (Daniel Hendler) apuntando con un arma a Remo Augusto Erdosain y una serie de asesinatos ya consumados: a partir de acá un recorrido hacia atrás en la historia…
“De aburrido no más”, dice Erdosain -interpretado por Diego Velázquez-, roba los seiscientos pesos a la empresa azucarera para la que trabaja, pero esto es solo el comienzo de lo que será un personaje complejo, atravesado por la rutina, la angustia, la soledad y la frustración, pero portador a su vez de un espíritu soñador y rebelde. Autoproclamado inventor, Erdosain (personaje literario objeto de lecturas tanto filosóficas como psicoanalíticas) pasará a formar parte de una conspiración secreta que pretende trastocar el orden constituido, proyecto que estos siete locos, por demás excéntricos, intentarán llevar a cabo: El Rufián Melancólico (Daniel Fanego), Ergueta (Flavio Alberti), El Mayor (Claudio Rissi), El buscador de oro (Pompeyo Audivert), Barsut (Pablo Cedrón) y El Astrólogo (Carlos Belloso) conforman una serie de personajes oscuros y delirantes a la vez: “ni fascistas ni bolcheviques, vamos a preparar una ensalada rusa que ni Dios va a entender” afirma El Astrólogo, el digitador de esta empresa.
Dentro del interesante elenco que nos ofrece la ficción se encuentran también ciertos personajes femeninos interpretados por Julieta Zylberberg, Leonor Manso, Magdalena Capobianco y Belén Blanco, que hace de la esposa de Erdosain, Elsa, y cuyo rol en la historia se irá tornando central.
Uno de los desafíos a los que se enfrenta esta adaptación es lograr ese cruce entre la literatura y televisión, cruce en parte un poco temido, pero al que se reconoce la audacia, el animarse al experimento. Si ya la novela de Arlt es una mezcla de registros y formas, acá el desafío es doble: lo folletinesco, lo policial, lo satírico, ahora se traslada al marco televisivo, y entonces el movimiento también es doble, ya que en este caso la televisión debe adaptarse al texto literario y a su vez la historia a la televisión: una reescritura que va y viene y permite un nuevo acercamiento a este relato que transcurre en los años ´30 en la Argentina, y que la puesta televisiva logra adaptar con gran talento.
El fruto de esta coproducción de la TV Pública, la Biblioteca Nacional y Nombre productora, son 30 capítulos de media hora que, según las palabras del mismo Piglia, permitieron “desplegar a fondo las múltiples intrigas que están presentes en la trama del libro”.
La salida de un mundo y la entrada a otro: eso es lo que proponen estos siete locos y el mismo Arlt. Habrá que ver qué logra el traspaso a la pantalla chica.
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