En el marco de un nuevo 1° de mayo, Marcha publica un ciclo de entrevistas a diferentes referentes gremiales para analizar el contexto del país, la organización de los trabajadores y sus reivindicaciones.
Marcha y FM Che Barracas dialogó con Rafael Nejamsky, integrante de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) sobre la situación actual para el sector de la economía popular y las cooperativas y las centrales gremiales de los trabajadores.
– ¿Cómo se preparan para este 1° de mayo?
Este es el tercer año que hacemos un acto unificado desde la CTEP. Este año salimos desde el Obelisco para brindarles solidaridad a los compañeros de la Corriente Villera que están haciendo un acampe con huelga de hambre ahí, y movilizamos luego hasta el Ministerio de Trabajo, pidiendo el reconocimiento gremial de la CTEP, que es un reclamo que venimos haciendo hace tres años y en el cual no hemos tenido ningún avance.
La CTEP está conformada por varios movimientos sociales, cooperativas y federaciones de cooperativas, y yo creo que vamos a lograr una muy buena presencia con alrededor de 15 mil compañeros: de distintas tendencias políticas, con una militancia más cercana al gobierno nacional, y otros que son marcadamente opositores, sin embargo, todos coincidimos que el sector de los trabajadores de la economía popular está totalmente carente de derechos y que hay un vacío legal en cuanto a la representación, por eso tenemos una visión de la unidad de la clase trabajadora.
– ¿Cómo caracterizas la situación actual de los trabajadores de la economía popular?
La situación es escandalosa, tomando como ejemplo la situación del Plan Argentina Trabaja que es un programa que impulsa el gobierno nacional, hoy vemos que los compañeros están ganando muy por debajo del salario mínimo y no tienen ninguna forma de representación gremial ni de elevar sus reclamos, salvo la de los movimientos sociales. Pero no sólo está el caso del Argentina Trabaja, está el sector de cooperativas. Por ejemplo, el sector de cooperativas de cartoneros –de donde vengo- consiguió un motón de derechos, nuestros compañeros están por encima del salario mínimo, sin embargo, hay derechos que están garantizados por la Constitución y que no están cubiertos: como vacaciones, asignaciones universales (como la Asignación por hijo que esta por fuera), y licencia por maternidad, entre otros (que nuestro sector no tiene). Entonces, al no tener una representación gremial, tampoco tenemos una representación formal que pueda luchar por esos derechos. Sí la tenemos a través de la lucha de los movimientos sociales, pero queremos formalizarla y tener una herramienta que nos permita lograr conciliaciones obligatorias, con Desarrollo Social, con el INAES, con el Ministerio de Trabajo, con el gobierno de la Ciudad, con los municipios, en igualdad de condiciones con el resto de la clase trabajadora.
– ¿Que opinión tenes sobre el paro que realizó Hugo Moyano?
Por un lado vemos que la situación social ha cambiado un poco, hubo una devaluación que efectivamente tocó los bolsillos de los compañeros, y acá te hablo más como militante del MTE, que forma parte de la CTEP, que como la CTEP, porque la caracterización que hizo la CTEP del paro de Moyano es diversa y no tenemos una posición unificada. Yo creo que el paro representa un descontento general de un sector de los trabajadores; pero por otro lado, está claro que tanto la CGT de Moyano, como la CGT de Caló, como la de Barrionuevo, como la de CTA, no tienen dentro de sus reivindicaciones, las reivindicaciones de nuestros compañeros. Ellos por ejemplo, pelean contra el impuesto a los altos ingresos, que no deja de ser un reclamo justo, pero nuestros compañeros están muy lejos de eso. Ojalá nosotros pudiéramos luchar porque nuestros compañeros no tengan que pagar ingreso a la ganancia. Así que por un lado, vemos que expresa un descontento real y genuino, pero por otro lado, no representa el total de la clase trabajadora que pensamos debería hacer una central gremial.
– ¿Por qué consideras que se llega a un nuevo 1° de mayo con actos fragmentados, divididos y con varios actos de los trabajadores de la izquierda?
Creo que las divisiones son más ideológico-partidarias que de clase; los trabajadores de por sí muchas veces no terminan de entender estas divisiones. A su vez, creo que hay mucha mezquindad dentro de los dirigentes y me incluyo. No hemos podido desarrollar una unidad de clase y eso se está plasmado patente en la división que hay entre las centrales gremiales. Creo que nunca en la historia de la Argentina tuvimos cinco centrales gremiales, incluso el sector de izquierda moviliza por fuera de las convocatorias de las centrales gremiales con una convocatoria propia. Así que pienso que tiene que ver más con diferencias ideológicas de los dirigentes que nos cuesta aportar unidad, de hecho creo que la CTEP aporta algo novedoso en este sentido: apostamos a la unidad de la clase y de hecho convergen grupos numerosos que en cuanto a lo político partidario, o en cuanto a elecciones ideológicas no están en el mismo plano y sin embargo en cuanto a las reivindicaciones sí, al piso de que el salario de un compañero tiene que estar por encima del salario mínimo, que tiene derecho a las vacaciones. Con eso se da una síntesis muy buena dentro de la CTEP.
– ¿Qué desafíos enfrenta hoy el movimiento obrero en general?
En primer lugar la unidad dentro del movimiento obrero, y en segundo lugar, generar las condiciones para esta masa de compañeros -consideramos que es el 35% del total de los trabajadores que están en la informalidad, en la economía popular o precarizados y que no es lo mismo las tres cosas-: que se puedan incorporar con trabajo digno al movimiento obrero, y a las organizaciones. Los sindicatos “formales” tienen que tener una política en cuanto al trabajo precario, el caso más testigo es el de los talleres clandestinos, donde se elabora el 80% de la industria y ni el SOIVA (Sindicato Obrero de la Industria del Vestido y Afines) ni el sindicato de cortadores tienen una política inclusiva o activa con respecto a ese sector. Es la unidad de estos trabajadores a lo que apelamos y por otro es a la incorporación de estos trabajadores (al mercado) -que quedaron por fuera del sistema, y que el capitalismo no parece que vaya a incorporarlos-. De hecho, hemos tenido un período de diez años de crecimiento a tasas chinas, y el sector duro de pobreza no se ha podido incorporar al trabajo asalariado, me parece que el desafío pasa por ahí.