Por L. C. El escritor, periodista y militante social Mariano Pacheco acaba de publicar su tercer libro, Kamchatka. Nietzsche, Freud, Arlt: ensayos sobre política y cultura, por la editorial cordobesa Alción. Mañana lo presenta en el Centro Cultural de la Cooperación en Buenos Aires, a las 19:00 horas.
Nos dice Mariano Pacheco en la introducción de este libro que Kamchatka, esa pequeña península volcánica ubicada en Asia que en el célebre juego de mesa TEG poseía una importancia estratégica sustancial, funciona simbólicamente como un lugar desde donde resistir. Haciéndonos fuertes allí, estamos prestos para dar batalla.
No podía ser otro entonces el título de su tercer libro, constituido por tres extensos ensayos donde aborda la relación entre cultura y política, dos territorios en los que el autor quilmeño transita desde hace años con ejemplar constancia y creativa heterodoxia.
Sobre estas prácticas ha desarrollado un pensamiento propio con el que se inserta definitivamente en la nueva generación intelectual de la izquierda argentina. Justamente, Pacheco se posiciona al respecto al señalar: “nos sentimos parte de este espacio político que hemos nombrado en distintas oportunidades como Nueva Izquierda (Autónoma/Independiente)”, y ubica temporalmente el hito tras el cual repiensa la política y la cultura nacionales: “las jornadas insurreccionales del 19/20 de diciembre de 2001 funcionan como símbolo insoslayable de un tipo de héroe que es colectivo. Tanto las experiencias que surgieron entonces como las que se venían desarrollando y se fortalecieron con la rebelión, dan cuenta de un proceso de insubordinación al modelo neoliberal y de revisión de las apuestas revolucionarias de transformación social del siglo anterior. La revuelta permitió volver a entender la política en una clave creativa y no subordinada a los poderes hegemónicos de todo tipo. Puso en cuestión la lógica estatal, pero también, las visiones vanguardistas, partidocéntricas e intelectualistas a las que tan apegadamente se encontraron siempre las experiencias de la izquierda tradicional”.
De esta manera, sostiene que: “en diciembre de 2001, se puso de manifiesto aquello que se venía amasando desde el subsuelo de la historia: que la política (de emancipación) necesita de los cuerpos en movimiento y de la emergencia de nuevas subjetividades”.
Bajo esta perspectiva es que enfatiza que su pasión por la lectura se entrevera con la de la militancia popular, y las ganas de escribir con el deseo de intervenir en la escena contemporánea, de formar parte de los debates públicos y de las polémicas culturales. Así, Kamchatka funciona como un espacio de reflexión -deliberadamente abierto e inconcluso- orientado hacia quienes se sitúan en las trincheras de las resistencias contra los poderes que obstaculizan los cambios materiales y subjetivos.
Partiendo de la defensa del ensayo como forma de escritura que le posibilita un continuo cruce de géneros y disciplinas, Pacheco aborda desde distintos enfoques y corrientes teóricas el vínculo entre práctica cultural e intervención política sin dejar de lado las experiencias militantes, convencido de que éstas tienen mucho que aportar a la reflexión y a la producción intelectual.
En ese mismo movimiento, se aleja de las posturas hegemónicas que pululan por espacios académicos y mediáticos, por eso los ensayos reunidos “asedian -en palabras del prologuista Omar Acha- las convicciones básicas del progresismo intelectual afirmado en América Latina durante las últimas décadas”.
Pacheco no duda en tildar de “terrorismo académico” a gran parte de las producciones generadas en las casas de altos estudios y afirma que “la academia estandariza opiniones, moldea la producción, obliga a la especialización, busca adaptar todo a su lógica burocrática”. Contra esto Kamchatka resiste también, no con un fin antiuniversitario, sino con la intención de privilegiar otra clase de construcción cultural y de participar en batallas que busquen transformar la lógica académica desde la raíz.
Si en el primero de los textos, titulado “Apología del ensayo. Emergencia de una Nueva Generación Intelectual en la Argentina”, plantea una mirada epocal que destaca las jornadas de diciembre de 2001 y las transformaciones político-culturales que provocaron; en el segundo -“Nietzsche por la ventana. La risa, el juego, la danza”- postula una lectura que recupera la pregunta por la actualidad del filósofo alemán en la construcción de un pensamiento crítico.
Particular hincapié merece su propuesta analítica sobre el autor de El juguete rabioso -“Roberto Arlt, entre Nietzsche y Freud. Reflexiones encontradas”-, de quien realiza un cruce con el pensamiento del padre del psicoanálisis y con la filosofía del autor de Así habló Zaratustra, a lo que le agrega su mirada sobre una extensa lista de autores que han abordado su obra, desde Beatriz Sarlo hasta David Viñas.
Resulta ocioso a esta altura remarcar que la lectura que ofrece de la obra de Nietzsche, Freud y Arlt se inserta en las problemáticas de la Argentina actual. No es entonces una pretensión enciclopedista por la cual recurre a ellos, sino por observar en sus propuestas herramientas que le permiten aproximarse -de forma novedosa y crítica- a la interpretación de nuestro presente. Por esto Acha afirma que “los usos de Arlt, Freud y Nietzsche que nos ofrece convergen en la emergencia de un programa de invención no progresista. Traer esos nombres a la palestra, ya no como citas en mercancías académicas, ni tampoco solo como pimienta para arrojar a los ojos somnolientos del gradualismo intelectual. Más bien, como nutrientes para conversaciones con la nueva generación. Demora, inactualidad y repetición, entonces, son las claves con las que quiero invitar a recorrer los ensayos de Mariano Pacheco”.
Así, no sólo los autores que figuran en los títulos de sus ensayos, sino otros como Sartre, Benjamin, Sun Tzu, Brecht, Grüner y, sobrevolándolo todo como un fantasma que recorre sus páginas, Marx, ingresan en esta serie de reflexiones.
Luego de sus libros De Cutral-có al Puente Pueyrredón (El Colectivo – 2010) y Darío Santillán, el militante que puso el cuerpo (Planeta – 2012, en coautoría con Juan Rey y Ariel Hendler), donde profundiza en la historia reciente del país y en sucesos de los que fue protagonista, aquí Pacheco se aleja de la crónica y afinca su discurso en reflexiones teóricas que si bien no estaban ausentes en sus libros anteriores, ahora abarca de manera más integral a través de estos tres sesudos escritos que se amparan igualmente en el proceso histórico iniciado en el siglo XXI.
Con la presencia del autor, del historiador Omar Acha, del Director de la revista El río sin orillas Gabriel D´Iorio y la coordinación de Leonardo Candiano, este libro se presentará mañana jueves a las 19:00 horas en el Centro Cultural de la Cooperación -Corrientes 1543, Sala Laks, 3° Piso-.