Se cumple un mes del Paro Nacional en Colombia contra la política de muerte de Iván Duque, al respecto hablamos con Lisbeth Montaña del Congreso de los Pueblos en el programa Charco de Arena de Fm La Tribu.
Por Maru Waldhuter | Foto: Lisbeth Montaña
Tal vez la distancia nos lleva a pensar que no nos podíamos imaginar desde aquí lo que sucedió luego del 28 de abril ¿Pero cuál es tu impresión al día de hoy y después de todos estos días en la calle. Te imaginabas todo lo que trajo aquel 28 de abril?
No estaba en los cálculos de nadie, incluso la jornada del 28 con la que iniciaba el paro nacional se creía que iba a ser una jornada de movilización, no con la magnitud de la que vivimos y no estaba en los cálculos de ninguna organización, ni en los cálculos personales estaba. Esta explosión social que se desarrolló tampoco estaba en los cálculos de nosotres que la movilización continuara después del 1º de mayo. Esto ha sido una sorpresa agradable desde lo político, desde lo social, desde lo cultural, es tremendamente maravilloso ya que desde hace muchos años, los acumulados, las acciones de las organizaciones sociales, de los movimientos apuntaban a que se diera en algún momento esta explosión pero no nos imaginábamos que iba a ser este año, en medio de semejante situación de pandemia, de miedo, con todo lo que mediáticamente implicaba los mensajes de no salir a la calle, de no reunirse, no aglomerarse y sin embargo, la gente no le importó nada de esto y salió a movilizarse. No estaba entre los cálculos.
Mucho se habla de la juventud como un sector protagónico del paro ¿Qué tiene de particular esta juventud que hoy es uno de los principales actores políticos?
En los años 80′ y 90′ asistimos a la destrucción del sujeto político que era el obrero, en los 2000 alcanzamos a ver en Argentina, en México, en Bolivia, como otros sujetos eran llamados a la lucha, donde se habían dado también una serie de peleas, piqueteras, zapatistas y en Colombia llegamos un poco tarde a eso y gracias a las Mingas indígenas en el 2008, a la creación del Congreso de los Pueblos en 2010, de la Marcha Patriótica, esas nuevas creaciones de estos nuevos movimientos que llamaban a determinar o a crear otra subjetividad en relación al campo político de quién debía ser el sujeto pues ya no se apelaba al obrero y resulta que todas estas luchas que surgieron en el 2010 hacia adelante han permitido que se reconfigure el sujeto popular, entonces vimos que en el 2011 salieron estudiantes a movilizarse durante tres semanas, en el 2013 un gran paro nacional, en el 2016 también las mingas indígenas, y el 21 de noviembre (21N) de 2019 vemos que hay también una gran explosión, yo creo que es el punto de quiebre donde empezamos a asistir y vemos como la reconfiguración del sujeto. Es un sujeto joven, en su mayoría, que tiene como mezcla de las tradiciones clásicas de la izquierda pero además, con corrientes renovadas de resistencia, y además, es un sujeto que quizás está organizado y otros quizás no tan organizados, pero esas corrientes renovadas de resistencia son el feminismo, el ambientalismo, todas estas luchas que antes se veían como pequeñas, entonces se mezclan con estas resistencias tradicionales de la izquierda. Hoy vemos jóvenes en las calles, en su mayoría están no organizados asistiendo a los 31 puntos de bloqueo, pero son jóvenes que son feministas, que están peleando contra la brutalidad policial, gente que se reconoce con algunas tradiciones de izquierda, pero digamos que ímpetu juvenil le mete la chispa para poner el aguante en la primera línea.
¿Pensás que se le terminó de caer la máscara a la derecha, especialmente al uribismo?
Hay una ruptura con la hegemonía conservadora. Esa hegemonía que era pasiva, que no se metía con los problemas de nadie, esa generación que creía que era un caudillo el que nos tenía que venir a salvar, esa generación que creía que era un mesías el que tenía que venir a salvarnos, hay una ruptura. El sujeto que está en las calles es una persona que cree en lo diverso, en lo multisectorial, amplía la lucha pero además la radicaliza, y su forma de incidir y participar políticamente se amplió en las calles. Entones, las personas que están en las movilizaciones están discutiendo los problemas políticos de la nación en forma colectiva, inclusive, la lucha que hoy están dando las y los jóvenes pasó de ser reivindicativa a ser una más política. Hoy se está discutiendo el modelo, no simplemente que no tenemos agua, bueno, no tenemos agua pero es por culpa de los malos gobiernos que hemos tenido. Hay otra forma de pensar las luchas.
Nombrabas los feminismos y el ambiente ¿Siguen los proyectos extractivistas en Colombia?
Dentro de las agendas que se vienen construyendo de la negociación del Paro, inclusive de lo que ha salido de las distintas asambleas que hay en los distintos puntos de bloqueo, tanto lo rural como lo urbano, lo que viene avanzando son proyectos extractivistas y de hidroeléctricas y la gente está pidiendo que cese. No solo fueron las reformas que, ese fue el otro salto que dimos después del 1º de mayo que cuando dijeron que se quitaba la reforma tributaria, con eso pensaban que iban a parar a la gente, pues pasó que no, porque la gente tiene una agenda mucho más profunda para resolver, entonces la gente dijo bueno, cómo va a ser este tema de la privatización del agua, cómo va a ser este tema de las agroindustrias que tienen tan jodidos a los campesinos y las campesinas, cómo va a ser este tema de la acaparación de tierras, el tema del extractivismo que nos tiene tan pobres.
Hoy las elites en Colombia están preocupadas más porque no puede salir el carbón del cerrejón en la Guajira y no preocupadas porque la gente tiene hambre en la Guajira. Entonces fíjense en las contradicciones, eso es lo que hoy le está diciendo el Comité Nacional de Paro y también en las asambleas populares que se están dando en los distintos puntos, es que se discuta también ese modelo, el de vender los recursos naturales, esa creo que es una de las agendas más importantes porque los territorios rurales se están movilizando por la defensa del agua, por la defensa de la vida, por no al extractivismo, y por la reforma agraria, la distribución de la tierra, porque en Cali, por ejemplo, en el Valle del Cauca, la acumulación de tierra por parte de los grandes empresarios para el cultivo de caña de azúcar es una acumulación exhorbitante, entonces tanto indígenas, como población rural y urbana están peleando también por el tema de la distribución. O sea, lo medioambiental es un punto central dentro de las agendas de pelea del paro.
La mañana del 28 de abril comenzó con la imagen del derrumbe del monumento de Sebastián Belalcazar por parte del pueblo indígena Misak. El monumento del opresor cayó, fue derribado ¿Te parece que ese acto destituyente trae consigo una suerte de promesa constituyente, no solo de la memoria sino también de nuevos lazos sociales después de tantos años de una política de la muerte?
Yo creo que lo que han hecho los indígenas sobre todo, inclusive lo que nos han aportado dentro de la movilización ha sido muy importante. Atreverse a destruir las estatuas, las imágenes de los colonizadores también nos obliga, inclusive a los movimientos sociales de izquierda a destruir esas imágenes del pasado sobre cómo construimos también las políticas. A veces los movimientos de izquierda como que replicamos pensamientos colonizadores, entonces los movimientos indígenas lo que nos han llamado es a construir una nueva política de otra forma, una política más colectiva, una política mucho más aterrizada. Ellos nos han obligado a esto que denominan “caminar la palabra”, entonces eso lo han transmitido en todas las movilizaciones, en todos los puntos que han ido. Y esto de destruir a los colonizadores, no solo destruir solamente la estatua sino fracturar nuestro pensamiento. Es fracturar también la hegemonía de las familias poderosas de acá de Colombia que son las que han puesto esas estatuas para también demostrar su hegemonía sobre nuestro pensamiento. A quienes más les ha dolido, si una se fija en las intervenciones de los medios de comunicación, es a las clases poderosas que hoy estén bajando sus ídolos y, según ellos, sus ejemplos a seguir, por dónde nos debiéramos guiar la sociedad colombiana, pues ha resultado para ellos supremamente violento. Para nosotres es una forma de empezar a romper esos esquemas con los cuales nos habíamos formado y hoy los mártires de a pie en realidad son los que están saliendo a flote, los líderes y lideresas con capucha que no sabemos quiénes son, desde el anonimato aportándole a los acumulados. Detrás de todo este paro hay un montón de anonimatos que más bien se han sumado a la colectividad y la colectividad ha sido la protagonista.
De esta juventud pensamos en las niñas y las más jóvenes que hoy son el blanco móvil del terrorismo sexual del Estado y también en las madres de la primera línea ¿Qué significa que las calles estén llenas de ellas a pesar del terror?
El Estado colombiano, la policía y el ejército ha utilizado la violencia sexual como una forma de aterrorizarnos y no salir a las calles, pero creo que el ejemplo de Argentina, el ejemplo de Uruguay, eso nos ha permitido dar un salto organizativo y cualitativo muy importante en la lucha feminista. Lo que decía una madre de la primera línea “nos han quitado tanto que nos han quitado hasta el miedo”, y que “no parimos hijos para la guerra, no tenemos hermanos para la guerra” y por eso las mujeres están en la primera línea, siempre hemos estado en la primera línea desde el cuidado, haciendo todo para transformar la sociedad, y hoy desde las barricadas también estamos en la primera línea, así que ahora invitarlas a todas a seguir destruyendo esos miedos que este sistema neoliberal nos ha metido. No estamos solas, yo creo que ese es el mensaje más importante que me ha quedado, el internacionalismo ha sido una expresión de solidaridad y amor hacia el pueblo colombiano muy grande y es decir, a todas las compañeras y compañeres que nos están escuchando, es que no estamos solas y aquí estamos dando la pelea. La pelea de Colombia no es solo la pelea de Colombia, sino esto es un aporte también para América Latina. Estamos en pie de lucha por el continente entonces, aquí estamos. Ustedes también hacen parte de este movimiento, yo me siento en la pelea con ustedes. No nos hemos sentido solas, ustedes saben tanto lo que está pasando acá que las siento igual de cerca y eso ha sido muy importante.