Por Mario Hernández. Las fábricas recuperadas con control obrero cuentan la historia de nuestro país. Acá un repaso por las experiencias más históricas así como las más reciente. Cómo es el camino hacia la estatización de la industria en la Argentina, desde las cooperativas autogestivas.
Las experiencias de las fábricas y empresas recuperadas mediante la autogestión de sus trabajadores y trabajadoras forman parte de la historia de nuestro país, de la más vieja y la más reciente. En marzo de este año la Facultad Abierta de la Universidad de Buenos Aires presentó en el hotel Bauen –símbolo de las recuperadas– el Informe del Cuarto Relevamiento Nacional de Empresas Recuperadas. El informe señalaba que el creciente aumento de empresas bajo la gestión de sus trabajadores provocó que ya no se consideren fenómenos propios de la crisis económica del 2001 y 2002, sino que responden a los períodos de crisis económicas que decanta en el cierre de una fuente de empleo.
Recién en 2011 durante la gestión del kirchnerismo, se modificó la legislación –ley de Quiebras- que permitió la innovación en algunos aspectos como la posibilidad de que los trabajadores mediante la organización en cooperativas hicieran uso mercantil y que el dinero adeudado a ellos sirviera como capital para la compra de la empresa. Situación que muchas veces se ve atravesada por el peligro de la presentación de una quiebra y la expropiación sin reconocimiento de las ganancias y el trabajo realizado por sus trabajadores durante estos procesos.
Para Laura Ruffolo, trabajadora de la cadena de hamburguesas “Nac & Pop”, la empresa nacional y popular propiedad de Alex Gordon, que dejó a sus trabajadores desocupados, “los compañeros de las fábricas recuperadas son un ejemplo a seguir para nosotros”. Luego del cierre, los trabajadores y trabajadoras de la cadena alimenticia quedaron con sueldos atrasados, por lo cual tres de sus locales fueron ocupados para asegurar las fuentes de trabajo, a pesar de los intentos policiales de desalojarlos y de las amenazas de Metrogas de retirarles los medidores. Son alrededor de 18 locales y unos diez empleados por local. En total la cadena cuenta con 170 personas, de las cuales 30 ya decidieron ocupar 3 locales y ponerlos a trabajar de manera autogestiva. Lo recaudado de la venta de cada producto, se dirige a un fondo de lucha que permita sostener las fuentes de trabajo en el tiempo, hasta tanto regularizar su situación.
Siguiendo el ejemplo de MadyGraf (ex Donnelley)
El martes pasado los trabajadores de Donnelley marcharon junto a organizaciones sindicales y políticas al Juzgado Comercial 19. Consiguieron el pago de parte de sus salarios, unos cuatro mil pesos para cada uno de sus 400 trabajadores y exigieron al juez que les dé la locación de la Cooperativa MadyGraf. Así como también anunciaron que seguirán movilizados por el pago total de los trabajos que ya vienen realizando.
Desde que la multinacional norteamericana cerró ilegalmente, siguieron produciendo bajo control obrero, pero no cobraron un peso porque los síndicos y el juez retienen los cheques de los trabajos y no autoriza el cobro de más de 5 millones de pesos. Tampoco liberan los fondos millonarios de Donnelley que a la fecha del pedido de quiebra tenía 22 millones en cuentas bancarias y 300 mil dólares en el Banco Citi de Estados Unidos.
La Presidenta de la Nación, Cistina Fernández, denunció la quiebra como parte de la maniobra de los fondos buitres contra nuestro país y el Ministerio de Trabajo de la provincia de Buenos Aires dijo que iba a garantizar los puestos de trabajo, sin embargo, poco se avanzó hacia una solución definitiva.
Por eso la semana pasada, después de movilizarse al Ministerio de Trabajo, lograron el compromiso para que a partir del 14 de octubre les paguen el subsidio Repro, que en su momento otorgaron en tiempo récord a la patronal de Donnelley.
Hernando Charles Mengeon, de la Comisión de Prensa y Difusión, señaló que “mientras peleamos para poder cobrar nuestros trabajos, los trabajadores planteamos que la salida de fondo para mantener los puestos es la expropiación sin pago de la fábrica y su estatización bajo gestión de los trabajadores para ponerla al servicio de la comunidad, imprimiendo materiales escolares accesibles a todos los sectores, especialmente a los más humildes, que hoy no tienen acceso a la cultura, para que a ningún chico le falte un libro”.
La única lucha que se pierde, es la que se abandona
Luego de dos años de lucha y de cuatro desalojos, el pasado 1º de setiembre los empleados del restaurante Alé Alé inauguraron un nuevo local en Cabrera 4270. El 2 de diciembre del 2013 los trabajadores se encontraron frente al cuarto intento de desalojo del local en el que funcionaba la empresa Alé Alé SRL, la empleadora que abandonó el comercio y había comenzado un proceso de vaciamiento en el 2012. El presidente de la Cooperativa, Andrés Toledo expresó que “Alé Alé es un claro ejemplo de que los trabajadores organizados podemos salir adelante y que sí se puede”.
Zanón sigue resistiendo
Las obreras y obreros de Zanon se movilizaron este miércoles pasado, para reclamar el otorgamiento urgente de un crédito destinado a la renovación tecnológica de la fábrica. Ocurre que la maquinaria es obsoleta y presenta enormes dificultades para seguir produciendo.
Durante más de una década, montaron sobre sus hombros lo que la patronal vaciadora y el gobierno rechazaron hacer: mantener abierta la fábrica y garantizar 400 puestos de trabajo. Mientras el Gobierno nacional y el MPN neuquino pretenden, con la nueva Ley de Hidrocarburos, concederle a los monopolios petroleros exenciones impositivas y facilidades para fugar capitales al exterior, las dilaciones para el otorgamiento del crédito a la cooperativa llevan más de un año y medio. Ni siquiera el boom de la especulación inmobiliaria, como consecuencia del efecto Vaca Muerta, alentó al gobierno kirchnerista a dar un impulso a las fábricas recuperadas, muy por el contrario, son sometidas a un agudo ahogo financiero. Esta situación no sólo condena a los trabajadores a recibir un salario por debajo del que establece la paritaria de la rama, sino también, se pone en riesgo conquistas como el aguinaldo o el propio pago de las contribuciones patronales. Esto, mientras se pretende que los trabajadores carguen con el peso de pagar una indemnización a la patronal vaciadora, según establece la Ley Nacional de Expropiación.
Es en este escenario que, el planteo de la estatización bajo control obrero de todas las fábricas ceramistas de Neuquén, se ha puesto a la orden del día. El Estado es el responsable de garantizar la renovación tecnológica, todas las conquistas del convenio para los trabajadores y colocar a las fábricas ceramistas como las proveedoras privilegiadas de la obra pública provincial. La movilización de los ceramistas por el crédito y la renovación tecnológica, se realizó cuando se cumplen 13 años de la ocupación y puesta en producción de Zanon.
La gesta de los ceramistas quedó inscripta en la historia de la lucha de los trabajadores y trabajadoras junto al pueblo neuquino. Hoy, una vez más, esta lucha reclama solidaridad.
También resiste el Bauen
El miércoles 10 de septiembre vencía el plazo impuesto por el Juzgado Comercial Nº 9 a cargo de la Jueza Dra. Paula Hualde para que los trabajadores de la Cooperativa B.A.U.E.N desalojaran las instalaciones donde trabajan desde hace 11 años. Frente a esta nueva orden de desalojo, los trabajadores respondieron continuando con sus actividades y desde la mañana contaron con el apoyo de organizaciones sociales, diputados nacionales y legisladores porteños. En este sentido Federico Tonarelli, vicepresidente del hotel recuperado se mostró confiado en lograr una “salida política” al conflicto legal que data desde 2007: “Creemos que avanzará el proyecto de Ley de expropiación que se encuentra en el Congreso de la Nación”.
La orden dictada por la Jueza pone en peligro el trabajo de más de 130 familias que mantienen en funcionamiento el Hotel en forma ininterrumpida desde el 2003. El BAUEN fue construido entre 1977 y 1978 con dinero público otorgado por la dictadura cívico-militar a los empresarios que lo edificaron. Ese dinero, nunca fue devuelto al Estado y en 2001, los mismos empresarios que recibieron esos fondos, provocaron el cierre del Hotel. Se trata de la empresa Mercoteles S. A. y que en la actualidad son los mismos que reclaman el desalojo.
El próximo paso: un encuentro sudamericano
Las experiencias de las recuperadas cuentan las trayectorias de las luchas y el control obrero en la autogestión. El 3 y 4 de octubre próximos estas experiencias se darán cita en la localidad de Pigüé en la provincia de Buenos Aires para realizar el Primer Encuentro Regional Sudamericano de Recuperadas “La economía de las y los trabajadores”. La sede del evento será una fábrica que fue recuperada y puesta en funcionamiento como cooperativa de trabajo por los antiguos trabajadores de la empresa Gatic: la Cooperativa Textiles Pigüé.