Por Facundo Malvicino. Segunda parte de la entrevista a Omar Chianelli, referente de la Asamblea de Flores y la Cooperativa de Viviendas 20 Flores.
-¿Por qué se mantiene el asistencialismo? ¿Cuál es el interés político en mantener esta red?
-Casi todas las redes de contención social hoy en la ciudad están tercerizadas. El Estado deriva en organizaciones de sociedad civil que funcionan como un negocio. Al Bachillerato Popular que funciona en la Asamblea de Flores asisten chicos del parador Púrpura, estas organizaciones reciben un canon mensual por pibe que puede llegar a los $10 mil, que debería contemplar alimentación, vestimenta, asistencia médica. En determinado momento, para mantener la rentabilidad, el servicio ajusta por calidad, es decir, los chicos empiezan a recibir menos , peor alimento, menos vestimenta. Esto viene acompañado de castigos: cuando un chico “se porta mal”, las sanciones pueden llegar a ser la expulsión momentánea del hogar, el chico queda en la calle por un día, una semana, mientras se sigue cobrando por ese chico. Esa sanción la decide el dueño del establecimiento o quien esté a cargo. Los chicos quedan en manos de privados.
-Podríamos decir que esto es un reflejo del neoliberalismo y del abandono del Estado de determinadas funciones que solía cumplir.
-De hecho no hay un abandono del Estado. Muchos piensan que el macrismo es el no-Estado y no es así. Es un Estado diferente, es un Estado fuerte, de lo contrario no podría hacer lo que hace. Los padrinazgos, los Centros de Primera Instancia (CPI) que funcionan con maestros precarizados, incentivos a cooperativas de trabajo (cartoneros entre ellos), el pase a planta permanente de 17 mil personas, la entrega de título habilitante a los bachilleratos… si ves lo que hace el macrismo y el gobierno nacional en materia social, no son tan distintos. Antela Policía Metropolitana, el gobierno nacional armó el cordón sur; se están mirando el uno al otro permanentemente, nada más que uno lo hace con un discurso de derecha o que no nombra, mientras que el otro lo magnifica como si estuviera haciendo la revolución socialista. Sé que lo que digo es controvertido, pero tanto uno como otro, en materia social, con los sectores empobrecidos, tienen una política similar.
-Cómo ves a nivel nacional la política social iba a ser la pregunta, pero me ganaste de mano…
-Pasa que el macrismo, si no construye una base social, no tiene chances. Tiene que copiar un modelo de construcción social más peronista, más clásico, aunque lo oculte y no sea su eje ideológico. Su mística la va a construir desde la legalidad, la justicia, la institucionalidad, pero por abajo es como hizo De Narváez en la provincia cuando le ganó a Kirchner. Si ves la construcción que tienen en las provincias Gioja, Alperovich, Infrán, etc. ¿En qué se pueden diferenciar de lo más rancio del menemismo, del peronismo clásico, etc.?
Desde las comunas, consideramos que el kirchnerismo ha decidido abandonarla CABA: el subte, la basura, etc. Está entregando la ciudad para luego tener un discurso de reivindicación del interior o el gran Buenos Aires, frente al centralismo porteño que en definitiva es centralismo nacional.
-¿Cómo ves la política de vivienda en la Ciudad?
-En la ciudad no hay política de vivienda. El Macrismo ha construido muy pocas viviendas. Es más, lo que construyó tiene más que ver con los fallos de la corte que no permiten asentamientos cerca del Riachuelo, donde hay que relocalizar 7000 familias para las que construyeron algunas viviendas en Bajo Flores. También la relocalización de Villas en Barracas, Chacarita, etc. Villa Cartón fue incendiada y esa gente fue relocalizada en Parque Roca, primero en carpas y luego en viviendas precarias por dos años, en un lugar contaminado, sin cloacas ni agua potable. Les llevaban los bidones de agua todos los días y nunca le hicieron las conexiones. Luego de ese tiempo, llevan a las 240 familias a Castañares donde hacen algunas viviendas, aunque algunas familias quedaron afuera. Esas viviendas las hacía Sueños Compartidos, que tenía proyectado hacer 2 mil. Por otro lado, tampoco hay infraestructura en la zona (Hospitales, escuelas,), nada que garantice cierta contención que les permita a las familias hacer su vida en el barrio. La consecuencia es la saturación de los pocos servicios públicos, no hay espacios verdes. La reconfiguración de la ciudad para el negocio inmobiliario implica liberar la comuna 4 y dejar Lugano como el gheto de estas familias.
-¿Cómo ves la política de vivienda en Nación?
-El gobierno nacional ha apostado a la provincia y el conurbano. Hay planes habitacionales. Pero cuando dicen que hubo un millón de soluciones habitacionales, esto no significa que se construyeron el equivalente en viviendas. Puede ser un subsidio, algún crédito para refaccionar la casa, aunque sí es cierto que se hicieron 500 mil viviendas. También algunas se hicieron con cooperativas de trabajo y por lo tanto generaron empleo. Esto se ha dado en Chaco, Jujuy, Salta, provincia de Bs. As., donde la tierra vale menos o las pone el Municipio. Por lo que la construcción pasa a ser todo el costo. Ha habido mejoras, no hay dudas, de lo contrario el gobierno no hubiera sacado el 54% de los votos.
-¿Cómo están organizados y cómo es la relación con otras cooperativas o movimientos, con la CTA ?
-Si bien tenemos relaciones con otras cooperativas, no sólo dela Comuna 7, el movimiento está muy fragmentado. Hay espacios de vivienda que se construyen en el marco de determinadas demandas, que se consiguen en el marco de luchas concretas. El año pasado hicimos un acampe en el IVC y se lograron algunas cuestiones: se empezaron algunas obras, se consiguieron algunos créditos, el reconocimiento de más cooperativas que estaban fuera del Plan de Vivienda, etc. Por lo general, las cooperativas más grandes son las que tienen más éxito.
-¿Cuál es la visión desde la organización? ¿Qué políticas proponen?
-Nuestro reclamo puntual es una solución con el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES), por la situación legal de nuestro espacio, para poder tener legalmente el terreno y empezar a construir en convenio con el IVC.
A nivel de política nacional, proponemos un plan integral de 100 mil viviendas por año por lo menos, marcando una tendencia que permita absorber el crecimiento de la población vegetativa. También proponemos terminar con el clientelismo, aumentar la oferta de viviendas para sectores de menores ingresos, sectores marginales, informales, etc. No hay oferta para un sector que podría alcanzar a pagar una cuota de $1.000 o $1.500 por mes y que no tiene espacio en los bancos de la forma conocida. De hecho, no se trata sólo de “hacer casas” sino de generar los fondos para ir dando soluciones de forma permanente. Soluciones dignas… pero ya esto es más amplio porque el plan debe tener en cuenta la cuestión del trabajo. Por más linda que sea la casa, si no hay trabajo, no se puede mantener. Estamos peleando por un Fondo que alcance el 1% del PBI que le permita a cooperativas a acceder a créditos para construir o comprar.