Por ANCAP-La Retaguardia-FM La Barriada
El pasado lunes 5 de junio se cumplió el 29 aniversario del secuestro, tortura y asesinato del joven militante de las Comunidades Eclesiales de Base Agustín Ramírez. Por esta ocasión se llevó adelante en la sede del SERPAJ (Servicio de Paz y Justicia) una conferencia de prensa en donde se anunció la presentación del caso ante la CIDH (Comisión Interamericana de Derechos Humanos). La jornada contó con la presencia de Pablo Pimentel de la APDH de La Matanza; Alejandro Bois, abogado de la familia; Adolfo Pérez Esquivel, Presidente del SERPAJ; Alberto Santillán, padre de Darío Santillán; Francisca Quintana, Madre de Agustín y los hermanos de Ramírez.
La jornada comenzó con la palabra de apertura de Pérez Esquivel: “La injusticia debilita a la democracia y debilita al pueblo, es bueno no bajar los brazos y seguir reclamando. Agustín se comprometió con la lucha del pueblo”. El salón repleto de compañeros y compañeras que caminaron junto a Agustín por las calles de Quilmes y Solano, aplaudieron este mensaje inicial.
Alejandro Bois, es abogadp e integra la APDH de la Matanza, y es quien lleva adelante la causa. Durante su relato advirtió: “El seguimiento era muy específico de cada familia que buscaba justicia, y señalaban también, que esas personas eran subversivas, mismo Agustín era catalogado como subversivo. Los que aún estaban en el poder judicial e intentaban hacer algo de justicia terminaron renunciando, hasta por amenazas incluso”. Y agregó: “La muerte de Agustín Ramírez no es un homicidio común, se dio en el marco de un plan sistemático de eliminación. Del 83 en adelante, el aparato represivo de la dictadura seguía claramente vigente. Lo de Agustín fue un delito de lesa humanidad”.
Agustín “Capi” Ramírez fue asesinado la noche del 5 de junio de 1988. Se encontraba camino al asentamiento “San Martín” ubicado en las calles 826 y 898 de San Francisco Solano; allí es interceptado por un grupo de tareas de la Policía Bonaerense. Su cuerpo fue hallado sin vida a la mañana siguiente con signos de torturas (https://noticiasancap.org/2016/10/23/agustin-ramirez-una-vida-por-los-humildes/) .
La DIPPBA (Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Bs AS) afirma en 1995, mediante sus documentos, que Agustín fue abatido por la Policía. La regional Lanús de la DIPPBA, se refirió a la persona de Ramírez como “Uno de los cabecillas de un grupo de personas que se dedicaba a captar carenciados sin lugar de residencia para introducirlos en terrenos fiscales y así radicar asentamientos”.
El informe de la DIPPBA que la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) le entregó a la familia de Ramírez en 2014, es lo que permite que en la actualidad se pueda tener una esperanza renovada de justicia. Tomando este material como prueba fundamental a la hora de hacer la presentación ante la CIDH.
Jorge, es el menor de los hermanos de Agustín, debió abandonar la secundaria en 1987, por las continuas amenazas que sufría. “Siempre sentimos que la policía estaba detrás de todo esto”, destacó en una entrevista a los medios alternativos presentes en el lugar. La figura de Francisca, su mamá, a los 79 años luchar por justicia, lo enaltece. “Verla todavía peleando es muy fuerte. Hoy sentimos una alegría de dar un pasito más. Siempre trabajó con los que más precisaban un lugar donde vivir, un techo. Con el informe de la DIPPBA, soñamos que haya justicia, y que después de tantos años, no quede impune, no solo el caso de Agustín, sino el de los jóvenes asesinados por gatillo facial y torturas”, finalizó Jorge Ramírez.
Ante la mirada expectante de cada oyente que se acercó al SERPAJ, llegó el turno de la madre de Agustín Ramírez, Francisca Quintana, que inundó de recuerdos y sentimientos de su hijo, a 29 años de asesinato. “Estoy contenta con esto, es una esperanza de justicia. La presencia de mi hijo está siempre. Yo no quería creer que lo habían matado. Fue una tremenda injusticia. Tiene que haber justicia. Una escucha como tratan a los jóvenes en los barrios, no hay que esperar qué les pase algo. Agustín siempre me enseñó a ayudar y acompañar a los que más necesitaban”, dijo y destacó: “Agustín era un constante luchador por el otro, para ayudar y acompañar, siempre acompañaba al otro”.
Pablo Pimentel, además de ser amigo de Agustín, y caminar junto a él en la militancia social, fue junto a Ramírez, de los primeros objetores de conciencia de la Argentina, al negarse a realizar el Servicio Militar Obligatorio. Participaron ambos del FOSMO (Frente Opositor al Servicio Militar Obligatorio).
Con marcado sentimiento en su voz, Pimentel cuenta su pensar sobre el caso: “Formó los fogones para darle voz a los expulsados de la sociedad. Hoy a 29 años de impunidad del caso de Agustín, a los pibes de los barrios se los sigue matando y esto debe servirnos para reflexionar. El mejor homenaje es que se sepa la verdad de lo que pasó. En una de las fichas de la DIPPBA, está claro lo que ocurrió con Agustín, en esa ficha dice ‘Elemento peligroso subversivo abatido por la policía de la provincia de Buenos Aires’. Era clarita la responsabilidad institucional. Agustín sufrió lo que sufrieron los 30 compañeros detenidos desparecidos, en un lapso corto de horas, pero eso sufrió en manos de un grupo de tareas”.
La conferencia de prensa que se realizó en el edificio de la calle Piedras al 700, en la Ciudad de Buenos Aires, en todo momento fue transmitida por los medios alternativos y populares que se hicieron presentes: La Retaguardia, FM La Barriada y la Agencia de Noticias A.N.C.A.P.
Alberto Santillán, padre de Darío Santillán y un incansable luchador por la reivindicación de los derechos de los más humildes, estuvo presente en la jornada. Al momento de expresar su sentir en la conferencia de prensa hizo mención a la coincidencia de como la escuela Piedrabuena, de Solano, fue la misma que asistieron Agustín y Darío. “Agustín ayudo en las tomas de tierras y Darío siguió un poco ese camino” y reflexionó “Todos nuestros muertos son de la misma madera: Agustín, Darío, Fuentealba, Mariano (Ferreyra), el Pocho Lepratti, son todos iguales. Dejan lo suyo de lado, por entregar su vida a los que menos tienen”.
Cesar Cayeta, lo conoció a Agustín y formó parte de la toma de tierras del asentamiento “Agustín Ramírez” en 1995. Hoy, ubicado en Florencio Varela. Analiza que poder llamar al asentamiento con el nombre de Agustín, los llevo a una victoria segura a la hora de concretar dicha toma, a pesar de la dureza que presentaba Duhalde como Gobernador de la provincia de Buenos Aires. En ese instante estalló en aplausos la sala que albergaba a los presentes que se hicieron sentir.
Dentro de los asentamientos que se formaron gracias al lucha y el trabajo que llevó adelante Agustín, podemos encontrar: “El Tala”, “Santa Lucia”, “2 de abril”, “Santa Rosa” y el último fue “Barrio Jerusalem”. Su lucha en las barriadas de San Francisco Solano, aún tiene vigencia con los que la continúan. Hoy podemos advertir, que su nombre es llevado como bandera por: Centros culturales, Escuelas, calles, Centro de Salud y participación social e incluso espacios de asesoramiento legal en tierras dentro de las barriadas llevan su nombre como emblema.