Por Lisa Buhl
Un intercambio sentido y caminado. La mirada sobre el “Ni una menos” de las feministas y comunicadoras populares Liliana Daunes y Claudia Korol. Y en esta segunda parte, la reflexión sobre el cierre de Sonidos Agitadóricos y la importancia de que no haya ni una comunicadora feminista menos.
Segunda entrega de la entrevista realizada a Liliana Daunes y Claudia Korol luego de la masiva movilización del 3 de junio quienes luego de haber compartido su mirada, realizan una reflexión centrada en el actual contexto en el que se llevó a cabo este año el “Ni una menos”.
A principios de este año, como parte del plan político general de recorte y ajuste no sólo en términos económicos sino también de contenidos, el programa Sonidos Agitadóricos que se emitía los domingos en Radio Nacional, el rincón violeta como lo supieron llamar Liliana Daunes y Claudia Korol al compartir esa experiencia radial junto a otras compañeras, fue cancelado.
Por eso, en el marco de avance de la derecha que irrumpe contra los territorios, cuerpos y voces disidentes, cuando desde el feminismo se dice “Ni una menos” también se amplia a todos los aspectos que nos afectan a la vida digna como mujeres, y las comunicadoras así lo manifiestan en una íntima conversación de compañeras.
¡Ni una feminista menos en los medios de comunicación!
Liliana Daunes: Además de esta mirada en común que tenemos con Claudia del profundo sentido feminista que tuvo la convocatoria de esta marcha Ni Una Menos del 2016, la respuesta del “¡ah, se politizó!” es absolutamente lógica en cuánto a la acción y la reacción, porque las feministas, una de las cosas que pusimos en primer plano, es que lo privado es político. En este punto, me gustaría traer una síntesis maravillosa que encontraron nuestras hermanas y compañeras de Honduras, cuando, parándose políticamente ante el golpe de Estado, lanzaron la consigna “¡Ni golpe de Estado, ni golpe a las mujeres!”, para hablar de las diferentes violencias que existen en el ámbito social, y en ese ámbito disque- privado de las familias.
Pensaba en esta historia en que ampliamos el Ni Una Menos, mucho más allá de ese horizonte terrible de la muerte y el asesinato, el feminicidio, y entonces también nos plantamos ante este momento, donde los despedidos son algo cotidiano, que atraviesan los cuerpos en general de la sociedad, pero fundamentalmente los cuerpos de las mujeres.
Nosotras, en particular, hemos sufrido, en nuestra experiencia personal y en nuestro oficio de comunicadoras, el cierre de un lugar muy importante para nosotras, el programa Sonidos Agitadóricos, porque era nuestro trabajo, pero fundamentalmente también, porque desde ahí podíamos comunicar nuestro punto de vista feminista, nuestra mirada crítica del mundo, y también los sueños y las proyecciones. Sumamos a nuestro grito: “¡Ni una feminista menos en los medios de comunicación!”, que hay tan pocas.
Claudia Korol: sí, y ni una mujer menos también, porque, si bien el hecho de ser mujer no garantiza una mirada feminista, creo que tantas voces masculinas sí garantizan una mirada patriarcal, no por una cuestión meramente biológica, sino hasta estética y patriarcal, que domina los medios de comunicación. Es impresionante, basta asomarse a Radio Nacional para ver con nombre y apellido cómo quedaron las fotitos de todos los machos conduciendo programas.
En este sentido, creo que no solo el cierre de Sonidos Agitadóricos, que de alguna manera era un programa que tenía su sentido dentro de la radio desde el punto de vista feminista, sino también la dificultad, una vez más, de que se escuchen las voces de las mujeres, las voces de la diversidad, las voces de las travestis, las voces de lxs trans, las voces de las lesbianas en los medios de comunicación. Me parece que es un tema que hay que poner, porque el Ni Una Menos no sólo alude a la supresión de vidas, sino también a la invisibilización de esas vidas.
Estoy segura de que, incluso en la lógica de muchos compañeros de izquierda, -que queremos algunos, algunos no-, que éstos no son temas relevantes. Es decir, por más que cuando llega el Ni Una Menos hay que decir algo, cuando pasa el día de la agenda, siguen las temáticas, tanto en el lenguaje sexista como en los contenidos, de manera naturalizada, machista y patriarcal.
Hay que decir, en el caso de Lili, que hay una reflexión y un trabajo de muchos años de estos temas. No es que una dice “ahora soy antipatriarcal”, y ya con eso puedo pensar, en términos de lenguaje, de contenidos, de temáticas, de problemas que se presentan en la comunicación, todo esto que Lili trabajó e investigó, pensándose y discutiendo el lenguaje, creo que es una gran pérdida que no esté, en este caso, en un medio de comunicación “audible”. Claro que estamos en medios de comunicación alternativos, y eso es parte de nuestras vidas, también, -y no nos van a sacar, espero, salvo que avancen sobre las licencias, que es parte de la ofensiva macrista de destrucción de todo lo alternativo, comunitario y popular-, pero lo que digo es que no es solamente una pérdida de trabajo para nosotras, aunque por supuesto lo es, sino una pérdida de acumulación importante de reflexión y de pensamiento estrictamente en los temas de la comunicación feminista.
Al final, quiero decir algo medio a lo bruto: no quedan muchos medios progres, quedan muy poquitos. Esto es así, ha habido una ofensiva de derechización, en general los medios son de las corporaciones y todo lo que sabemos. Pero, los que se creen progres, por lo menos, ¿no se les ocurre convocar a Liliana Daunes para un programa de radio? Y no lo digo porque está acá Lili, porque la quiero, sino políticamente lo digo. ¿Cómo es el progresismo de los progres, cuando es un sálvese quien pueda?
Creo que es responsable hacer esta pregunta, interpelar que el tener aire para comunicadores y comunicadoras, en este caso de una comunicadora, pero hay otrxs compañeras y compañeros comunicadores que también quedaron fuera de los medios, y que es una pérdida muy grande, no puede ser que se vuelva responsabilidad de esos compañeras y compañeros el tener que conseguirse la chamba, el trabajo, en lo que sea y cómo sea, pagando costos muy altos. Lo digo así, porque a mí me sorprende, y me sorprende también que no haya más respuesta de compañeras periodistas, feministas, entendiendo que hay una situación tan grave para todas, que es difícil personalizar en una o en otro, estamos todas con dificultades. Pero creo que tiene que haber estrategias desde el feminismo y desde los espacios de la comunicación feminista y popular, para que algunas voces no sean acalladas.
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