Por Francisco Farina – @panchofarina / Fotos por Oscar Alerta
El viernes por la tarde se realizó, en el Hotel Bauen y con la presencia de distintas organizaciones del continente, el panel “Ante la ofensiva conservadora, los desafíos de las organizaciones populares y la izquierda en América Latina”.
El Hotel Bauen, recuperado y gestionado por sus trabajadores y trabajadoras, fue el escenario para la discusión sobre los desafíos que afrontan las organizaciones populares en un contexto de avance de las derechas en la región. Desde la convocatoria se expresaba la necesidad de la reflexión “con el objetivo de generar una salida a esta crisis en un contexto donde la ofensiva del capital busca no sólo precarizar el trabajo sino cada uno de los ámbitos de nuestra vida, agudizando la desigualdad en nuestros territorios”.
El panel latinoamericano organizado por el Frente Popular Darío Santillán y la Fundación Rosa Luxemburgo contó con la participación de distintos movimientos populares del continente: Movimento dos Trabalhadores Sem-Teto (MTST) de Brasil, el Congreso de los Pueblos de Colombia, el Movimiento de Pobladores Ukamau de Chile, el Movimiento de Pobladores de Venezuela.
La hora del Imperio
En primer lugar, en representación del Movimiento de Pobladores, realizó su intervención Rigel Sergent de Venezuela y expresó algunos aspectos del momento político en su país, pero también de la relación del movimiento social y el gobierno. “Actualmente nos encontramos en uno de los peores escenarios políticos donde el imperialismo ha dicho que es el momento”, explicó y agregó que “venimos sufriendo un reflujo en los últimos años, principalmente respecto a la vieja política y la relación con el viejo estado.
Son diversas las pujas que afronta la Revolución Bolivariana: “Existen dos chavismos actualmente en nuestro país, un chavismo institucional -la clásica burocracia- pero también existe el chavismo de base que son los millones de compatriotas, de hombres y mujeres que se encuentran en lucha y en la construcción real del poder popular”, expresó Sergent. Y especificó que “esa es la pugna que se está dando ahora en Venezuela y que realmente va a definir el rumbo que va a tomar el proceso revolucionario”.
Construir y reinventarse
Luego, Lisbeth Montaña del Congreso de los Pueblos de Colombia aportó un análisis de la situación en el continente y los proyectos que se encuentran en disputa: “Nos enfrentamos a tres proyectos en crisis, el proyecto neoliberal, el proyecto desarrollista y el proyecto del ALBA que no ha podido concretarse en términos alternativos al capitalismo”. “No podemos seguir haciendo los diagnósticos porque hoy la urgencia es proponer un modelo clave para la salida a la arremetida del capital”, sentenció.
Frente a los desafíos que se plantean los movimientos populares, Montaña explicó la necesidad de “superar el desequilibrio entre las izquierdas y las derechas en relación con el conocimiento estratégico del mundo, donde lleva una gran ventaja la derecha. Las izquierdas tenemos el reto de construir conocimiento más allá de las facciones, de reinventarse y ser convocante para enfrentar a la nueva derecha, es un imperativo disputar el sentido común” y agregó que “el reto es construir democracias participativas, directas, anticapitalistas y antipatriarcales”.
“El PT no cumplió”
Rudrigo Silva es miembro del Movimento dos Trabalhadores Sem-Teto (MTST) de Brasil y centró su intervención, realizada en portugués “para ampliar nuestra gramática y conseguir implementar un proyecto latinoamericano”, en las respuestas que acontecen en su país en relación al golpe. “Tenemos hoy un gobierno en el país que no es reconocido por grandes sectores de la sociedad (…) pero es importante entender que el proceso no comenzó en el 2016, viene siendo construido en varios años”, explicó y agregó que “es necesario remitirse a 15 años atrás” y que además “Brasil representó, en la década del 60 y 70, el principal laboratorio del neoliberalismo”.
Silva rastreó algunas respuestas para la situación que atraviesa Brasil actualmente y el rol del Partido de los Trabajadores: “No creemos que el PT sea el principal responsable de este proceso porque eso le restaría crédito a la derecha, pero su adopción de una política de consenso entre las clases, en una coalición, terminó en el proceso que presenciamos hoy”, explicó. Además hizo un balance de la gestión de gobierno: “El PT asumió el poder con la promesa de reformas urbanas, reforma agraria, democratización de medios, reforma tributaria, que no cumplió; y de una manera u otra eso lo hace responsable por la coyuntura que tenemos hoy”.
“Tener el gobierno no es tener el Estado”
Aland Castro del Movimiento de Pobladores Ukamau de Chile comenzó su exposición centrándose en la institucionalidad y la relación con el movimiento popular. “La lucha de clases es un proceso que no se detiene y que dentro de ella el Estado es un campo en disputa; y quien lo controle es quien va a imponer las condiciones políticas y económicas; si el pueblo no controla el Estado, otros lo controlan”, explicó Castro y agregó: “Dramáticamente aprendimos que tener el gobierno no es tener el Estado, tener el gobierno no implica tener el poder; tener el gobierno implica tener una mejor posición para llevar adelante ciertos proyectos”
El representante del Ukamau incursionó sobre las experiencias y proyecciones de la izquierda en los gobiernos: “La tarea de los pueblos cuando controlamos el gobierno es disputar todos los ámbitos de la vida a los poderosos”, y sostuvo que “no podemos limitar nuestra concepción a la concepción de la democracia liberal que tienen los patrones, porque cuando son las izquierdas quienes controlan el gobierno y llevan adelante reformas que cuestionan el modelo de acumulación, ellos están dispuestos a hacer cualquier cosa y traspasan la democracia y las instituciones que defienden”. “Ahí es donde nosotros vemos una contradicción y una debilidad de las izquierdas: cuando nos hacemos del gobierno tenemos un respeto inmaculado por las instituciones”, sentenció Castro.
Del piquete al proyecto continental
Para cerrar el panel y en representación del Frente Popular Darío Santillán, Francisco Longa expresó dos ideas a partir del rol de los movimientos sociales y organizaciones populares en la región en las ultimas décadas: “estas organizaciones cumplieron un rol de trinchera, de resguardo frente a las ofensivas restauradoras” y además “tienen y han tenido un rol de vanguardia política, no en el sentido iluminista, sino de poder plantear algunas líneas estratégicas de avance para esos procesos populares”.
En relación a los desafíos de los movimientos populares, Longa desarrollo tres puntos: “nuestra perspectiva no apunta a volver a ninguna ‘edad de oro’ del capitalismo”; “los movimientos populares tenemos un rol estratégico en la construcción del proyecto socialista” y por último “creemos que contamos con un acumulado político continental para nada despreciable, y debemos construir, necesariamente, en perspectiva continental si queremos avanzar en nuestra lucha contra el capital”.