Presiones de la Cancillería y la embajada turca impidieron una actividad en apoyo al líder kurdo Abdullah Öcalan y al pueblo kurdo, visibilizando su lucha por la autodeterminación. Una iniciativa que buscaba denunciar la situación del pueblo kurdo en Siria, en un momento de ascenso de la violencia guerrerista.
Por Claudia Korol
El viernes 6 de diciembre se suspendió una Audiencia Pública convocada en el Congreso argentino por el bloque de diputados del Frente de Izquierda y de Trabajadores – Unidad (FIT-U). La actividad tenía como fin informar sobre la Campaña Internacional por la libertad de Abdullah Öcalan, líder del pueblo kurdo encarcelado en Turquía desde 1999, y visibilizar la situación de las comunidades kurdas en Siria en un contexto de escalada guerrerista. La suspensión, según se informó, fue resultado de presiones de la Cancillería argentina.
El pueblo kurdo, compuesto por aproximadamente 45 millones de personas, habita una región dividida entre Turquía, Siria, Irak e Irán. Su lucha por la autodeterminación y el reconocimiento de su identidad enfrenta históricamente la represión de los Estados en los que se encuentran. En Turquía, el gobierno de Recep Tayyip Erdoğan ha implementado políticas represivas contra los kurdos, encarcelando a líderes políticos, activistas y miembros del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
Abdullah Öcalan, fundador del PKK, es una figura central en este movimiento. Desde 1999, se encuentra detenido en condiciones inhumanas en la prisión de la isla de İmralı, en Turquía. Su propuesta política, conocida como “confederalismo democrático”, promueve la convivencia pacífica entre etnias y géneros, desafiando al sistema capitalista.
Presiones externas y denuncias
Luciana Mariel, directora de diplomacia del Congreso, notificó la cancelación de la actividad a los diputados del FIT-U. Para Vanina Biasi, diputada del Partido Obrero (PO) y una de las gestoras de la audiencia, esta suspensión evidencia una injerencia externa: “Es obvio que intervino directamente la Embajada de Turquía para impedir que se realizara esta acción. Esto muestra que tenemos un gobierno y una conducción de la Cámara de Diputados absolutamente postrados a intereses políticos y extranjeros”.
Biasi también vinculó la cancelación con una política sistemática de censura: “Impiden con métodos antidemocráticos la libre expresión, no solo de la población en general, sino también de los propios diputados y diputadas”, manifestó. En este contexto, la legisladora resaltó que exigirán explicaciones a las autoridades de la Cámara y buscarán el pronunciamiento de otros diputados y diputadas.
Por su parte, Nicolás del Caño, diputado del PTS en el FIT-U, calificó la decisión como un acto de censura inédito en el Congreso: “Teníamos planificada esta actividad con las Mujeres del Kurdistán y nos encontramos con esta prohibición. Rechazamos firmemente esta resolución y nos pronunciamos por la libertad de Öcalan y de los más de 10 mil presos políticos kurdos”. Además, agregó que “las bancas del Frente de Izquierda están a disposición de la lucha contra la persecución y por el derecho a la autodeterminación del pueblo kurdo, como planteamos también en un proyecto que presentamos esta semana”.
La respuesta en las calles
A pesar de la prohibición, las organizaciones involucradas se autoconvocaron frente al Congreso y realizaron una conferencia de prensa. Para Carlos “Sueco” Lordkipanidse, integrante de la Plenaria Memoria, Verdad y Justicia, la calle se convirtió en el lugar natural de la lucha: “Estamos acostumbrados a dar nuestras luchas en este espacio. No lograron silenciarnos, al contrario, nos hicieron un favor. Esto que iba a ocurrir entre cuatro paredes ahora tiene mayor visibilidad”.
Lordkipanidse también destacó el carácter internacional de la campaña: “Esta es una campaña que ya reunió más de 500 firmas de organizaciones y personalidades. Se pide la solución política del conflicto en Kurdistán y la libertad de Öcalan, quien lleva 26 años preso. Es una situación grave que refleja la alianza del gobierno argentino con regímenes genocidas como el de Turquía”.
La lucha kurda como inspiración
María Elena Naddeo, de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), se sumó al repudio, señalando que esta acción demuestra un deterioro democrático: “Estamos perdiendo la democracia y el Estado de Derecho. Esto se asemeja a las peores prácticas de las dictaduras militares”. Además, destacó el rol transformador de las mujeres kurdas en la resistencia: “Las mujeres del Kurdistán son un ejemplo de lucha contra el fundamentalismo económico, por una sociedad donde varones, mujeres y diversidades convivan en libertad”.
Desde el Movimiento de Mujeres de Kurdistán, una de sus representantes reflexionó sobre el rechazo a la actividad en el Congreso argentino: “Este acto de censura refleja las presiones globales contra el pueblo kurdo. Abdullah Öcalan representa la voluntad de 45 millones de personas, y su detención es parte de una estrategia de exterminio y negación de derechos. Sin embargo, la solidaridad internacional mostrada por los movimientos feministas argentinos y organizaciones de derechos humanos nos fortalece en esta lucha”.
De distancias y cercanías
La decisión del Congreso Argentino de impedir la audiencia pública por la libertad de Öcalan es funcional al orden mundial prohibicionista y negacionista. Este orden busca obstaculizar la construcción de solidaridades entre pueblos en lucha y silenciar experiencias revolucionarias como la de Rojava, donde las mujeres kurdas lideran un modelo de resistencia y autogestión. Hoy, este territorio enfrenta una guerra genocida que intenta destruir su ejemplo transformador. Sin embargo, las organizaciones populares continúan encontrando caminos para informarse y resistir, porque la paz en Medio Oriente es esencial para la paz mundial.
En la actualidad, asistimos a dos genocidios brutales: en Palestina y en Kurdistán. Estas tragedias son parte de una estrategia que busca naturalizar el horror y adormecer la sensibilidad frente a otras injusticias, como las que afectan a los pueblos originarios en Abya Yala. Estas políticas responden al negocio de la guerra, las invasiones y la ocupación de territorios, siempre al servicio de unos pocos dueños del poder mundial.
El gobierno de Javier Milei se alinea con este orden internacional subordinado a potencias como Estados Unidos, Israel, Turquía y Europa. Su política nacional prioriza los intereses de estos actores sobre la vida de los sectores populares y la protección de la naturaleza. Frente a esta realidad, el desafío es recuperar la capacidad de respuesta y acción, resistiendo la degradación de la política y las mal llamadas democracias que se han convertido en regímenes autoritarios y decadentes.
La lucha pasa por permanecer en las calles, abrazar a los pueblos en resistencia y levantar sus banderas en todos los rincones del mundo. Se trata de construir puentes de solidaridad, multiplicar la palabra verdadera y pintar en las paredes la palabra Libertad. Libertad para Öcalan y para todas las personas encarceladas por luchar, venciendo el aislamiento y la soledad que intentan imponer.