Por Manuel (Colectivo Andamios), desde Chile. Detrás del hecho noticioso sobre el peor incendio en la historia del país, que dejó 15 muertos y más de 12 mil damnificados, se esconde la cara más terrible de la desigualdad. El costo de una ciudad turística que desnuda en sus cerros su enorme exclusión y pobreza.
Una pobreza generada por la mentalidad compulsiva de los que negocian con la fachada de una ciudad puerto y echan debajo de la alfombra (detrás de los cerros) los costos humanos y sociales de la desigualdad estructural.
Es la lógica de desenvolvimiento social que tienen los poderosos y los gestores neoliberales de políticas públicas: impulsar todo lo que sea negocio, lo generado por el turismo y el negocio inmobiliario, mientras desde el Estado y el municipio se abandona la construcción de vivienda digna y de una política de habitabilidad para los pobres.
El gobierno pone su repuesta donde la cubra la noticia. Otorga a cada familia damnificada Giftcards (tarjetas de compras) de 200 mil pesos, unos 358 dólares, destinados a ropa, pero para ser gastados sólo en las tres grandes empresas de comercio (París, Falabella, Ripley). De esta forma, obligan a los damnificados a gastar ese dinero en alguna de esas tres tiendas, sin tener posibilidad de comprar ropa en otros lugares. Es uno más de los negocios redondos que generan los poderosos tras cada tragedia.
Aun así, el pueblo y las organizaciones populares generan la solidaridad con el mismo pueblo afectado. Son diversos los espacios de acopio en Valparaíso, Santiago y en otras ciudades de Chile, donde recolectan ropa de abrigo, de cama, etc., para paliar la situación de las familias damnificadas.
¿Se podría haber evitado esta catástrofe? Queda aún en la construcción de una sociedad justa y solidaria; en la elaboración de un programa social digno, nacido de las conquistas del pueblo organizado las respuestas.
Lo cierto es que los tecnócratas aun no destinan los recursos necesarios para prevenir hechos de esta envergadura, siguen gastando los recursos en el negocio de la guerra (aviones de combates) y entregándoles los recursos estratégicos a las transnacionales.
La solidaridad se hará aún más efectiva cuando se vaya la noticia, se apaguen las cámaras y los micrófonos de los noticieros. Cuando la gente de Valparaíso siga levantándose, cuando las organizaciones populares sigan solidariamente construyendo en conjunto con el pueblo afectado.