Fotos y texto por Tamara Grinberg
Lilith precedió a Eva en el Paraíso. El judaísmo la ha utilizado para introducir el concepto de “Erotismo Femenino”. Lilith se revela contra los designios divinos y escapa del paraíso. Se convierte entonces en un demonio que rapta niños y encarna la belleza maligna y la madre del adulterio. Sus armas son la seducción y el erotismo, la noche su hábitat natural.
Siglos y siglos pasaron y hoy continuamos defendiéndonos de este estigma entre tantos otros. Ni putas, ni sumisas. Ni yuta, ni tuya gritamos en las calles del mundo. Exigimos tener el control sobre la construcción de nuestra imagen, no somos frígidas o promiscuas, no queremos más ser objetualizadas para intereses religiosos o comerciales.
El poder sobre la creación de la identidad femenina lo tuvo siempre el hombre y nuestra imagen responde al imaginario masculino, somos sus musas. No nos conformamos al lugar que nos otorga este sistema capitalista patriarcal, nos posicionamos políticamente para denunciar esto.
Traduzco este inconformismo en construcciones visuales contra-sistema. Utilizo mi experiencia vital como base, el arte como herramienta socio-política de denuncia social. Mi cuerpo y el de mis amigas como manifiesto en lucha.
Este corpus de fotografías nos ayuda a recuperar el poder de nuestros cuerpos y nuestras propias imágenes. Como mujer, fotógrafa y feminista construyo desde registros subjetivos y políticos.
Somos tres mujeres compartiendo vida en una casa del conurbano bonaerense. Villa Maipú es a veinte cuadras de General Paz al noroeste de la Provincia de Buenos Aires. Nuestras mascotas son tres gatas y un perro. Tenemos un patio lleno de plantas y una pelopincho chiquita para el verano.
El uso del cuerpo como espacios de creación y crítica, soy una más luchando por la autorrepresentación de las mujeres, feminidades y disidencias en este mundo de imágenes construidas por y para las masculinidades.