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    Home»Sin categoría»Kusch por Falcone (o el hedor de América que se pone de pie)
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    Kusch por Falcone (o el hedor de América que se pone de pie)

    29 agosto, 20124 Mins Read
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    Kusch por Falcone (o el hedor de América que se pone de pie)

    Por Mariano Pacheco. Hombre bebiendo luz, el documental de Jorge Falcone que se estrenó en el Espacio INCAA el pasado jueves, es un excelente trabajo cinematográfico que nos brinda la oportunidad de introducirnos en la vida de uno de los grandes pensadores de nuestro país, a la vez que repensar la actualidad nacional en una clave latinoamericanista. La historia de una actualidad.

    “Creo que el pensamiento crítico no debe ser el desaparecido 30.001 de la Argentina. No me gusta el pensamiento único. No me gusta la política de slogans. Y creo que hay hoy en día una juventud dispuesta a revisar a pensadores como Rodolfo Kusch, que han abonado con sus ideas otro camino posible”.

    Con estas palabras nos recibe el poeta y cineasta Jorge Falcone en la puerta del cine Gaumont, ubicado en el barrio porteño de Congreso, minutos antes del estreno de su último film, que permanecerá en cartelera hasta mañana.

    Una de las principales virtudes estéticas de Hombre bebiendo luz es su estructura narrativa, cuyo hilo conductor está inspirado en un texto del propio Gûnther Rodolfo Kusch: “Cuando se viaja desde Abra Pampa”. Otra de sus virtudes es que muestra no sólo la influencia de Kusch en el pensamiento nacional y en la militancia popular, sino también las inspiraciones que despertó entre antropólogos y artistas, muchos de ellos formados por él cuando desempeñó funciones docentes. Por otra parte, el film logra abordar con una claridad inusitada temáticas complejas, como la diferencia entre el concepto típicamente europeo, tipicamente occidental de “Ser”, y el indoamericano de “Estar”.

    Confrontando de forma directa con el pensamiento proveniente de Europa, Kusch logra entender que los pueblos de América, lejos del concepto del Ser, cimentan sus culturas en el mero estar. O el concepto, la idea fuerza de “el hedor de América”, a partir del cual Kusch trata de dar cuenta del desprecio que los conquistadores tuvieron con los habitantes de estos suelos, y sus culturas, para nada consideradas como tales.

    Kusch intempestivo. En diálogo con Marcha, Falcone destaca que Kusch fue un adelantado, un tipo que no fue interpretado ni valorado en su época. Y que hoy, no casualmente, hay una omisión de su figura en el panteón del pensamiento nacional. Lo dice –aclara– sin ánimos conspirativos, sino teniendo en cuenta el déficit ecológico del planeta en la actualidad, que implica que todo lo que consumamos de ahora en adelante no es ya renovable. Por eso, “traer a colación un sujeto que pone en tela de juicio un paradigma civilizatorio diferente al que vivimos, no sólo se hace imprescindible, sino que le pone la tapa a mucho hijo de puta que anda por así hablando de un capitalismo en serio”.

    Cine y política. Si la crisis de 2001 abrió un mundo nuevo, de cámaras abiertas y costos de producción que se han ido abaratando en relación a décadas anteriores, los dispositivos abren las puertas a nuevos modos de intervención, y nuevos vínculos entre las tecnologías digitales y la política. Falcone pone, a modo de ejemplo, el reciente caso de la mujer que solía ser golpeada por su marido delante de su hija, y que el hecho de hacerse filmar en esa situación, haya logrado poner el eje de la violencia de género en la agenda de los grandes medios de comunicación, logrando incluso repercusiones en el campo de las leyes.

    “Me da la impresión de que se ha multiplicado geométricamente la posibilidad de opinar sobre la realidad. Si en 1972 hubo una única versión, en super 8, sobre la muerte de Kennedi, ¿Cuántas tenemos sobre el fusilamiento de Santillán y Kosteki en Avellaneda, o del 11 de septiembre en Estados Unidos? Mi conclusión es que, así como Silvio Rodríguez dice somos prehistoria que tendrá el futuro, es que se está generando un banco de datos vastísimo para que los documentalistas de las nuevas generaciones le pongan los puntos sobre las íes y no haya, prácticamente, rincón de las historias donde ocultar sus verdades”.

     

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