Tras la jura como presidente, Javier Milei vaticinó un ajuste feroz. En la previa de la asunción, gremios y organizaciones sociales empezaron a delinear un frente de lucha y oposición.
Por Mauricio Polchi
Como si aún estuviera en campaña, con slogans vacíos y sin certezas ni detalles sobre la implementación de su programa de recortes económicos, el domingo 10 de diciembre el flamante presidente Javier Milei se dirigió a los argentinos con un discurso que duró poco más de 30 minutos. Lo hizo después de recibir los atributos de mando por parte de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, de espaldas al Congreso, sobre las escalinatas del Parlamento y de frente a los seguidores del libertario que se acercaron al centro porteño para escuchar al nuevo mandatario.
Si bien no hubo definiciones sobre las medidas que ejecutará el gobierno, ya que los anuncios se volvieron a posponer. Milei mostró las cartas y dejó varias definiciones sobre lo que se vendrá a partir de ahora en el país al ratificar que el “ajuste será de shock” y anticipar que la situación del pueblo trabajador “empeorará” en el corto plazo.
El foco de su mensaje estuvo puesto en la denominada “herencia”, y aunque no deslizó ninguna acción contra los sindicatos, solo se animó a amenazar a quienes reciben alguna asistencia del Estado. “El que corta no cobra”, lanzó en relación a las manifestaciones callejeras.
La previa
A pocos días de la asunción de Javier Milei, y mientras el libertario le sacaba filo a la motosierra que utilizará para avanzar sobre los derechos laborales, las centrales sindicales y un conjunto de organizaciones sociales de Argentina se reunieron en el Salón Felipe Vallese de la Confederación General del Trabajo.
El encuentro realizado el lunes 4 de diciembre en la sede de Azopardo, que desató la furia de la derecha, se convirtió en la primera postal unidad frente al plan de ajuste y privatización que impulsa el presidente electo. “Piqueteros y sindicalistas sellan una alianza contra el futuro gobierno de Javier Milei”, alertó al día siguiente el diario La Nación en su título principal. A tono con esa línea, el expresidente y aliado de Milei, Mauricio Macri, se sumó a la ofensiva conservadora y lanzó un duro ataque desde las redes sociales al tildarlos de “hipócritas”.
La reunión, que puso nervioso y encendió las alarmas del mileimacrismo, sirvió para presentar a las nuevas autoridades de la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP). La foto de las cúpulas de la CGT y la CTA junto a la flamante dirección de la UTEP, se propone como un dique de contención para frenar las intenciones de la Casa Rosada sobre desregular la economía, achicar el estado y liberar el mercado. Además, se trató de un hecho inédito que sirvió para reunir a referentes de todo el ámbito sindical como prólogo a una historia que se viene y todo indica que será en una etapa de resistencia a Javier Milei y sus políticas antiobreras. Estos sectores, que por este motivo acompañaron a Unión por la Patria y apoyaron a Sergio Massa durante la campaña electoral, ahora deberán explorar un protagonismo opositor de cara al 2024.
La UTEP
El proceso de construcción de la UTEP, que lleva más de 20 años, tiene su punto de partida en la crisis y posterior rebelión de diciembre de 2001/2002. Con el despliegue del movimiento de desocupados en los barrios populares de la Argentina, la organización gremial de este sector se apuntaló en el año 2011 con la creación la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP). En el año 2016, junto a la CGT, la CTA y otras agrupaciones, impulsaron la Ley de Emergencia Social. Desde ese momento, se empezó a fortalecer el vínculo con las entidades gremiales y ya en diciembre del 2019 nació la UTEP bajo la conducción de Esteban “Gringo” Castro como Secretario General.
En la primera semana de enero 2023, con la participaron de unos 420.000 afiliados en más de 500 lugares de votación en todo el país, Alejandro “Peluca” Gramajo fue elegido para reemplazar a Esteban Castro como secretario general. Gramajo encabezó la lista de unidad denominada “Celeste y Blanca por Tierra, Techo y Trabajo”, compuesta, entre otros, por Dina Sánchez, la militante feminista y referente del Frente Popular Darío Santillán; Norma Morales, de Somos Barrios de Pie; Ramiro Ezequiel Berdesegar, dirigente de la Corriente Clasista y Combativa y Johanna Vanesa Duarte, también dirigente del Evita.
En el acto realizado en la CGT, durante su intervención, el cotitular de la central obrera Héctor Daer indicó: “Estamos acá juntos ratificando que no hay trabajadores de primera y trabajadores de segunda” por estar o no sindicalizados. En la misma sintonía, el cosecretario general de la CGT, el camionero Pablo Moyano, recordó que “hace unos años estábamos en la calle contra la reforma laboral de (el expresidente) Mauricio Macri y hoy no solo nos vuelve a gobernar el macrismo sino también el menemismo”.
Por su parte, el dirigente de UTEP Alejandro Gramajo aseguró que “en la Argentina que viene la unidad va a ser fundamental” y llamó a “no enojarnos con el pueblo cuando nos da enseñanzas” en referencia al resultado del balotaje. “No vamos a poder recuperar más el Gobierno si no hacemos una autocrítica”, agregó, y remarcó que “más allá de que a la política y a la Justicia no le guste, ahí vamos a seguir reclamando techo, tierra y trabajo”.
Si bien el objetivo a largo plazo es que la UTEP forme parte de la CGT, en lo inmediato van a diagramar un esquema de defensa frente a las tormentas antipopulares que se avecinan con el paquete de iniciativas que La Libertad Avanza enviará al Congreso a través del conjunto de leyes llamadas “ómnibus”.