Por Ezequiel Arauz. Marcha entrevistó a Rafael Vargas, secretario general del sindicato del Ingenio azucarero, que encabeza un plan de lucha con paros y cortes de ruta por mejoras salariales y condiciones laborales en la fábrica de Carlos Blaquier.
En Ledesma, Jujuy, los trabajadores hicieron paro y cortaron la ruta el viernes y anuncian un plan de lucha por reclamos salariales y de condiciones laborales. Además, la totalidad de los gremios azucareros de la zona y de Salta han decidido adherir a la jornada nacional de paro de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), el viernes 8.
Blaquier está siendo acusado e investigado actualmente en una causa donde se indaga sobre la comisión de delitos de lesa humanidad en 1976, cuando fuerzas conjuntas del ejército, la gendarmería y la policía detuvieron a 400 trabajadores del Ingenio, 30 de los cuales continúan desaparecidos. Actualmente, en época de zafra, en Ledesma se desempeñan 4500 trabajadores, mientras que el Sindicato de Obreros y Empleados del Azúcar del Ingenio Ledesma que encabeza Vargas registra como afiliados a poco menos de 3000.
– ¿El pasado viernes estuvieron llevando adelante medidas de fuerza?
– En realidad la medida inicial era pararse junto los portones y demostrar el malestar de los compañeros delante de la administración, pero luego realizamos una asamblea y los trabajadores decidieron realizar el corte en la ruta nacional 54. Fue una manera de que no sólo Ledesma, sino toda la provincia y la comunidad sientan y se enteren que la empresa no puede seguir haciendo lo que se le antoja, que debe dejar de usar la soberbia y sentarse a negociar.
– ¿Cuáles son los reclamos?
– Pedimos 5 mil pesos para la primera categoría y una nueva unidad de negociación para los ingenios de Salta y Jujuy, ya que la mesa nacional paritaria fue concluida con la firma en acuerdo de la FOTIA (Federación Obrera Tucumana de la Industria Azucarera, afiliada a la CGT). Ya el año pasado estando todos en el edificio del Ministerio de Trabajo, mientras los ingenios de Salta y Jujuy debatíamos en una habitación, al lado y a espaldas nuestras, la FOTIA firmó una tabla que después repartían a cada uno de los ingenios del norte como si fuera el aumento acordado por todos. Esa fue una traición. Desde este año, los ingenios del norte no firmamos ningún acta paritaria para solicitar la apertura de otro expediente, de esa nueva unidad de gestión.
– ¿Cómo continúa el conflicto?
– Lamentablemente, el Ministerio de Trabajo no se expidió todavía. Luego del paro del pasado viernes, que fue de 24 horas, Tabacal y la Mendieta ya decidieron convocar a una huelga que se iniciará el viernes 8, nosotros en Ledesma tenemos una asamblea el miércoles 6 en la que vamos a fijar fecha para la medida y si hacemos el paro por 24 o 48 horas. Además el viernes está el paro de la CTA, al que adherimos.
– ¿Respecto de las condiciones de trabajo, qué están planteando desde el sindicato?
– La empresa implementa un acuerdo que nosotros no firmamos y que es el cuarto turno o sistema relevante que hoy se da en el campo. Se trata de un esquema por el cual, en vez de trabajar seis días y 48 horas por semana, como propone el convenio, la empresa propone que sean siete días de trabajo y con feriados rotativos en la semana y no los domingos, perdiendo compensatorios y otras sumas. Eso lo firmó en 2006 una comisión que estaba antes que nosotros en el sindicato, de atorrantes, patronal y sometida siempre de rodillas a los intereses del empresariado.
– En agosto de 2011 allí en Ledesma hubo una fuerte represión en un conflicto por viviendas en tierras de la empresa, donde hubo cuatro muertos y numerosos heridos. ¿Cuál fue la actitud de la patronal al respecto?
– Seguir jugando con la necesidad de la gente. Ledesma dice que ya tenía previsto un plan de mil viviendas y que ahora comenzaría a construirlas. De esa manera, condiciona a los trabajadores diciéndoles que si quieren acceder a las casas, no tienen que hacer paro, una bajeza tremenda. Si en verdad hubieran tenido en marcha ese proyecto, ¿para qué esperaron que ocurrieran cuatro muertes? Se trata de una clara estrategia para dividir a los compañeros y que nadie reclame por la miseria y las migajas que dan. La empresa usa las necesidades genuinas de los compañeros, como es soñar con una vivienda, para seguir pisoteándonos.
– Blaquier enfrenta un juicio por los secuestros y desapariciones de trabajadores dentro de su fábrica en 1976. ¿Cómo viven ustedes esa situación?
– Nosotros ya nos manifestamos claramente, y lo repetimos en un acto en CTA Nacional. Pedimos cárcel común y efectiva para los delincuentes genocidas que no tuvieron reparos en usar cualquier estrategia para someter a la clase trabajadora. En cien años que tiene esta empresa nunca ha reconocido a los trabajadores y nunca los ha tratado como corresponde. El grupo siempre ha vivido a costilla del sacrificio de los trabajadores. Esta empresa es un monstruo, un pulpo que pretende seguir oprimiendo al trabajador. Si alguna vez a uno de los compañeros o a mí mismo nos pasa algo, seguramente los culpables tendrán nombre y apellido. Ahora nos dicen que nuestras medidas son ilegales ¿Qué autoridad moral tiene ellos para hablarnos de legalidad cuando vienen cometiendo tantas y tantas atrocidades y hoy la justicia los pone en el banquillo por delitos de lesa humanidad?