Por Sergio Segura
El sábado 14 de abril fue asesinado Carlos Enrique Areiza, uno de los falsos testigos por los cuáles se adelanta una investigación al senador Álvaro Uribe Vélez. La Corte Suprema de Justicia había ordenado otorgarle medidas de protección especiales, pues era una persona clave del proceso por fabricación de falsos testimonios que se lleva en su contra.
Areiza, quien fue asesinado por sicarios en el departamento de Antioquia tras cumplir tres semanas de libertad, había denunciado que recibía amenazas desde el año 2011. La situación fue mas compleja cuando aceptó el delito de falso testimonio y haber sido presionado para mentir en el caso del exgobernador Luis Alfredo Ramos, del Centro Democrático, investigado por presuntos vínculos con grupos paramilitares. La Corte Suprema lo había llamado a indagatoria para esclarecer la posible fabricación de testigos donde está involucrado Álvaro Uribe. La orden de proteger su integridad no se cumplió.
El senador del Polo Democrático Alternativo, Iván Cepeda, organizó en el Congreso en el año 2014 un debate sobre paramilitarismo, donde afirmó que paramilitares presos vinculan una finca de los Uribe Vélez en la conformación del Bloque Metro de las Autodefensa Unidas de Colombia (AUC), justo cuando Uribe fungía como gobernador de Antioquia.
Uribe ha sido insistente en afirmar que Cepeda instigó a Areiza para testificar contra su hermano Santiago Uribe, contra el ideólogo y senador del uribismo José Obdulio Gaviria y contra Luis Alfredo Ramos. También lo acusa de ofrecer un soborno de 100 millones de pesos que, tanto Areiza como Cepeda, negaron haber consensuado, el cual tendría como fin señalar a Uribe y su círculo político de vínculos con paramilitares. Desde el 2012 Uribe denunció a Cepeda ante la Corte Suprema supuestamente por organizar un cartel de falsos testigos: “lo que sí es manipulación de testigos es aprovecharse de pertenecer a una Comisión de Derechos Humanos para visitar cárceles, docenas de veces, como no han podido negarlo, para ofrecer beneficios a personas que acusen a mi hermano o a mí”. Esta denuncia se revertió en su contra este año, pues la Corte comprobó que Areiza no escribió la carta por la que investigaban a Cepeda.
La Corte Suprema no solo desestimó las denuncias contra Cepeda y lo absolvió, sino que dejó en firme investigación contra Uribe por manipulación de testigos. Aseguran tener evidencias como llamadas telefónicas, amenazas contra los testigos y sus familias y unas supuestas “fallas técnicas”, que no es otra cosa que la desaparición de registros y evidencias de la Sala de Interceptaciones de la Fiscalía, algo a todas luces grave pues denota hasta dónde llegan los tentáculos uribistas y la corrupción del sistema judicial.
Llama la atención que Areiza no es el primer muerto entre quienes tienen información contra el exmandatario y su hermano, detalles que podrían esclarecer su participación en la creación del grupo paramilitar “Los 12 apóstoles”. La investigación contra Santiago Uribe que se adelanta hace más de 20 años y que lo envió a prisión en 2016 (hoy en prisión domiciliaria), tiene 12 testigos fundamentales de los cuales han sido asesinados nueve.
Cabe señalar que, actualmente, Luis Alfredo Ramos es jefe de debate del candidato presidencial uribista, Iván Duque, y que su entorno político más cercano está prófugo o en prisión por corrupción, parapolítica y participación en crímenes de lesa humanidad. Por otro lado, es de recordar que Uribe enfrenta 28 procesos en la Corte Suprema, además de múltiples investigaciones que han sido cerradas por la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes (también llamada “Comisión de Absoluciones” por el nivel de impunidad en los fallos).