Por Mariano Garrido*. Salarios que aumentan por debajo de la inflación, techos que se caen, reformas curriculares empobrecedoras y cuantiosos subsidios a la educación privada es el panorama en CABA. Pero, ni esta situación ocurre exclusivamente en la Ciudad, ni tampoco se desarrolla sin resistencia.
El reciente inicio de sesiones legislativas a nivel nacional o porteño, pese a las diferencias dentro del arco político, posee un común denominador. Los anuncios grandilocuentes que ensalzan las inversiones en educación, por un lado, y una realidad que muestra una crisis educativa profunda, por otro.
En la Ciudad de Buenos Aires, el jefe de gobierno, Mauricio Macri, mencionó en su discurso cinco veces la palabra educación, siempre para referirse a los logros que él resalta en el área; todos ellos ligados a la tecnología y al reparto de netbooks. El sesgo tecnocrático y el abuso del marketing son rasgos de su gestión. La realidad de la escuela pública es otra bien distinta. Edificios centenarios que se desmoronan literalmente por el abandono planificado en infraestructura; decenas de escuelas que ni siquiera poseen edificio propio (solo en el D.E 13º, de Mataderos y aledaños, hay al menos cinco en esta situación); falta de vacantes para pibes y pibas en zona sur; salarios que reciben aumentos en cuotas y por debajo de la inflación, gracias a la obscena trenza entre el PRO y la burocracia sindical. Todo un panorama que marca un derrumbe educativo que la conectividad y el uso de netbooks en las aulas parece no poder compensar.
Una paritaria hacia abajo
En el plano salarial, el macrismo ha otorgado un aumento bastante lejano a los índices inflacionarios que ellos mismos elaboran. Un aumento salarial en tres cuotas, de las cuales una ya se venía cobrando desde enero. Un verdadero enredo de porcentajes e índices que de ninguna manera implican el anunciado 34%. Para la mayoría de las y los maestros de grado significará, en concreto, dos cuotas más de aumento en su salario, una de $545 en abril y otra de cerca de $1000 pero recién en septiembre. Permanecen el achatamiento del escalafón y las muchas sumas por fuera del básico (éste aumenta solamente en la cuota final, pero se suman $500 en negro en otro ítem).
“Los docentes llegarán a los $8.000”, anuncia el PRO en los diarios, pero ese monto se pagará solamente en los cuatro últimos meses del año. Este acuerdo es parte de una pauta que no es una exclusividad del macrismo. Scioli en la provincia de Buenos Aires, De la Sota en Córdoba o Bonfatti en Santa Fe han planteado, pese a otorgar en algunos casos salarios más altos que en otras jurisdicciones, porcentajes similares de aumento. En el caso de los docentes bonaerenses, la FEB pero además los SUTEBA opositores a la burocrática Lista Celeste de Baradel, como las combativas seccionales Matanza, La Plata o Bahía Blanca, entre otras, anunciaron medidas de fuerza pese a la aceptación de la oferta promovida por la dirección del sindicato. En Córdoba, la UEPC, alineada con el oficialismo nacional, no solo promovió maniobras fraudulentas en su plenario para forzar la aceptación del acuerdo salarial: dejó literalmente fuera del sindicato a varios delegados opositores que, al querer entrar, fueron reprimidos por la policía y hasta encarcelados. En Santa Fe, la docencia torció la voluntad oficialista y va al paro. En CABA, Ademys realizó dos asambleas con un importante nivel de participación. En ellas se expresó la voluntad de un significativo número de docentes que, de manera unánime, rechazaron el acuerdo salarial actual. Por ello, y pese al pacto rubricado entre la dirección de UTE-CTERA y del resto de los sindicatos con el PRO, que dicen rechazar el aumento pero no desarrollan medida de lucha alguna, desde Ademys hemos llamado a parar este lunes 2.
Va a ser una medida difícil de implementar: se marcha a contrapelo del oficialismo local y nacional, que parecen coincidir en que, en año electoral, las clases inicien a como dé lugar. Se cuenta con el silencio de la prensa comercial y con los efectos de la fragmentación sindical y los descuentos que aplica la patronal, que intentan desmoralizar a las y los docentes para que no salgan a luchar.
La pelea por otra escuela es de carácter nacional. Esta semana habrá paros docentes y otras medidas en CABA, Santa Fe, Pcia. de Bs. As., Entre Ríos, Salta, Tierra del Fuego, Santa Cruz, Chubut, Chaco, Formosa y Catamarca. Ante la crisis financiera, salarial y pedagógica comandada por un Ministerio Nacional sin escuelas, se expresa una resistencia que debemos seguir alimentando. Por todo esto podemos decir que las clases no comienzan con normalidad.
* Delegado de Escuela; Colectivo Lista de Maestros y Profesores – ADEMYS