Los incendios en el Delta pusieron en peligro los humedales que representan casi el 25% del territorio nacional. No es “pasto quemándose”, estos sistemas vivos tienen funciones específicas e importantes. Contra el ecocidio y el extractivismo, es urgente activar la #LeydeHumedalesYa. El análisis desde una perspectiva ecofeminista.
Por Gabriela Franchini | Foto: Bastian Baltazar
A partir de la pandemia, algunas personas con conciencia socio- ambiental, comenzaron a preguntarse cómo se ve afectada en su salud; el modo en que se vive y sobre todo en relación a la naturaleza. En las últimas semanas, a partir de manifestaciones exigiendo #LeyDeHumedalesYA, la exigencia pudo llegar a trascender los ámbitos especializados.
Fue así que, dos novedades recientes hablan de la necesidad imperiosa de contar con un marco normativo o regulatorio que proteja a los humedales de nuestro país. Por un lado, la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN) emitió una medida cautelar, en la que ordena construir un Comité de Emergencia por los incendios de los humedales; y por el otro, se volvió a discutir un Proyecto de Ley de Humedales en la Cámara de Diputados del Congreso de la Nación.
En el primer caso, es un fallo amparado en la CN, en la Ley General de Ambiente y la Ley de Bosques, entre otras, destinado a buscar la conservación del Delta del Paraná ante el modelo de producción ecocida y la emergencia pública de la lucha de los movimientos ambientales. En el segundo, un intento más que esperemos llegue al objetivo ya que no es la primera vez que se discute; ya se hizo en 2013, 2015 y 2018. En las dos primeras obtuvo media sanción pero luego perdió estado parlamentario. Ahora se propone la incorporación de una vision de género, para poner en valor los conocimientos y el protagonismo de las mujeres en la defensa del ambiente.
El Estado debe imponer su poder de regulación por encima de los intereses sectoriales, ya sean extractivistas o inmobiliarios.