Por Sebastian Quiroga*
El sábado 12 de septiembre, luego de un fallo proferido por un juez de segunda instancia, en Bogotá, Colombia, fueron puestos en libertad los 11 líderes y lideresas del Congreso de los Pueblos. Habían sido detenidos injustamente durante más de dos meses, acusados de rebelión, terrorismo y agresión a servidor público.
La libertad de las y los detenidos demuestra la debilidad jurídica del caso, y deja sin piso la evidente persecución política y mediática a la movilización social y popular en Colombia. Aunque el proceso sigue, los líderes y las lideresas ya están en libertad y, junto al Congreso de los Pueblos, celebran y preparan nuevas medidas para garantizar su bienestar y seguridad, además de proyectar próximas jornadas de movilización.
El viernes 11 de septiembre, 42 años después de la caída del gobierno de Salvador Allende en Chile, con un pueblo que se erguía dignamente contra la ignominia, centenares de personas -tanto en Colombia y como en diversas partes de América Latina y el mundo- esperábamos con ansiedad lo que aquel segundo fallo pudiera arrojar.
A medida que la tarde fue transcurriendo, el juez del Circuito 44 de Bogotá expuso sus argumentos, y la esperanza y la alegría de que nuestras compañeras y compañeros regresaran a la libertad fue creciendo. Abrazos, besos, lágrimas, llantos y cánticos corrieron desde México, hasta las Argentina, donde nos encontrábamos integrantes del Congreso de los Pueblos, y de organizaciones hermanas que se solidarizaron con nuestros compas y con nuestro movimiento social y político.
La orden de libertad inmediata de las personas detenidas se basó en la ilegalidad de la captura. Adicionalmente, el Juez agregó que no había razones para mantenerlos con medidas de aseguramiento, y que la decisión de encarcelarlos violó el derecho a la defensa y al debido proceso.
No obstante, la Institución Nacional Penitenciaria de Colombia, INPEC, tardó más de 24 horas para permitir la salida de Paola, Lizeth y Lorena de la cárcel Buen Pastor, y de Daniel Hernández, Gerson, Sergio, Daniel Jiménez, Heiler, Andrés, Víctor, John y los demás detenido, de la cárcel Modelo.
Finalmente, el sábado pasado en horas de la noche, luego de muchos trámites y esperas, se hizo efectiva la orden de libertad, y nuestros compañeros gozan ya de la compañía de familias, amigos/as, compas, y sienten en carne propia la inmensa solidaridad que generó su injusta detención.
Aunque el proceso judicial sigue y esperamos la absolución de las y los congresistas populares, prontamente, su liberación es una victoria de la lucha social y popular, internacionalista y solidaria, que hizo un gran eco de las voces de los 11 valerosos compas. Es una derrota y un paso atrás para el gobierno de Juan Manuel Santos, quien los acusó de ser miembros del ELN, y de la Fiscalía y los medios masivos de comunicación, que se han aliado para perseguirlos y estigmatizarlos.
Preparamos nuevas jornadas de movilización para el año que viene, al tiempo que venimos caminando los territorios y los mandatos de paz y vida digna, en perspectiva de instalar una gran mesa social de diálogo, mecanismo de participación del movimiento social y popular en la construcción de la paz, y objetivo de las movilizaciones en estos meses que vienen. Sabemos que a pesar de la persecución, nos mantenemos en pie de lucha.
*Vocero Nacional del Congreso de los Pueblos de Colombia