Por Agustín Fungi. Finalizaron las elecciones para renovar las Juntas Internas de ATE en los Ministerios de Educación de la Nación y de Desarrollo Social de la Ciudad de Buenos Aires. Búsqueda de democracia sindical en medio de amenazas, patotas e irregularidades.
La semana pasada se realizaron elecciones para renovar autoridades sindicales en importantes dependencias de la Nación y la Ciudad de Buenos Aires. La violencia de sectores que responden a la conducción del gremio municipal SUTECBA por un lado, y la connivencia entre parte del Consejo Directivo de ATE-Capital con funcionarios públicos (representantes del Estado empleador ante los trabajadores, es decir, la patronal), fueron parte de los intentos por contener el creciente protagonismo de los trabajadores organizados desde abajo, y evitar el acceso de una nueva camada de jóvenes delegados de base a lugares de representación en el mundo sindical.
Tal como informó Marcha, octubre fue el mes con mayor conflictividad social en lo que va del año, en donde los trabajadores estatales tuvieron una importante participación realizando un total de 191 acciones de protesta. En un marco donde se avanza con ajustes al gasto estatal, y en donde la vida al interior de la Seccional Capital de ATE se encuentra influida por las distintas apuestas políticas hacia las legislativas del 2013, definir quién va a conducir cada Junta Interna resultó una tarea de importancia no sólo al interior de cada lugar de trabajo.
El pasado 6 de noviembre se llevaron adelante las elecciones en la Junta Interna del Ministerio de Educación de la Nación. Luego de varios años de unidad, se presentaron por primera vez dos listas que disputaban la conducción: la verde-roja-negra (VRN) que expresó a la línea histórica de ATE, y la verde-blanca (VB). Esta última se conformó a partir de un desprendimiento de 4 delegados de la Junta, donde se encuentra el Delegado General Oscar Conte, quien fue denunciado por otros delegados por buscar la connivencia de funcionarios estatales y de un sector del Consejo Directivo de ATE-Capital cercano al kirchnerisimo por incrementar el padrón de 89 afiliados a 184 en una semana. Según denunció la lista VRN, el “inflado” del padrón se hizo a partir de “la incorporación de miembros de La Cámpora a partir de reuniones que mantuvieron el Secretario Gremial de ATE-Capital Luciano Fernández con la subsecretaria de Políticas Universitarias Laura Alonso, una funcionaria que había estado en conflicto con la Junta Interna durante todo el año”. La denuncia, hecha pública la semana anterior a las elecciones, apuntó además a la afiliación de funcionarios de la gerencia de Educ.ar, como el responsable de Recursos Humanos Juan Alfredo Bouhot, conocido por los trabajadores a partir de su oposición a la construcción de un convenio colectivo para los trabajadores del organismo. Por último, delegados históricos apuntaron a la irregular afiliación de trabajadores y delegados pertenecientes a UPCN, gremio muy cercano a las posiciones del Gobierno Nacional. Pese a esto, luego de que la Comisión Directiva de ATE diera de baja a 32 de las 87 nuevas incorporaciones por considerarlas irregulares, se realizaron las elecciones obteniendo un 41% de votos la histórica VRN y un 59% la lista que, en la interna, se alineó al gobierno nacional. Ante este panorama, la lista VRN sostuvo en su última declaración: “continuaremos con las impugnaciones presentadas, todavía falta que se manifiesten sobre lo ocurrido la Comisión Directiva de ATE-Nacional y el Ministerio de Trabajo de la Nación y si fuera necesario, la Justicia.”
En la Ciudad de Buenos Aires, por su parte, las elecciones estuvieron teñidas por fuertes actos de violencia. El jueves 1 de noviembre una patota de 30 hombres, algunos armados, ingresaron a la base operativa del programa Buenos Aires Presente (BAP), en el Hogar Hospital Rawson, dependencia perteneciente al Ministerio de Desarrollo Social que conduce la funcionaria Carolina Stanley. En base a lo que denuncia la Junta Interna del Ministerio, dichos hombres pertenecerían al Sindicato Único de Trabajadores del Estado de la Ciudad de Buenos Aires (SUTECBA), y habrían ingresado con el fin de frenar el proceso de organización que venían llevando adelante los trabajadores del organismo vinculados a ATE, que hicieron eje en las denuncias contra las condiciones de precariedad laboral y por la reincorporación de cuatro trabajadores despedidos, justamente, por haber participado de medidas de fuerza.
El pasado viernes 9, las elecciones en el Ministerio de Desarrollo Social de la Ciudad contaron con la participación de más del 50 % del padrón. “Es un alto nivel de participación, si se tiene en cuenta que se votó un día donde una lluvia torrencial sacudió la ciudad”, declararon desde la lista de unidad Verde, Plateada y Roja. A pesar del pedido de nulidad del comicio por parte del Ministerio de Modernización de la Ciudad que no reconoce como trabajadores con derecho a la representación a quienes el mismo Gobierno contrata y terceriza, y del accionar violento de las patotas que, quienes fueron agredidos, identifican con la conducción del gremio, casi 200 trabajadores y trabajadoras votaron a lista de unidad Verde, Plateada y Roja reafirmando un proceso de organización por abajo que toma como eje la necesidad de enfrentar las políticas precarizadoras del macrismo.
En lo que queda del año se realizarán elecciones de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) en otras dependencias y ministerios. Las irregularidades, aprietes y acuerdos con los representantes del Estado ante quienes los trabajadores se plantan para defender sus derechos, encienden una luz de alarma respecto a las distintas formas en que se puede atentar contra la democracia sindical y la posibilidad de los trabajadores de elegir libremente a sus representantes. El contexto de ajustes y de luchas contra la precarización laboral, y la reacción oficialista, explican mucho de lo que sucede al interior de la disputa sindical en el Estado.