Por Ricardo Frascara
Con las imágenes aun visibles del partido cumbre del seleccionado argentino de rugby, que le ganó a Sudáfrica 37-25 en su propia casa, los Pumas ya se preparan para enfrentar este sábado en Buenos Aires a sus recientemente vencidos, como parte de la puesta a punto del equipo para el Campeonato Mundial en el que debutará el 20 de septiembre, ante los campeonísimos All Blacks.
El sábado en Durban se consumó un hecho que alteró al mundo del rugby. La selección argentina le ganó por primera vez al fuerte team de Sudáfrica, ante tribunas que comenzaron bulliciosas y terminaron mudas. Los famosos Pumas se aferraron a esa tierra que los bautizó en su brillante gira de 1965 y se sintieron dueños en la casa sudafricana. “Todo empezó en el sudamericano de 1964, en San Pablo, cuando Danny Craven, en ese entonces ´dueño´ del rugby en el mundo, nos ofreció hacer una gira. Nos parecía algo imposible, pero la invitación estaba hecha: en 1965, un seleccionado argentino iba a hacer su primera visita más allá del océano”. Esto lo recordaba no hace mucho Nicanor González del Solar, una de las estrellas de aquel seleccionado de 1965 que salió de Buenos Aires con un equipo de 26 hombres decididos y volvió de Sudáfrica con una manada de Pumas. Había conquistado el nuevo nombre tras una victoria inolvidable frente al Junior Springboks, por 11-6. Ni Nicanor, ni sus compañeros, ni los que quedamos con la boca abierta en la Argentina, sabíamos que ese paso era el comienzo de una de las más grandes leyendas del deporte argentino. Y ahora volvemos a encontrarnos como en aquellos días: los Pumas consumaron la gran hazaña esperada durante 50 años: vencer a la poderosa selección sudafricana en su casa, en el último match del Championship, la máxima confrontación del hemisferio sur, donde los Pumas tienen un lugar desde 2013.
Y hoy, cuando todavía suenan los clarines de la conquista (37-25), y los fans argentinos esperan para ver la revancha este sábado en Vélez Sarsfield, el coach Daniel Hourcade (57), que prepara al equipo para el inminente campeonato mundial, le declaró a La Nación: “Es momento de pensar en el próximo partido y empezar a analizar a Sudáfrica, que sin dudas será un rival muy difícil. Lo del sábado fue muy lindo, pero las victorias duran poco, ya quedó en el pasado y hay que mirar para adelante. Estamos en la tercera semana de preparación y aunque restan ajustar algunos detalles, creo que estamos en el buen camino”. Y así es, no caben dudas, el técnico quiso decir ya cantamos, ya lloramos, ya reímos, ahora a volver a transpirar. En tanto uno de los referentes del equipo, Juan Martín Hernández (33), expresó el pensamiento general: “Este partido contra Sudáfrica lo debemos tomar como lo que es, de preparación de cara a nuestro gran objetivo que es la Copa del Mundo. Nuestra perspectiva no cambia tras el triunfo del sábado. Sí es cierto que este tipo de victorias te ayudan en lo anímico”.
Esta es la pequeña visión cercana de esta gran era Puma: el sábado pasado mostraron una extraordinaria tarea de todo el equipo, con determinantes salidas de los crus, con velocidad de pensamiento y exactitud inédita en su juego de manos, una defensa planificada y desarrollada a la perfección, como para demoler al poderoso ataque sudafricano que, como señaló Hourcade al comentar el partido, “fue lo que les quemó la cabeza”, a los sudafricanos, acostumbrados a penetrar cualquier defensa. La visión más amplia, hacia adelante, nos deja ver un panorama conmovedor, más allá del partido de prueba de este sábado, con el agregado de jugadores permanentes que por distintas razones no viajaron a Sudafrica y ahora se reincorporan: los Pumas debutan en el Mundial el 20 de septiembre, nada menos que ante los All Blacks (Nueva Zelanda), el equipo número uno del mundo.
Me imagino, ante esa perspectiva, con qué expresión de aliento y orgullo mirará el Puma del ’65, José Luis Imhoff, a su hijo Juan (27), que brilló ahora en Durban al marcar tres veces (15 puntos en total), como una extensión en el tiempo Puma. Ese equipo que mantiene su vigencia al cabo de medio siglo y se lanza en septiembre a conquistar el Planeta que, desafiando la fuerza cósmica, los Pumas han transformado en ovalado.