Por Ricardo Frascara
De la primera semana de competencias en Toronto, el cronista destaca la actuación de las deportistas argentinas que, en distintas especialidades, dejan enterrada cada vez más hondo la idealización de la mujer clásica tipo Jeannette Campbell, medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Berlín ’36, de quien alguno dijo que no llegó a ser campeona por no dejar de ser femenina… Ahora arrasan.
Durante los Juegos, Panamericanos, en este caso, no podés parar ni sentarte a escribir. Ni siquiera podés pensar. Todo pasa allí, delante de tus ojos o sin que lo veas. Todo se conjuga en un gran sentimiento. No estoy en Toronto –lástima–, pero estuve en otros Panamericanos y Olímpicos. Vas de emoción en emoción, juntás todo el día risas y llantos. Mi jefe de 1964, cuando yo ya estaba rumbo a Tokio, me aconsejó: “Concéntrese en un tema por día, elija, si no los Juegos se lo devoran”. La aclaración vale porque aquí no hablaré de todo. Y lo que elegí fue la mujer. ¿Por qué? Primero porque se me dio la gana. Después porque la mujer deportista sigue siendo mirada de reojo. Pese a eso, todos los días en Toronto ha demostrado que existe. Así que dejo en el cajón al gran nadador Federico Grabich, campeón de los 100 metros libres, después de 12 años sin triunfos de argentinos en natación.
Aquí tengo las chicas, las repaso una por una. No voy a hacer una lista de valores, simplemente me dejo llevar… y veo cómo alguien hace lo imposible: bailar sobre patines. En realidad, es patinar en disciplina libre, con un grado de tecnica muy alto y un grado artistico de igual importancia. Yo, a lo largo de mi vida, apenas pude hilvanar dos pasos seguidos en un foxtrot lento. Y veo a Giselle Soler, ¡qué maravilla!, como si hubiera nacido con las rueditas puestas. Primer oro de una atleta nuestra en los Juegos. Giselle (18) fue además campeona mundial de patinaje artístico en 2011, 2012, 2013 y 2014. ¿Cuándo aprendió?, me pregunto. Y me dicen que estuvo muchos años en el Club San Lorenzo de Almagro aunque hoy entrena con José Luis Lopez y Maricarmen San Juan en el Club Tristán Suárez. ¡Ah!, con razón, ahora está todo explicado. Pero a no asombrarse con la edad, acá tengo otra jovencita, que además es peligrosa: Fernanda Russo (15), subcampeona (en pareja) de tiro de aire, que adquirió el derecho para participar en los Juegos Olímpicos del año próximo en Río. No hay que mirarla torcido, porque da en el blanco seguido: ya que fue medalla de plata en los Juegos Olímpicos de la Juventud en Nanking 2014. Imagínense; esta chica sabe defenderse casi desde la cuna.
Dejo a las más jóvenes entusiasmado por su futuro y me concentro en tres veteranas excepcionales: ¡Otra patinadora! Maira Arias (28), que ha paseado los vientos de su tierra, Neuquén, por el mundo; en Toronto voló en la carrera de 10.000 metros, alcanzó la medalla dorada, la agarró con ansias, la lustró, se la colgó del cuello, se tomó una selfie y recién en ese momento llegaba la segunda atleta. Un fenómeno Maira. Hasta alguno señaló que cruzó la meta con las manos a la espalda, como paseando por Palermo. Una tandilense internacionalizada, María Irigoyen (28), que obtuvo la dorada en dobles mixtos con Guido Andreozzi, siguiendo la tradición de su ciudad, de donde son Del Potro, Mónaco, Zavaleta, entre otros. Y finalmente una de plata para la ya popular Paula Pareto (29), la médica que si te agarra te destroza, yudoka de aquellas… Cuando tenía 9 años empezó a joder revoleando al hermanito más chico, y no paró más: medalla bronce en los Panamericanos Río 2007; medalla dorada en los Panamericanos Guadalajara 2011, y medalla de plata en el campeonato mundial de Cheliabinsk, Rusia (2014). Y plata otra vez ahora en Canadá. Suerte que pesa 48 kilos; eso me da alguna esperanza de poder darle la mano sin temor algún día.
Desde que yo era chico, y seguramente de antes para los vecinos del Támesis, se dice que el remo es uno de los deportes más completos para el hombre: trabajan a fondo los brazos, las piernas, se ensancha el tórax, se abren los pulmones, los enclenques se transforman en pura potencia. Pero claro, llegaron las mujeres, tomaron las palas y agárrate Catalina, ¡cómo le da Sabrina Ameghino! Medalla de plata en canotaje por pareja con Alexandra Keresztesi, y medalla de bronce en single y en equipo de cuatro palistas, junto con la misma Alexa, María Garro y Brenda Rojas. Y si tenés que escapar de algún entuerto, pedile ayuda a Mariana Díaz, que te lleva en bici y te muestra su medalla de bronce en la clase BMX, que no es la primera de la familia, porque su hermana mayor, Gabriela, conquistó la dorada en 2007 en Río, aunque esta semana tuvo que mirarla de atrás (quinto puesto) a su hermanita Mariana.
De postre dejé a un equipo que hace años, con distintos nombres en sus filas, viene cosechando medallas mundiales, olímpicas, panamericanas, lo que cuadre. Las más grandes de la historia deportiva sin distinción de géneros. Las mujeres con más pelotas (ovarios) que pisan el césped, sintético ahora; les presento a Las Leonas. Han pasado a la historia la superlativa Lucha Aymar, la goleadora espectacular Sole García, Aicega, Oneto, Margalot, Rognoni, la gran capitana Karina Masotta y muchas otras igualmente valiosas. Estas Leonas de hoy, herederas de todas aquellas, no han olvidado a sus maestras ganadoras en todas las canchas del mundo del hockey, pero les responden de la mejor manera, casi la única, que saben. Hasta este momento, jueves por la tarde, han roto cabezas por Toronto. Debutaron en los Juegos Panamericanos con un triunfo 9-0 sobre las mexicanas, batieron luego 11-0 a las chicas de Trinidad Tobago y vencieron 5-0 al local Canadá. ¿Cuál es el idioma de este equipo formidable? GOLES. Veinticinco a favor y ninguno en contra en tres partidos. Estas chicas pagan dos mangos la apuesta. Yo les juego, no por la guita, sino por la limpia y pura satisfacción de ganar.