Por Orlando Agüero.
El miércoles pasado se presentó un Amicus Curiae colectivo en los Tribunales Federales de Comodoro Py para que se investiguen las responsabilidades políticas de los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki el 26 dejunio de 2002, en lo que se conoció como la Masacre de Avellaneda.
“Acompañamos a los familiares de Kosteki y Santillan en la búsqueda irrenunciable de justicia aquí en la tierra. Porque el único cielo está acá abajo, aunque huela a podrido”.
Vicente Zito Lema – 16 de Diciembre del 2015 – Puertas de Comodoro Py.
Cada vez que Vicente nos entrega su palabra, cargada de exquisita sabiduría, no podemos otra cosa que sentir orgullo por contar con personas como él. Por eso es que la presentación del Amicus Curiae, firmado además por un centenar de dirigentes sociales, sindicales, de los derechos humanos y de la cultura y el pensamiento, adquiere fuerza. El acompañamiento que en todo este tiempo recibieron los familiares y compañeras y compañeros de Darío Santillán fueron fundamentales. Los logros obtenidos por la hoy Comisión Independiente Justicia por Darío y Maxi dependió en gran medida de este gran abanico del campo popular. La presentación de este recurso marca el “cierre público” de las tareas relacionadas a las presentaciones de testigos ante los tribunales y actividades tendientes a ubicar al tema en la agenda política nacional rompiendo los cercos mediáticos. Sin embargo este cierre, nos compromete a diseñar propuestas de cómo seguir en la nueva configuración política de nuestro país.
El 16 de diciembre era miércoles. A las once de la mañana el sol dejaba pocas alternativas. Sin embargo, las banderas se colgaron y ataron a las rejas del frente del palacio de justicia y una cantidad importante de compañeras y compañeros de distintas organizaciones, como en muchas otras jornadas de lucha, se bancaron el tremendo sol. Mientras un puñado buscaba las pocas sombras que entrega el cemento caliente del lugar, habrá quienes esperaban en medio de los rayos, expectantes que volviera la comisión que había entrado a entrevistarse con los nobles del palacio, y entregarle el Amicus Curiae al juez Ariel Lijo, que es quien lleva esta causa.
El viento nos fue amontonando
Desde que se logró reabrir este expediente, que intenta llevar a la cárcel a los Responsables Políticos de la Masacre de Avellaneda, hace un año, podemos decir que dimos unos cuantos pasos de avance. En ese tránsito, la fortaleza de Alberto y Leo como familiares de Darío se transformaron en un motor que puso en funcionamiento la decisión de hacer todo lo posible por no dejar que la causa caduque. En ese marco nos fuimos cruzando con la Comisión de Familiares y Amigos de Agustín Ramírez, con Pablo Pimentel. Seguimos andando y nos cruzamos con la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, el organismo de DDHH más antiguo del país. Así se fue tejiendo una gran red compuesta de organizaciones sociales, demás organismos de derechos humanos, militancia independiente, personalidades de la cultura, del arte, del pensamiento, y también personalidades como Alfredo Grande quien desde su tremenda inteligencia nos sintetiza muchas de las cosas que para el resto nos resultan difíciles
El escrache a la casa de Luis Genoud en Varela y el Juicio Ético al mismo, realizado en la puerta de la Corte Suprema de Justicia de la Provincia de Buenos Aires en la ciudad de La Plata, fueron dos actividades que marcaron un rumbo y perfil que imprimía identidad a la comisión.
Y con ese marco, a pedir justicia completa
En todo este camino, se presentaron a declarar cinco testigos importantes. Se entregaron nombres y se los inculparon como partes implicadas en las órdenes y la complicidad en la planificación de la represión. Este tiempo que tiene que ser el de la elaboración de la hipótesis de culpa, que tendrán que trabajar el equipo de abogadas y abogados.
En todas las oportunidades que se presentaron testigos, hubo en las puertas apoyo popular. Todas y todos le dieron vida a la transmisión en cada una de las movidas en Comdoro Py, poniendo un sello identitario que no deja ninguna duda acerca de quiénes somos cada vez las y los que salimos a la calle. Es como una marca que llevamos impresa en nuestras conciencias, aquella que nos hizo falta para llevar adelante el escrache a uno de los responsables políticos de la Masacre: Felipe Solá, quien fuera gobernador de la Provincia de Buenos Aires, y que tendría que ser citado como imputado si se logra que la causa siga avanzando.
Por eso es que los rayos del sol del miércoles 16, sobre el asfalto de Retiro, no sólo no derretía las ansias de lucha, muy por el contrario entregaba más energía, mayor entusiasmo. Y por eso es que este es el cierre de un período de pie, y nunca de rodillas.