Por Claudia Korol.
Las mujeres y el pueblo de Afrin están resistiendo bajo las bombas genocidas de Erdogan, con el apoyo de Putin, de Trump, de los señores de la OTAN, de ISIS, de Al Qaeda, y con el silencio de todos los gobiernos del mundo. Una mirada desde el feminismo popular, donde el objetivo es el apoyo a la Revolución de las Mujeres de Kurdistán.
Las feministas populares de nuestro Abya Yala, que nos enamoramos de la Revolución de las Mujeres de Kurdistán, de la belleza de sus experiencias de poder feminista y popular, del heroísmo en Kobane, de las miradas de sus jóvenes guerrilleras, del pensamiento revolucionario, interpelado y revolucionado desde Jineology, de la capacidad de las mujeres kurdas de nutrirse de los mitos ancestrales para encontrar la fuerza y pararse desde su sangre en la defensa de sus territorios. Quienes de alguna manera revivimos nuestra alegría y nuestra rebeldía con la Revolución de las Mujeres Kurdas, hoy no tenemos el derecho a quedarnos en silencio, o admitir sin protestar la complicidad de los gobiernos, de los poderes que ordenan el mundo con su pedagogía de la crueldad. Hay que romper el silencio llenando el aire de gritos de indignación y de palabras de solidaridad.
Las mujeres y el pueblo de Afrin están resistiendo bajo las bombas genocidas de Erdogan, el tiranosaurio de Turquía, que cuenta con el apoyo de Putin, de Trump, de los señores de la OTAN, de ISIS, de Al Qaeda, y con el silencio de todos los gobiernos del mundo.
En nuestro continente sabemos lo que es el genocidio, sabemos de las complicidades de los gobiernos y de los estados. Sabemos también cuánto alienta en la lucha, la solidaridad de los pueblos. No podemos aceptar que los movimientos populares y los gobiernos del continente mantengan el silencio o la voz baja, cuando se está bombardeando a un pueblo que lucha por su liberación, cuando se está violando a las mujeres, cuando se está asesinando a niños y niñas y se pretende expulsarlos de su tierra, de su raíz, de su memoria.
El fascista Erdogan está promoviendo una tremenda crisis humanitaria con la que se pretende desplazar a la población local, una parte de la cual ya estaba en Afrin en calidad de refugiada, y dejar que esos territorios sean ocupados por los grupos fundamentalistas.
Se dice que es en defensa de las fronteras de Turquía. Es mentira. Ninguna amenaza salió desde Afrim para Turquía.
Se dice que el movimiento de liberación kurdo es terrorista. Es mentira. Es un movimiento de autodefensa, que busca poder vivir en paz en sus territorios y que está en la vanguardia del enfrentamiento con ISIS y otros grupos fundamentalistas que desatan el terror en la región. Recordemos que en 2017 Raqqa, que fue llamada la capital del autodenominado Estado Islámico (ISIS), fue liberada por una coalición internacional que incluía a las SDF (Fuerzas Democráticas Sirias, compuestas por fuerzas kurdas y árabes). Éste fue el comienzo del fin de ISIS y se estaba cerca de abrir paso a un diálogo político que asegurara la paz en la región. Contra esta paz, y con un enorme odio y revanchismo frente a la fuerza y la dignidad del movimiento kurdo, es que se lanzan las bombas.
Afrin, administrada por los kurdos y sus aliados, era un refugio seguro desde el comienzo de la guerra. En lugar de preservar este espacio de paz, Erdogan quiere generalizar la guerra.
Por todo esto, las feministas populares del Abya Yala vamos a participar este viernes en una convocatoria amplia, promovida por un conjunto diverso y variado de organizaciones, que van a expresarse frente a la Embajada Turca para exigir que se paren los ataques contra el pueblo Kurdo. Se dice en la convocatoria:
“Las Feministas Populares de Abya Yala llamamos a las colectivas feministas del continente, a las mujeres de nuestros pueblos, a las organizaciones sociales y políticas populares, a exigir a los gobiernos que cesen sus relaciones con el gobierno de Erdogan, y le exijan que termine de agredir al pueblo kurdo en Rojava, Afrin, en toda Turquía y Siria, y a los pueblos que habitan hoy Afrim. Las Feministas Populares de Abya Yala, abrazamos a las mujeres de Kurdistan, y a sus fuerzas de defensa, que con un heroísmo conmovedor, cuidan sus territorios y los defienden”.
El viernes frente a la Embajada de Turquía, y los días siguientes, estaremos latiendo con furia para lograr la paz, y abrazando con ternura a nuestras hermanas de Kurdistán para decirles que no están solas. Que saludamos su coraje en la batalla. Que exigimos que se detenga la agresión.
Paz para Afrin.
Fuerza y rebeldía, para la Revolución de las Mujeres.