Por Leonardo Candiano. Continuamos la publicación de nuestro extenso diálogo con Cuti, Musha y Kali Carabajal, a días de una nueva presentación del Carabajalazo -show que reúne a gran parte de la familia sobre el escenario- en nuestra capital federal.
Continuamos la publicación de nuestra entrevista exclusiva con Cuti, Musha y Kali Carabajal, a pocos días de una nueva presentación del Carabajalazo en Buenos Aires, esta vez en el Teatro Ópera, el día 30 de abril a las 21:30 horas. Aquí los oriundos de Santiago del Estero nos hablan de la actualidad del folklore argentino y del por qué de la fuerte presencia de la música de su provincia en nuestra capital federal.
Con todos estos años que tienen en la música, ¿cómo ven el folklore en la actualidad, en las nuevas generaciones?
Kali: Generalizando, podemos decir que el movimiento folklórico es importante, pero están faltando intérpretes con ideas claras y personalidad. Antes compartíamos escenarios con gente muy importante como Los Chalchaleros, Los Fronterizos, Los Cantores del Alba, Jorge Cafrune, una lista interminable de artistas muy importantes, cada cual con su estilo. En gran parte de los intérpretes de ahora lo que prevalece es la copia de algún cantor anterior. Es más fácil imitar a alguien que jugarse por un estilo propio. Y eso no es lo que queda, queda el que aporta algo, el que hace algo diferente. Hay que pensar en el futuro del género folklórico, los músicos pasan y el sentimiento folklórico queda, y hay que alimentarlo de la mejor forma.
Musha: Hay nuevas generaciones con otras orientaciones, hay músicos que se preocupan más por plotear el vehículo en el que van a viajar que por su propuesta artística. La estética propia está bien, pero hay que tener una base y saber de dónde se viene. No se puede desconocer a Atahualpa Yupanqui, a Andrés Chazarreta, a Julio Argentino Jerez. Si se preocuparan más por el mensaje, por la propuesta, que por el ploteo, van a encontrar seguramente elementos válidos para poderse proyectar, porque es inagotable la herencia que hemos recibido de toda esa gente. Nosotros, por ejemplo, hemos grabado varios temas de los Hermanos Simón, temas de 50, 60 años. Las nuevas generaciones no los conocen y les resultan novedosos. Eso pasa porque no han perdido vigencia.
La música santiagueña, y en parte también la jujeña, hoy día está muy presente en Buenos Aires, ¿a qué creen que se debe?
Cuti: Toda la música del norte, la jujeña, la santiagueña, la del noreste también, como la correntina, tiene muchos años de conformación y desarrollo, y muchos autores detrás que fueron quedando en la cultura del país. Son músicas alegres también, y eso influye. Ahora, en el caso de las chacareras, es como que la gente se contagia y baila más. Hay gente que baila chacarera espontáneamente, y no sabe el ritmo por ejemplo. Otros bailes en cambio son más difíciles. La chacarera la han aprendido todos ya. Es bueno igualmente que aparezcan otras músicas. A mí, por ejemplo, la música de Cuyo me encanta, pero no entra tanto.
Musha: También la migración es importante. Hay muchísimos santiagueños que poblaron Buenos Aires. La mayoría por cuestiones de trabajo, pero también músicos han llegado y se han afincado acá en busca de una mejora. Entonces eso hace que suene más también.
Cuti: Además, no hay un santiagueño que no sepa tocar el bombo, la guitarra, o que no se anima al canto, entonces trabaje de lo que trabaje en Buenos Aires, su música la difunde.
¿Qué distingue a los Carabajal, a cualquiera de ustedes, de otros grupos?
Cuti: El estilo natural, nada fabricado. Es un estilo bien santiagueño, de voces, en la escala, para abajo, primera, segunda, tercera, no más. No usamos una escala alta, esas voces bien arriba, falsetes, nada de eso, sino una armonización natural. Recuerdo, como síntesis, que una vez le preguntaron a Rodolfo Ábalos, ¿Rodolfo, puedo tocarle una chacarerita a ver qué le parece? Y Rodolfo contestó ¿en qué tonalidad está? En menor. Ya es linda entonces. En eso andamos nosotros. También nos distingue el rasguido, el punteo, el que las canciones que hacemos son serias, no son nada románticas babosas, incluso las de amor.
Kali: Nos fijamos mucho de que las canciones tengan contenido.
Cuti: Existen grupos buscadores de éxito que, por ejemplo, exageran siempre los finales, terminan bien arriba para especular con el aplauso, no es nuestro caso.
Musha: Nosotros, cualquiera de nosotros, cualquier grupo Carabajal, cuando grabamos no lo hacemos pensando en el gran éxito que puede llegar. Nos ha pasado que cuando grabamos “Como pájaros en el aire” nos faltaba un tema para completar los doce del álbum. Nosotros teníamos ensayados 50 temas más o menos, hicimos la selección y teníamos once, y después no nos convencía ninguno. Ahí Peteco nos dijo que tenía un tema nuevo que quizás servía, y lo grabamos de última. Era “Como pájaros en el aire”, y hoy por hoy ya es un clásico. Eso nos pasó porque nosotros nunca buscamos el éxito predeterminadamente, siempre apostamos al concepto del disco, a la temática, a lo que dice la canción, a la riqueza musical, y a buscar la distinción en los arreglos.
Con “La pucha con el hombre” nos pasó algo similar. Es una poesía que ha cambiado los conceptos de componer, de hacer letra en el folklore, porque ayudó a profundizar en la problemática humana y no tanto en el paisaje. Eso ha servido para que el tema, el género y para que nosotros podamos trascender más allá de lo regional.