Por Mariano Pacheco
Llevan más de dos semanas acampando en el hall central de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba. Se trata de la Cátedra Psicología Sanitaria B, en la que docentes y estudiantes reclaman la posibilidad de ejercer la mirada crítica.
Desde esta misma cátedra participaron el jueves pasado de la “2° Marcha por el Derecho a la Salud Mental”, que recorrió las calles del centro de la ciudad y, vestidos de blanco y con mordazas en sus bocas, realizaron una intervención artística denunciando la situación por la que atraviesa la Cátedra Psicología Sanitaria B”. Al día siguiente, muchas de ellas (hay muchas mujeres sosteniendo la protesta, y son en su mayoría mujeres, también, quienes cursan la carrera) viajaron hacia Mar del Plata, para sumar sus cuerpos y sus voces al XXX Encuentro Nacional de Mujeres. Así y todo, “El Acampe de Psico” se sostuvo durante todo el fin de semana largo y ayer lunes realizaron una asamblea para conversar sobre los pasos a seguir.
Valeria Cotaimich, la profesora de trabajos prácticos de la cátedra paralela que “se puso al hombro” el conflicto que involucra activamente tanto a estudiantes como a docentes, conversa con este cronista en una oficina de la Ciudad Universitaria, donde se reúne el “Espacio-Laboratorio de Arte/s, Performance/s y Subjetividade/s”, un colectivo que se dedica a la investigación y la extensión, que apuesta a la producción tanto académica como no académica, y surfea sobre las prácticas transdiciplinarias, según comenta Cotaimich, mientras el mate circula y la ronda se amplían con gente que llega, se presenta y se sienta a escuchar. “Hay mucha discriminación y persecución en la Facultad”, cuenta la profesora, y argumenta que “se obtura así la posibilidad de ejercer una mirada crítica”. Esa situación se debe a que “Psicología Sanitaria B” es de las pocas, sino la única, cátedra que plantea una perspectiva epistemológica y política centrada en un materialismo de corte marxista, y que cuestiona el horizonte que pivotea sobre los derechos como políticas de Estado. “Por ejemplo, nosotros participamos de la 2° Marcha por el Derecho a la Salud Mental, pero pensamos que más que preguntarse qué pasa con los derechos, hay que ejercerlos, reclamar, posicionarse como sujetos de derecho, y no como objetos de políticas de Estado”, comenta Cotaimich, en referencia a la consigna central de la movilización (“Del dicho al hecho: ¿qué pasa con nuestro derechos?”). Luego explica el trasfondo del conflicto: en 2013, tras una década de funcionamiento de “Psicología Sanitaria B” como cátedra paralela de “Psicología Sanitaria A”, la gestión de la casa de estudios llamó a un concurso unificado bajo el rótulo “Psicología Sanitaria”. Entonces presentaron un pedido de impugnación, todavía sin respuesta. “A fines del año pasado, sin dar participación a los estudiantes, se realiza una reunión de la que yo, por ejemplo, ni me enteré. Y se hizo en las afueras de la ciudad. Allí se decide cerrar la Cátedra B. Así que este año, un grupo de docentes, junto a estudiantes, comenzamos a exigir el reconocimiento no solo de esta cátedra, sino de las cátedras paralelas en general, para defender el derecho de libertad de cátedra”, remata Cotaimich.
Educación y mercado
Entre otros “inconvenientes”, los estudiantes que optaron por cursar esta materia no cuentan con registros de notas, ya que no les pudieron tomar parciales, y tampoco les aprobaron las prácticas profesionales que podrían haber hecho en el marco de la cursada. Para Cotaimich, y el resto de docentes que están con ella, todo lo que les viene pasando (podríamos agregar que este año, cuando se abrió la materia, fue en el marco de una “inscripción no formal”, lo que implicó que no tuvieran programa, ni aula, ni docente a cargo… Tampoco presupuesto…) tiene que ver con una falta decisión política de solucionar el conflicto, que podría destrabarse siguiendo la línea de lo que plantea el Convenio Colectivo de Trabajo, que en sus artículos 14 y 15 deja en claro que, en ausencia de titular de la Cátedra, puede nombrarse a otro docente, pongamos por caso a quien de hecho se hace cargo de la tarea. Y si bien el problema aparece como una “formalidad” (“la docente a cargo no es que renunció, sino que está con licencia por enfermedad hace tiempo, y la sigue renovando sin que se nombre a nadie en su lugar”, aclara Cotaimich), el trasfondo tiene que ver con una pelea que lleva años, décadas, y que se instaló en la Argentina Neoliberal, cuando de la mano del entonces presidente Carlos Saúl Menem se aprobó la Ley de Educación Superior (LES) y la educación pública, a través de la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (Coneau), comenzó a ajustarse a los lineamientos requeridos por el mercado. En esa ecuación, materias como la mencionada, sobran. De allí que, en el Consejo Superior de la Facultad –cuenta Cotaimich– se hable de “duplicación” de cátedras, y no de “cátedras parales”, que implican “otra perspectiva epistemológica, y por lo tanto, teórica y política”.
Ni un paso atrás
Algunos estudiantes que participan de “El Acampe” subrayan que “Psicología Sanitaria B” es una de las pocas materias de la facultad en donde pudieron abordar críticamente la Ley Nacional de Salud Mental. También que la salud es entendida como una temática mucho más amplia que la que suele ser tomada en la academia. En conversación con este cronista, ponen como ejemplo el trabajo que la Cátedra paralela tiene con las organizaciones sociales de las sierras cordobesas. Y destacan que, en la problemática ambiental, se pone en juego la salud dentro de los territorios.
Cae la tarde del feriado y con el sol en retirada, la Ciudad Universitaria se pone fría. Las y los estudiantes terminan su asamblea, en la que resolvieron su “plan de acción” para la semana: movilizarse el martes al Consejo directivo de la facultad, para presentar un proyecto (revisado y corregido), exigiendo el inmediato llamado a concurso docente para poder resolver finalmente la titularidad de la Cátedra. También establecer una agenda de actividades para “El Acampe”: proyección de un documental sobre pueblos originarios, relacionado con trabajos de campo realizados por estudiantes de la cátedra, el jueves a las 21 horas, y el viernes por la tarde, hacer un festival, con el objetivo de visibilizar tanto el conflicto de la facultad como la mirada que tienen sobre la educación pública en general.