Por Mario Hernández
Dialogo con Clara Marticorena, especialista en relaciones laborales y condiciones de trabajo, para considerar como afectará el acuerdo con el FMI a las paritarias y las condiciones de trabajo.
¿Cómo afectará a las paritarias y a las condiciones de trabajo el acuerdo con el Fondo?
C.M.: El acuerdo sin dudas va a profundizar la ofensiva sobre las condiciones de trabajo, que ya los trabajadores de distintos sectores venimos padeciendo con distinto nivel de intensidad. Esto también se viene expresando en los distintos proyectos de reforma laboral que impulsó el gobierno, el tope a las paritarias, este año con la exclusión de la cláusula gatillo y el intento más fuerte de sostener un techo por debajo de la inflación. O sea que en principio, como cuestión general va a implicar una necesidad de parte del propio capital y del gobierno de redoblar la ofensiva sobre los trabajadores.
El gobierno va a intentar darle curso a los tres proyectos de reforma laboral que están actualmente en el Congreso, hasta ahora no ha podido avanzar, pero en caso de no poder hacerlo en términos de una ley general van a continuar tratando de avanzar a nivel sectorial, esto es algo que ya han hecho, es conocido el caso de Vaca Muerta o el convenio que firmaron con Sancor, recientemente el acuerdo firmado con Carrefour permitiendo la desvinculación de trabajadores. Van a ir por la legislación pero si no logran avanzar en ese sentido, que por ahora está más trabado, van a seguir avanzando sectorialmente.
El tema es que obviamente en la medida que se agudiza la crisis económica y la recesión también va a generar más despidos, deterioro de las condiciones de trabajo y esto juega también a la hora de la negociación y se replica en un menor poder de negociación de los trabajadores.
– El decreto 508/18 señala que los sindicatos y las Cámaras que ya cerraron acuerdos para este año, pueden negociar voluntariamente un adicional del 5% en dos cuotas y que el Ministerio de Trabajo lo homologará rápidamente. ¿Cómo se puede interpretar?
C.M.: Es una salida que intenta descomprimir los reclamos de reapertura de paritarias en los sectores donde ya se firmaron. Todas las paritarias se firmaron a la baja porque la devaluación que se aceleró en el último mes y que está planteando que va a haber una inflación anual del 27%, deja a todas las paritarias a la baja incluso aquéllas que habían sido menos desfavorables para los trabajadores como el caso de aceiteros. O sea que es un intento del gobierno de plantear una válvula de salida, o de descompresión de los conflictos por recomposición salarial que se dan en este contexto altamente inflacionario, muy por encima de lo que muchos gremios ya cerraron, sin cláusula gatillo, sin revisión, con lo cual esto se profundiza y es una pretensión de limitar la recomposición de los salarios y de garantizar una caída salarial.
Esto está en línea con las políticas del FMI y las clases dominantes que tienen la visión de que el costo laboral en Argentina es alto y que por lo tanto hay que bajarlo. La caída de los salarios que venimos teniendo y que este año se profundiza claramente está en esa dirección.
Las informaciones indican que en el 2017 la cantidad de convenios colectivos homologados por el ministerio de Trabajo se redujo un 42% en relación al año anterior. Este dato muestra la menor cantidad de negociaciones colectivas desde el año 2007.
C.M.: Es verdad que en 2017 hay una caída importante, por debajo de las mil negociaciones. Esto creo que tiene que ver con una disminución de los acuerdos firmados a nivel empresarial, porque en la dinámica previa lo que sucedía es que se firmaban acuerdos por actividad y después esos acuerdos daban lugar a distintos conflictos, ya sea para hacer efectivas esas condiciones pactadas o bien en empresas más grandes o más concentradas, los trabajadores buscaban una mejora respecto del convenio de actividad o mantener mejoras de empresa respecto del convenio de actividad. En general después de las negociaciones de actividad había negociaciones de empresa articuladas a esa negociación. Tendería a buscar por ese lado pero tengo que ver el dato más desglosado
– En términos generales los acuerdos salariales se han ubicado por debajo de la inflación del 2017. Hay información que dice que si bien esto es así los básicos de convenio se mantienen relativamente constantes. ¿Cómo es esto?
C.M.: En muchos casos se produce una especie de achatamiento y de aumentos que marcan un mayor porcentaje en los (salarios) básicos y no en adicionales, entonces hay cierto aplanamiento en la actualización de éstos últimos. Tiene que ver con esa evolución. Además hay un cierto achatamiento en términos de escalas salariales, por ejemplo, el convenio que recientemente firmó UPCN para estatales, que establece un aumento en porcentajes para las categorías más bajas y para las más altas una suma fija. Con lo cual hay una política de ir achicando o tratando de impactar en los salarios más bajos pero reduciendo la escala salarial. Eso hay que verlo en los distintos sectores cómo se configura.
Hubo un aumento de los salarios básicos en la etapa kirchnerista, sobre todo en los primeros años. Parte de esos aumentos tenían que ver con el blanqueo de sumas en negro o sumas por fuera del básico que recibían los trabajadores. Ahí hubo una recomposición del básico, pero la importancia que tienen los componentes “variables” en el ingreso es muy alto, sobre todo en algunos sectores o en empresas más grandes que tienen pluses por productividad, por desempeño, por turno, un montón de adicionales que se cobran sobre el básico.
Mencionaste el acuerdo de UPCN ¿podríamos afirmar que los más perjudicados han sido los trabajadores del Estado?
C.M.: En gran medida los trabajadores del Estado vienen con un retraso importante y la reducción de salarios y de puestos en el sector estatal opera como caso testigo para el sector privado, orientando la política de gestión de la fuerza de trabajo. Es importante ver cómo operan las distintas burocracias sindicales, porque lo de UPCN es bastante cuestionable, y de hecho generó conflicto en el sector, porque primero no quería cerrar un 12% y terminó cerrando un 15% en cuotas.
– Y a revisar recién en marzo del año que viene.
C.M.: Claro. Influye mucho el tema de las burócratas sindicales. No es el único factor que opera, pero es importante para ver en qué lugar se encuentran los trabajadores para tratar de perder lo menos posible en este contexto. Claramente es un acuerdo que va en línea con ciertos cambios que se vienen dando en el sector, incluso de disciplinamiento y mayor control en los lugares de trabajo. Este acuerdo va en línea con esa política.
La CGT le dio una tregua importante al Gobierno
¿Hasta dónde en estos dos años el gobierno de Cambiemos ha logrado el ajuste que requieren las patronales argentinas,?
C.M.: Yo creo que han tenido logros parciales. Mi lectura más general es que la intención, o lo que está detrás, tiene que ver con recomponer la relación de fuerzas previa a la crisis de 2001. Es decir sobre aquellos aspectos en los que se logró recomponer la organización de los trabajadores y avanzar en ciertas conquistas que también fueron parciales, pero que significaron cambios en la disposición de los trabajadores, en la posibilidad de repensar la forma de organización en los lugares de trabajo, avanzar en discusiones como por ejemplo la subcontratación en algunos sectores; me parece que es parte de aquellos elementos que durante el gobierno de Cambiemos, tanto el gobierno como las patronales pretenden barrer. Y está planteado en los distintos proyectos de reforma laboral.
También creo que el proceso de organización que se dio en los últimos 15 años permitió sentar ciertas condiciones, ciertas reivindicaciones que no son tan fáciles de cambiar para los empresarios. Sin duda intentan modificar las condiciones, como la organización en el lugar de trabajo, la posición de los trabajadores en cuanto a sus reclamos y reivindicaciones, pero no lo vienen logrando.
En ese sentido el debate y finalmente la sanción de la reforma previsional en el marco de un Congreso militarizado y de una brutal represión marcó un punto de inflexión y eso dejó en buena medida el anterior proyecto de reforma laboral que ahora fue rearmado en tres proyectos. No están logrando el avance que pretenden, pero sin duda el efecto del desempleo tiene su peso en la correlación de fuerzas y también lo tiene la caída del poder adquisitivo. La situación hoy es bastante crítica pero hay cierta capacidad de resistencia. Hasta ahora intentaron ser garantes de la paz social aunque fracasaron en eso, pero tuvieron una posición de darle una tregua importante al gobierno. Me parece que la presión de los trabajadores de base o de los distintos sectores sindicales pesan y la posición de sectores gremiales como Palazzo de La Bancaria.