Por Ana Schimelman, para La Revancha*
Entrevista a Pablo Vitale, integrante de ACIJ, sobre el abuso inmobiliario y las dificultades para acceder a la vivienda digna.
Una orden judicial intenta poner un freno a los abusos que las inmobiliarias ejercen sobre los inquilinos. Pablo Vitale, coordinador del área del derecho a la ciudad de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ) analiza la situación de la vivienda en la Ciudad de Buenos Aires, y el porqué del aumento del promedio de inquilinos frente al “boom inmobiliario”.
-¿En qué se basaban las inmobiliarias para cobrar más de lo que estipulaba la Ley? ¿Qué hay que hacer en el caso de que persistan en esta idea de cobrar excesivamente?
-Las inmobiliarias están obligadas por ley a cobrar no más del 4,15% a los casos de alquiler de una vivienda única, restricción legal que nunca respetaron. Este año lo que se intentó es hacer de eso una práctica legalizada, entonces se emitió una resolución que es la que ahora el Juez cautelarmente define dejar de lado, disponiendo que ellos no respetaban la ley porque se amparaban en la reforma del Código Civil que establece que las partes pueden contratar libremente, sin restricciones de monto. Ahora el juicio de fondo continúa, y lo que estamos esperado es que haya una resolución en sintonía con esta medida cautelar.
-¿Qué política en torno a los inquilinos ha tenido el PRO y qué resultados tuvo?
-Una política más bien de abstenerse de tomar definiciones sustantivas. Ha desarrollado solamente medidas como el programa “Alquilar se puede”, que tuvo mucha publicidad mediática pero una repercusión nula respecto a los inquilinos que se incorporaron a través del plan a la modalidad de alquiler.
-¿Por qué crees que sigue creciendo el porcentaje de inquilinos, que ya supera el 30% de los habitantes?
-Por otro tema que es la regulación de los inmuebles para la compra-venta. Nosotros consideramos que a partir de 2003 se dieron dos tendencias paralelas: una es el “boom inmobiliario”, y otra es el crecimiento del déficit habitacional. Esto indica que hay una gran cantidad de inmuebles que se están construyendo y se están comprando y vendiendo que no tienen como objetivo satisfacer una necesidad de vivienda, sino ser un depósito de dinero seguro para quien puede acceder a la compra de estos inmuebles. Mientras tanto, para quien vive de su salario y tiene un ingreso promedio, acceder a la vivienda a través del mercado formal de la compra-venta es prácticamente imposible. Esto hace que crezca el mercado de alquiler, que cada vez se vuelve más difícil para los sectores populares, por un lado por los montos, pero también por las restricciones que imponen las inmobiliarias, lo que implica el crecimiento de las poblaciones en villas. Esto marca otra tendencia bien clara en la Ciudad de Buenos Aires: las poblaciones que crecen son las que se alojan en villas y las que acceden a la vivienda a través del alquiler.
-¿Cómo se explica este incremento en la construcción de viviendas a la par del encarecimiento y la mayor dificultad para acceder a ellas?
-Un poco por lo antes mencionado en relación al motivo de la compra y venta de viviendas, pero también por la expectativa de que fortalecer al mercado de la construcción podría generar un ciclo económico virtuoso. Por lo tanto, se desarrolla una modalidad de construcción donde la regulación es exclusivamente mercantil.
-¿Qué medidas se podrían tomar desde el Gobierno para revertir esta situación?
-Hay desde medidas muy puntuales, como las que se relacionan a este fallo, que tienen que ver con hacer cumplir una ley elemental que restringe la cantidad de dinero que es necesaria para acceder a una vivienda a través del mercado formal. Por otro lado, hay políticas más de fondo que deberían tender a que la vivienda sea reconocida como una necesidad y un derecho al que todos los pobladores deben acceder. Esto implica una serie de políticas de vivienda que no se están desarrollando, que van desde la construcción y promoción de la generación de viviendas y la penalización a quienes tienen esos inmuebles vacíos. En este sentido, un inmueble vacante no es una propiedad individual vacía sin ninguna repercusión, sino que es una posibilidad de acceso a un derecho que puede ser restringida por un particular. Y hasta que no se revierta la consagración de la propiedad privada como única medida, el problema de la vivienda va a seguir de existiendo.
*Audio completo: http://www.larevanchaprograma.com.ar/la-revancha-0905/