Por Enric Llopis*. Cuba vive una transformación económica profunda. Los desafíos, las nuevas medidas y el rol de los trabajadores y las trabajadoras de la isla ante los proyectos futuros que buscan blindar el modelo socialista
La apertura a sectores emergentes, como los trabajadores por cuenta propia o las cooperativas; o la llegada de inversión extranjera a Cuba no significa que la empresa estatal socialista deje de ser preponderante en la economía del país. Al contrario. “Es la que lleva el peso fundamental y el desarrollo de la economía”, afirma Milagro de la Caridad Pérez Caballero, diputada de la Asamblea Nacional del Poder Popular y miembro del Secretariado Nacional de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC). La dirigente sindical ha participado en un acto sobre “Las nuevas relaciones laborales y el sindicalismo cubano en el contexto de la actualización del socialismo”, organizado por la Asociación Valenciana José Martí de Amistad con Cuba.
-En Febrero se celebró el XX Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC). ¿Cuáles fueron las principales conclusiones?
-Tuvo lugar después de más de un año de actividades y programas desarrollados por todo el país, con los trabajadores y el movimiento sindical cubano. Al Congreso llegamos con una Plataforma política, económica y social aprobada: los más de 300 Lineamientos aprobados por el VI Congreso del Partido. El Congreso de la CTC contó con tres comisiones de trabajo, que elaboraron y aprobaron dictámenes. En las sesiones finales del 22 de febrero se aprobaron los 30 objetivos de trabajo del movimiento sindical para los próximos cinco años, en el ámbito económico, político-ideológico, la organización sindical y las relaciones internacionales. Esto abarca aspectos como la participación de los trabajadores en la gestión de la economía; hacer valer el principio socialista de “a cada cual según su trabajo, de cada cual según su capacidad” o hacer más eficiente el funcionamiento del sindicato.
-¿Cómo se organiza el sindicalismo en Cuba?
-Existe una sola central, la CTC, fundada hace 75 años, en 1939. Conformada actualmente por 17 sindicatos, la CTC siempre ha estado unida a su revolución, a su partido y a sus líderes históricos. A la central se afilian todos los trabajadores que voluntaria y conscientemente así lo desean. Los diferentes sindicatos de la central se corresponden con los distintos sectores de la economía: Construcción, Administración Pública, Industria, Alimentación y Pesca, entre otros.
-A finales de 2013 el parlamento cubano aprobó el nuevo Código del Trabajo, que sustituye al de 1984. ¿Cuáles son los puntos principales de la recién estrenada legislación?
-El Código del Trabajo (o “ley de leyes”, como lo llamamos) estuvo precedido por un amplio proceso de consulta con los trabajadores. Entre los principales cambios, destaca la apertura al trabajo no estatal y el reconocimiento de nuevas modalidades dentro de la economía cubana, en la que siempre será preponderante la empresa estatal socialista. El Código incluye capítulos que se atemperan a los cambios que se están introduciendo en la economía. Por ejemplo, el contrato de trabajo a tiempo “indeterminado” para un grupo de actividades. Se recogen, además, en el trabajo no estatal, aspectos como el régimen de descanso semanal, ingresos, condiciones laborales y otros como la protección y salud en el trabajo. También se actualiza la negociación colectiva.
-¿Qué implica la “actualización” del modelo económico cubano?
-No supone un cambio de propiedad. Eso hay que dejarlo muy claro. Los medios de producción continúan en manos de los trabajadores. A partir de la situación económica del país (por el “bloqueo” de los Estados Unidos durante 55 años, y la crisis económica, financiera, ambiental y alimentaria global que también afecta a Cuba), trabajamos en la “actualización” del modelo, basada principalmente en la “modernización” de la gestión empresarial. Pretendemos más eficiencia en nuestras empresas. Y más socialismo, próspero y sostenible. En todo caso, lo preponderante continuará siendo la empresa estatal socialista, la que lleva el peso fundamental y el desarrollo de la economía.
-En las comisiones del Congreso de la CTC se abordó la cuestión salarial.
-El asunto de los salarios en Cuba es hoy una de las mayores preocupaciones de los trabajadores. Pero, para llegar a una reforma salarial, han de concatenarse otras premisas como la eliminación de gratuidades y subsidios indebidos; la apertura al trabajo no estatal; la eliminación de las partidas infladas y el incremento de la productividad, porque es necesario crear riqueza para luego poder distribuirla. También se adoptan medidas para que los trabajadores mejoren sus ingresos, pero siempre desde el principio de un aumento de la productividad. Por ejemplo, la aprobación de sistemas de pagos por resultados en las empresas. Pero hay que tener presente otras premisas. En Cuba la educación y la salud públicas son gratuitas; existe una seguridad social que cubre a todos los pensionados o jubilados; también una asistencia social y seguridad ciudadana. Todos estos elementos forman parte de los ingresos que reciben los trabajadores, y todos los cubanos por igual. Hoy, además, el promedio de vida de los cubanos es de 77 años. El 71% de la población cuenta con el grado de universitario. Todo esto hay que considerarlo.
-El principio de la igualdad económica y social…
-Sí, pero ha de darse, como es lógico, una igualdad entre el trabajo realizado y el aporte que se vaya a obtener. Por eso se busca que se cumpla el principio de distribución socialista de “a cada cual según su trabajo, de cada cual según su capacidad”. Dentro de los Lineamientos se recoge que el socialismo es igualdad de derechos, de deberes y de condiciones, pero no es “igualitarismo”.
-La “apertura” de la economía cubana implica un crecimiento de los sectores de las cooperativas y los cuentapropistas. ¿Pueden tener estos sectores emergentes una mentalidad más individualista? ¿Supone ello un reto para el sindicato?
-Respecto al individualismo al que te refieres, en Cuba existe una tasa de escolaridad muy alta, y una sociedad formada en valores. Por otra parte, la CTC y sus sindicatos representan y atienden a todos los trabajadores (estatales y no estatales), además de pensionados y jubilados. Es decir, no se crea un sindicato más. Lo que sucede es que aumentan las fuentes de afiliación al añadirse los trabajadores por cuenta propia. Hay más de 400.000 trabajadores no estatales, de los que más del 75% están afiliados a los distintos sindicatos según sus actividades. Los sindicatos de la CTC cumplen hoy con dos misiones fundamentales. Por un lado, la organización y formación de los trabajadores; y, además, representarlos y defenderlos. Todos tienen los mismos derechos y deberes.
-Te preguntaba por nuevos desafíos para el sindicalismo y el mundo del trabajo. ¿Qué implica la nueva Ley sobre Inversiones Extranjeras o la Zona Especial de Desarrollo de Mariel?
-La legislación sobre inversiones extranjeras ha sido aprobada por la Asamblea Nacional del Poder Popular, pero todavía no ha entrado en vigor. En todo caso, todos son trabajadores y en Cuba rige la ley para todos por igual. La Zona de Desarrollo de Mariel (proyecto del que se ha inaugurado ya una primera etapa) es una entidad más, que se acoge a lo que se atempera en el Código del Trabajo y la Ley de Inversiones Extranjeras. Los trabajadores pertenecen a los diferentes sindicatos, aunque en este caso predomina el sindicato nacional de trabajadores de la construcción.
-Por último, ¿cuál es la situación actual del empleo en Cuba?
-La tasa de desocupación en Cuba está por debajo del 5%. Y solamente están acogidos al pluriempleo 50.000 trabajadores. Dicho de otro modo, la gente en Cuba tiene trabajo y no tiene la necesidad de mucho empleo. Absorben puestos de trabajo sectores como la agricultura, los servicios comunales, diferentes servicios de la economía y la Administración Pública, la contabilidad…La economía cubana necesita hoy más trabajadores para trabajar, porque la esencia de la “actualización” del modelo reside en el desarrollo de nuestra economía. Además, el trabajo no estatal ha abierto nuevas fuentes de empleo. Y el desarrollo de la inversión extranjera también genera más puestos de trabajo.
*Este artículo fue publicado originalmente en el portal www.rebelion.org