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    La opinión al poder (2)

    6 junio, 20137 Mins Read
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    La opinión al poder (2)

    Por Fernando Bercovich. En esta segunda entrega, Eduardo Fidanza, director de Poliarquía, habla sobre De Narváez, Alfonsín, Binner y Carrió. Además, a contramano de casi todos los analistas, afirma: “Massa no tiene entidad ni estatura política”.

    – Volviendo al escenario político ¿Ves alguna figura aglutinante del lado de la oposición al kirchnerismo?

    Claramente no hay  y hay que recordar algo: Cristina Fernández de Kirchner (CFK) sigue siendo la figura central de la política argentina. Porque saco el 54% de los votos, porque tuvo una popularidad de casi el 70% y porque cuando uno hace investigación cualitativa aparece como el liderazgo más nítido sea para defenderla o para cuestionarla. Hoy todavía en las encuestas si uno pregunta en forma espontánea quién le gustaría que fuese presidente y sigue apareciendo CFK en primer lugar con un veintipico por ciento doblegando a Scioli al segundo lugar.

    ¿Hay algún otro político en la Argentina que tenga un 25% como núcleo duro? Mi respuesta es no. Yo lo que advierto es que hay una fragmentación política que incluye al kirchnerismo. Porque CFK  también retrocedió, pero está en el centro de la escena por ser la presidenta de la nación y porque tiene mucho carácter. Y claro, eso sólo no alcanza, pero en la oposición lo que se ve es una falta de liderazgo y no se avizoran liderazgos fuertes. Está  De Narváez que tiene cierto capital político en la provincia de Buenos Aires, pero no es una figura nacional; Macri es por un lado el político reconocido en las encuestas nacionales como el principal opositor, pero por otro lado su imagen sigue cayendo y tampoco tiene un armado nacional; el radicalismo, por otro lado, tiene un capital simbólico menguado en torno al apellido Alfonsín que puede ser bien o mal usado. Bien usado es si Ricardo Alfonsín es un propiciador de otra figura y evita competir electoralmente enfatizando lo que su apellido representa: los valores de la democracia, la república, etc. Per si Ricardo Alfonsín decide competir por la Presidencia de la Nación, ese capital simbólico se pierde. Binner tampoco se ha posicionado en los últimos tiempos como una figura opositora relevante. Y los casos como Carrió son raros porque es una de las pocas figuras políticas que logró estar en la conciencia espontánea de las personas durante mucho tiempo y dentro también de sectores populares. Ella sí es una figura de implantación nacional profunda pero tiene un nivel de rechazo muy alto. Lo que se ve en general es una falta de liderazgos, y pensado que la cultura política de la Argentina es de liderazgos fuertes, esto es un problema para ellos.

    – ¿Y Massa que lugar tiene en estos escenarios que planteás?

    Bueno, yo tengo una opinión un poco distinta a la de la mayoría acerca de Massa. Es un cierto misterio como analista de opinión pública. Para mí Massa no tiene entidad política. Me baso en la observación. No me parece que sea consistente y no me parece que tenga estatura política para una disputa nacional. Y es paradójico porque yo lo veo más a Scioli, lo que es casi un género dentro de la política, con un enfásis en la gestión, una apoliticidad, un mensaje vamos a decir ingenuamente positivo, pero digamos que le ha permitido atravesar los más diversos escenarios con una muy buena imagen con gobiernos de signo ideológico aparentemente  contrarios. Me parece que Massa es una figura menor dentro de ese género, con énfasis en la gestión y en el fondo un fuerte conservadurismo. Políticas que reproducirían o mantendrían los hábitos políticos medios de este país y sobre todo las tramas, en fin, más cuestionables de la política.

    – ¿Cómo ves que la ruptura del gobierno nacional con Moyano y el protagonismo de otros actores dentro de la política en el último tiempo?

    Yo siempre dude de las intenciones del kirchnerismo de renovar la política. Pero yo recuerdo que Néstor lo había planteado, y si recordamos, hace diez años, el hablaba del peronismo como “pejotismo”, y era crítico de ese peronismo que él llamaba el viejo peronismo, el de las estructuras más tradicionales. Esta fue la primera parte, pero cuando él tuvo que enfrentar a Duhalde y erigirse como figura principal, empezó a hacer alianzas con el peronismo tradicional, lo que yo llamo “los dueños de la casa peronista”. Ahí entró su relación con Moyano.

    Creo que con el moyanismo se termina rompiendo debido al estilo cerrado del kirchnerismo. Hay una escasa retribución de los K a sus socios políticos. Lo de Moyano tiene que ver por un lado con la muerte de Néstor y con esa falta de retribución del kirchnerismo con sus socios y también con la evolución de la situación económica. Yo creo que es un síntoma de debilidad política. Porque hay una diferencia entre la solidez de la organización política y de las alianzas del bloque histórico y la apreciación subjetiva de las personas. La masa electoral es extremadamente voluble. Entonces en 2011 hay una confluencia de indicadores políticos muy buenos, un liderazgo muy bien llevado por CFK y una debilidad opositora. Eso le da a CFK una base electoral extraordinaria. Y ahí está la interpretación subjetiva. Se piensa que la base electoral es la fortaleza y después puede pasar que también pierda la base electoral y yo creo que a CFK le pasa un poco esto que antes le pasó a Néstor. Hay una sobreestimación de la fuerza propia.

    Cuando CFK ganó dije que este es un gobierno electoralmente fuerte y políticamente débil. Eso tiene que ver con una forma  la forma de tomar decisiones, con la insatisfacción de muchos sectores que la apoyaban, entre otras cosas. Por eso siempre hay que distinguir entre fortaleza electoral e imagen mediático-encuestológica. Cuando CFK ganó las elecciones pensé que se entraba en una fase consagratoria, casi pos-política. Cuando uno está en esa fase, que de por sí es muy narcisista, puede estimar mal la relación con sus sectores aliados y entonces creo que ahí hay una falla de visión.

    – Me llamó la atención el hecho de que en tus encuestas empezó a figurar el tema de la corrupción como una preocupación de la gente casi al mismo tiempo que se dieron a conocer las denuncias en el programa de Jorge Lanata. ¿Los medios pueden influir en la decisión de las personas?  

    Bueno, el gobierno entendió eso hace tiempo. Yo creo que hay que entender otra cosa que es la fatiga de ejercer el poder. Estamos ya en la década cumplida y Menem fue un poco más que una década en 30 años de democracia. Con esto quiero decir que cuando llegan los diez años hay que ver algo que se llama rutinización del carisma como lo expresó Max Weber. O sea, cómo se hace para mantener el amor después de diez años. Seguro que se puede, pero hay que tomar conciencia que una dominación política que ya tiene más de diez años está fatigada, entonces esa fatiga, ese desgaste es lo que en buena parte se está viviendo. Todavía hay un valor del salario relativamente alto si lo comparás con los ‘90, y hay una tasa de desempleo bastante razonable, pero ya no estás en el mejor momento económico de este ciclo y no se ven buenas perspectivas para 2014. CFK está reivindicando a Alicia en sus discursos porque Kirchner todavía es un apellido muy fuerte a pesar de los golpes que está recibiendo. Me parece que si Néstor se pudiese defenderse de esos golpes la cosa sería muy distinta. 

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