Por Ivan Barrera Foto: Latitud Sur Noticias
Terminó el mundial de fútbol masculino y con él se acabaron las ilusiones de un equipo que prometía mucho. Un equipo que demostró no tener brújula ni rumbo cierto desde el primer momento. Se terminó la ilusión que depositamos en el mejor equipo de los últimos 50 años. Breve resúmen de la gestión económica en el breve paso de Rusia 2018.
De superministro a ‘che pibe’
Mientras un pueblo futbolero se sorprendía ante un supuesto golpe de estado, donde el técnico dejaba de ser el responsable de tomar las decisiones estratégicas de la selección masculina de fútbol y era relegado por Javier Mascherano, Christine Lagarde tocaba la puerta del ministerio de finanzas y con aires de liderazgo lo tomaba de los hombros al superministro Dujovne y le decía “Hoy te convertís en cadete”.
El best seller de este frío mes de julio es el libro de recetas de Doña Lagarde. Destronando a la histórica doña Petrona, defensora de mil títulos, llega Doña Christine Lagarde, con su libro de recetas, para revolucionar la economía y reinventar nuestras ollas populares. En el flamante libro encontramos recetas nuevas y reversiones de las clásicas.
Entre las clásicas, podemos rememorar sabores de los 90, como recortar empleos públicos, limitar paritarias a la cuarta parte del nivel de inflación, recortar obra pública, reducir subsidios al transporte y a la energía, fortalecer empresas públicas como sinónimo de privatización y recortar las transferencias a las provincias. Pero también hay sabores nuevos para degustar, como liquidar el Fondo de Garantía del ANSES. Es decir, usar plata de jubilados y jubiladas para bancar la especulación financiera.
“Este FMI no es el mismo que antes, cambió”. Intentaba convencernos el supercadete Nicolás Dujovne acerca del vuelo rapaz del FMI en cielo argentino. Algo de razón tenía. Tal vez por primera vez en la historia de las relaciones carnales de este organismo con nuestro país, hay recetas que corren por izquierda a las decisiones del gobierno. El Fondo recomienda detener el recorte de retenciones hacia el agro para no dejar desfinanciar al estado -¡qué novedoso, che!-. De todos modos, lejos de la idea que haya, al menos, una pisca de la crisis que paguen los latifundistas (lease la sociedad rural), el gobierno salió a poner paños fríos y contentarnos con que las reducciones a las retenciones se mantendrán.
De la lluvia de inversiones a la propina
Entrando en el segundo semestre de la gestión macrista, seguimos a la espera de la tan ansiada lluvia de inversiones. Sabemos que tenemos que estar preparados porque es inminente y no habrá paraguas que resista. Mientras tanto, lo mejor que podemos hacer es ir al café más cercano, degustar nuestro estilo favorito, adjuntar a la tasa un lindo Belgrano o un generoso guanaco y salir a la calle para apreciar como la teoría del derrame se hace vida ante nuestros pies.
A las toneladas de libros, ensayos y papers sobre crecimiento y desarrollo económico, hay que sumarle una nueva intelectual y una flamante página. Lilita Carrió nos invita a todos y todas a ser parte del tan ansiado desarrollo, con una sencilla fórmula para el bolsillo de la dama y la cartera del caballero. “Lo mejor que podemos hacer es dejar propinas, changas, coimas”, explicaba la letrada doctora, mientras desarrollaba su teoría económica, con ejemplos de trabajo y changas, regadas de machismo y precariedad laboral.
Algunos “brillantes” periodistas siguieron su teoría y la sustentaron. Pablo Vilouta nos iluminaba comentándonos que en EEUU las propinas mueven 36,4 mil millones de dólares al año. Pablo se olvidó de comentar que en el vecino país del norte la propina es un monto obligatorio. Tampoco nombró que la cita provenía de un trabajo destinado a legislar que esa propina quede en manos de los empresarios y que tribute impuestos. Al parecer toda esa información no entraba en 140 caracteres y además era más difícil de googlear.
Para el especulador lo que es del pueblo
Porque el especulador se lo ganó. La última licitación de LEBAC rindió 62% de interés anual, para quienes decidan invertir en estos bonos. Para entender sencillamente las implicancias de estas decisiones tal vez es necesario sentarse unos momentos en el sillón que ocupan Balcarce, Antonia y Mauricio.
Si un docente o una docente decide trabajar un año entero, en ese período sus ingresos se verán incrementados un 15% (no así su poder de compra, dado que la inflación y la devaluación se lo devorarán). En el caso de los y las trabajadoras de la salud, desempeñandose en un hospital público, de la Provincia de Buenos Aires, sucede lo mismo.
Pero si se da el caso de que una doctora o un docente tengan el colchón relleno de pesos o dólares, pueden invertirlos en LEBAC, prender la televisión, elegir unas 15 o 20 series de Netflix y relajarse, a tal punto que al finalizar el último capítulo de la última temporada de la última serie verán su patrimonio engordado en más del 60%. Esas son las prioridades en la Argentina cambiemita versión 2018.