Por Luka Morello y Nadia Fink. En esta segunda entrega, el testimonio de Vanesa Orieta, hermana de Luciano Arruga y el de Leandro Uriarte, hermano de Otoño Uriarte. Derechos humanos y democracia, un saldo pendiente.
En la segunda parte de las entrevistas a víctimas de la represión estatal en la actualidad, conversamos con Vanesa Orieta, hermana de Luciano Arruga, desaparecido desde el 31 de enero de 2009, cuando fue secuestrado por la policía bonaerense en Lomas del Mirador; y con Leandro Uriarte, hermano de Otoño Uriarte joven rionegrina, quien desapareció el 23 de octubre de 2006 y fue encontrada muerta en un canal de riego cercano a Cipolletti. La sospecha de su familia siempre apuntó al secuestro por parte de una red de trata de personas.
Acá sus testimonios, familiares de víctimas de la violencia estatal de los gobiernos democráticos. Los que luchan cada día por encontrar respuestas, contra la justicia y las mafias del poder que les niegan su derecho a la verdad y a la justicia.
– ¿Cómo los interpela el 24 de marzo desde el rol que les ha tocado en su lucha contra la impunidad y por justicia?
Vanesa Orieta (VA): A muchos de los familiares que nos toca sufrir la desaparición de un ser querido en manos de alguna fuerza policial, nos provoca un sabor amargo saber que aquel terror que vivieron 30 mil hermanos desaparecidos, hoy en democracia lo siguen sufriendo los hombres y mujeres, jóvenes, niños y niñas de los barrios pobres, las detenciones arbitrarias, las torturas en democracia, las muertes por gatillo fácil. Todos estos mecanismos autoritarios y violentos se dan hoy en esta mentirosa democracia.
Esto deja claro que la lucha por los derechos humanos debe fortalecerse; a mi familia, entender esto la obligó a denunciar, a organizarse y luchar para hacer visible la causa de mi hermano. Hoy seguimos con mucha fuerza y rodeados de un grupo que entendió lo mismo y más, Luciano es sólo el ejemplo de una problemática que se lleva la vida de un pibe pobre todos los días
Leandro Uriarte (LU): Lamentablemente el 24 de marzo hoy hasta se ha hecho feriado, y esto no es más que otra demostración de la mentira que ha montado este último gobierno que se autodenomina de los DDHH, y que también lo denominan así los sectores mas fascistas de la sociedad, todo ello con el único fin de restablecer las obsoletas instituciones “democráticas” y tapar la verdadera cara asesina del poder, vigente desde siempre… ayer con el titulo de dictadura, hoy con el titulo de democracia. Nosotros nos sumamos a la lucha durante todo el año, y tal vez, ese día es cuando más repudiamos la gran matanza que significó el último gobierno militar y nos sumamos a la denuncia contra la impunidad de la que aun gozan hoy los genocidas y sus cómplices.
– ¿En qué instancia se encuentra la causa en la actualidad? ¿Qué balance hacen del recorrido en la lucha por justicia?
VA: Después de cuatro años la justicia reconoce la denuncia de la familia y decide cambiar la carátula que antes era “Averiguación de paradero” por “Desaparición forzada de persona”; cuatro años incansables de lucha de familiares y amigos, organizaciones políticas, sociales y organismos de Derechos Humanos sembraron la verdad sobre una causa que quiso ser desviada desde un primer momento. El balance desde el punto de vista judicial nos da a entender que la justicia muchas veces calla, oculta o es cómplice, pero con la organización y la lucha podemos poner en jaque a poderes que intentan someter a un sector de la sociedad. Desde familiares y amigos creemos que la construcción de poder popular es necesaria para un mejor futuro, por eso luchamos.
LU: La causa judicial de Otoño, podemos decir que sigue como al principio o, mejor dicho, se ha profundizado la injusticia y la farsa del sistema judicial. Aún hoy estamos a la espera del resultado de los ADNs que desde hace seis años están en poder de la justicia y que por falta de fondos (ellos alegan) no los han realizado. Hace unos meses se anunció desde los gobiernos provincial y nacional la inauguración, por teleconferencia (también), de un laboratorio de alta complejidad en la ciudad de Bariloche. Hasta allí llegó el material para su análisis, el cual no se pudo hacer por falta de un microscopio electrónico necesario para tal fin. Otra vez el material viajo a Buenos Aires y quedó a la espera de los fondos. Un manoseo terrible. Sin embargo las subas en los salarios de toda la casta que integra el poder judicial es desorbitante; hace poco tiempo el ejecutivo municipal dono tierras para la concreción de la ciudad judicial en nuestra localidad; existe desde el poder ejecutivo la disposición de una recompensa para quien aporte datos a la causa, suma similar a la que se necesita para los análisis y de la cual el poder judicial no cuenta. Todo es un gran circo tramposo que solo garantiza la continuidad de la impunidad.
– Durante todo este tiempo, ¿cuál ha sido la relación y la respuesta desde los Estados nacional y provincial?
VO: La relación es distante y deshumanizada, algunos funcionarios con facultades para atender la problemática que nos afecta nos han demostrado no estar a la altura de las circunstancias, que sería lo de menos, otros directamente dejaron en evidencia su alto grado de soberbia y subestimación hacia cualquier persona humilde.
El gobernador de la provincia de Bs. As. nos recibió a los familiares y amigos de Luciano a los 3 años y 8 meses de desaparecido mi hermano. La vida de un pibe pobre a muchos funcionarios les importa nada.
LU: Ha sido la misma respuesta sistemática a todos los casos impunes: básicamente, al principio se muestran muy consternados por los casos, luego plantean ciertas reformas que no son soluciones para nada y que ni rozan la cuestión estructural de la injusticia y luego continúan con la misma desidia natural de quienes se benefician con la desigualdad que nos impone este sistema. Nada nuevo digamos.
– Qué análisis hacen con respecto a las deudas en DDHH en la actualidad, ¿afecta o no las falencias actuales la legitimidad de un discurso gubernamental a favor de los DDHH?
VA: Desde la apertura de la democracia hasta nuestros días ningún gobierno resolvió la problemática de la violencia institucional, no hay interés de hacerlo, les conviene, y eso lo sabemos muchos; bueno, familiares y amigos se propone ser parte de un gran poder popular, parte de esos muchos que se rebelen en contra de este sistema perverso, tenemos que empezar a buscar la forma de direccionar nuestra lucha hacia un interés común que es la vida digna de todos y todas, con oportunidades.
Hoy está claro que en materia de derechos humanos existen muchas deudas, quien se atreva a decir lo contrario miente. Tenemos que reforzar la lucha, los derechos humanos no se pueden negociar, no pueden ser utilizados políticamente.
LU: Yo creo que solo se podría hablar de deuda cuando se hubiera hecho algo verdaderamente significativo para generar justicia. Las cuestiones estructurales no se han tocado y los grandes asesinos y los grandes ladrones del poder siguen, sino enquistados en las esferas del Estado, libres e impunes. Las cuestiones simbólicas que le han dado cartel de gobierno de DDHH a esta mafia que nos gobierna no pueden más que intentar aplacar la realidad cotidiana de represión, desigualdad e impunidad en la que vivimos. En nuestra provincia tienen detenidos hace más de dos meses a integrantes de una de las cooperativas de trabajo de Bariloche por vincularlos con los saqueos, mientras los asesinos caminan por las calles gracias a las garantías que brinda el sistema judicial, o sea, que para el gobierno tiene más valor la propiedad privada que la vida misma.
– Desde la experiencia de su propio recorrido, ¿qué rol creen que cumplen los familiares en la lucha por los DDHH hoy y que perspectivas ven en esta lucha?
VO: Los familiares son fundamentales, son la voz de ese hermano, de ese hijo que no está, que está muerto o desaparecido. Son el motor, pero tienen que tener un fuerte acompañamiento de organizaciones políticas, sociales, de organismos de DDHH porque hay que recordar siempre que cuando uno denuncia una causa donde el victimario es miembro de una fuerza de seguridad el peligro que se corre es grande, el miedo es algo con lo que nos acostumbramos a vivir. En causas de violencia institucional nadie protege a la familia víctima y es ahí donde el acompañamiento es esencial.
Las perspectivas son positivas, no puedo pensarlo de otra forma.
LU: El rol que cumplimos es, tal vez, el de ejemplificadores de lo que el resto de la sociedad no esta exento, o por lo menos los sectores más vulnerables, los sectores laburantes. Somos el ejemplo de la más cruda impunidad y ausencia de un sistema de justicia propiamente dicho. Por otra parte creo que el dolor nos hace asumir un compromiso mayor con respecto a la lucha por un mundo mejor, porque los que quedamos debemos pelear para que no vuelva a suceder, ese es el fin último podríamos decir y eso solo se podrá lograr cambiando la sociedad capitalista de consumo y competencia en la que vivimos, en la que solo unos pocos se benefician.