Comienza el Juicio contra Morelia. Una mujer, madre, migrante y pobre condenada por defenderse de su agresor. Pero Morelia y su hija no están solas, frente a las agresiones machistas y la justicia patriarcal que la revictimiza, las redes feministas organizan su liberación.
Por Mariela Velárdez
Morelia Colque se levanta a la mañana, prepara el desayuno para dos. Vive con su hija de 4 años en una habitación pequeña que alquila en el barrio de Santa Marta, Ezeiza.
Cose. Le prestaron una máquina de coser y ella cose, vende lo que hace. Así que después de desayunar cose. La niña juega o mira algo mientras ella trabaja. A veces va a la casa de su abuela, pero casi siempre se queda en esa habitación, feliz con sus juguetes y su mamá.
Luego prepara el almuerzo y caminan hacia el Jardín de Infantes. Morelia vuelve y sigue cosiendo.
Los días de Morelia y su hija pasan así, no hay cambios, es toda la rutina.
Morelia es mujer, migrante y pobre.
Esta historia podría ser la vida de cualquier mujer de 25 años, con una hija, en algún barrio del conurbano bonaerense.
Morelia había conocido al padre de su hija -Brayan Huanca- hacía varios años, cuando eran muy jóvenes. Los malos tratos se fueron haciendo cotidianos y las violencias moneda corriente por parte de él así como de su familia, con la que convivió algún tiempo. La violencia aumentaba con el transcurrir de los días: golpes, insultos, violaciones. La amenaza constante le impidió a Morelia denunciar, a pesar de haber testigos de esos malos tratos.
Todavía esta podría ser la historia de cualquier mujer, pero no es cualquier historia.
Pero Morelia logró decir basta y se separó del agresor cuando la hija de ambos tenía unos pocos meses. Pero el 23 de marzo de 2018 el irrumpió en la casa de Morelia, empezó a insultarla y amenazarla. Se le fue encima. Y ella se defendió con lo primero que encontró. Él resultó herido y la ambulancia no llegó a tiempo.
Morelia se defendió. Ella actuó en defensa propia, preservando su vida y la de su hija.
Pero la justicia patriarcal, actuó de inmediato. No fue como cuando el violento golpea, no fue igual cuando el femicida toma la vida de alguna mujer, cuando el abusador queda al descubierto, en este caso, la justicia actuó rápidamente: Morelia ese mismo día quedó detenida, aislada y separada de su bebe, acusada de “Homicidio Agravado por el vínculo”.
Hace cuatro años que Morelia está cumpliendo la condena de ser mujer, pobre y migrante.
Pero Morelia no está sola. La organización y la red feminista logró primero, que ella deje de estar incomunicada, que pudiera ver a su hija y su mamá. Luego, se logró que le otorgaran la prisión domiciliaria y se fue a vivir con su familia, en una pequeña casita.
Hace unos meses, Morelia alquila una habitación y vive con su hija, donde también trabaja, cosiendo. Acompañada por su familia, amigas y las organizaciones que la acompañan -el Frente Popular Dario Santiillan y el CELS-, intenta organizar su vida, esperando su libertad.
“Lo que más quiero es recuperar mi libertad para viajar con mi hija a todos lados, verla a ella feliz, salir para poder disfrutar… Mis sueños son muchos, quiero tener mi casita para vivir con mi hija, comprarme mis cosas, que mi hija pueda tener una vida mejor que la mía. Pero lo más importante es que quiero demostrar quién soy, no soy un peligro para nadie. Soy una mamá, una buena persona” le cuenta Morelia a Yesica Soria, la compañera que la visita todas las semanas. Ambas se emocionan, porque lo que Morelia sueña, lo sueñan las dos. Y la verdad es que ese sueño lo soñamos todas, con ella.
El lunes 7 de marzo comienza el Juicio en el Tribunal Oral N°7 de Lomas de Zamora, tras una investigación que desoyó a las y los testigos, encabezada por la Fiscal de Instrucción, Fabiola Juanatey, que no tiene perspectiva de género.
Morelia fue revictimizada desde el inicio del proceso, y será juzgada por un crimen que no cometió: Morelia se defendió.
Yesica Soria, del Frente Popular Dario Santillan, explico “A Morelia la quieren presa porque es una mujer que dijo basta, ella se defendió y la justicia patriarcal la condena por eso. Desde el comienzo Morelia fue criminalizada, pero aca estamos nosotras, poniendo el cuerpo con ella, exigiendo Justicia y su libertad”
Y allí estaremos entonces, junto a ellas, porque si tocan a una, nos tocan a todas.