A menos de una semana de la audiencia pública en San José de Costa Rica, donde la Corte Interamericana de Derechos Humanos analizará si el Estado salvadoreño es responsable de deteriorar la vida y la salud de Beatriz, los feminismos exigen justicia y reparación tras su historia. Un reclamo que no callará.
Por Joshi Leban* desde El Salvador | Foto: Colectiva Feminista
Llevaba un par de meses desconectada de espacios de organización. El cansancio y la desesperanza me tenían de bajón, como popularmente se dice acá, y es que en El Salvador, los retrocesos en materia de Derechos Humanos son cada día más crueles, a tal grado de normalizar que aquellos derechos que significaron años de lucha y resistencia no son sirven de nada.
Como dije, desesperanzada me sentía; hasta que una amiga me compartió una invitación a un espacio para articular acciones en memoria de Beatriz y mi pecho nuevamente retumbó. Sí, un espacio de lucha por la memoria de Beatriz, esa joven que sin saberlo es el motivo por el que me involucré en la lucha por los derechos de las mujeres.
Hay quienes seguramente conocen la historia de Beatriz pero para quienes no, déjenme contarles sobre su hazaña que hasta hoy nos moviliza e inspira.
Con la Bea éramos contemporáneas, ella nació el 30 de octubre de 1990, en una comunidad rural de Usulután. A sus 19 años fue diagnosticada con lupus eritematoso sistémico, una enfermedad autoinmune que erróneamente ataca el tejido sano y puede afectar la piel, las articulaciones, los riñones, el cerebro y otros órganos.
Nuestra historia se cruza allá en 2013, yo vivía en uno de los municipios más violentos del país y mi historia de vida me acercó a un grupo de teatro que a través de sus obras buscaban sensibilizar a las jóvenes sobre la prevención de embarazos, ITS y VIH. Este espacio me dio la oportunidad de participar en un intercambio con colectivas de mujeres jóvenes feministas y quedé helada al conocer al clamor de una joven que ante un Estado y leyes que le restringían su derecho a la vida, no tuvo el temor de alzar su voz y exigir lo que ella y todes quienes la acompañaban consideraban justo: Beatriz tiene derecho a vivir.
En febrero de 2013 a Beatriz se le diagnosticó un embarazo de alto riesgo y cuando acudió al hospital por lesiones vinculadas al lupus, un ultrasonido reportó una malformación congénita en el feto, conocida como anencefalia. Al conocer el nulo pronóstico de vida del feto y las posibles complicaciones para su salud, Beatriz solicitó la interrupción del embarazo, pero el personal médico le explicó que eso no era posible en El Salvador.
Hasta 1998, la ley permitía abortar a mujeres que enfrentaban la misma situación que Beatriz, pero con el retroceso que significó la penalización, el Estado fue el verdugo que la mantuvo recluida por más de ochenta días en el hospital de maternidad. Por si fuera poco, padeciendo además el acoso de grupos conservadores que odian a las mujeres y se oponen a sus derechos, tratando de convencerla que lo que estaba pidiendo era un error.
Recuerdo muy bien que durante más de ochenta días experimenté mis primeras acciones como activista, mi primera vez en un plantón, en una marcha, en un volanteo, despojándome del pudor para desnudar mi cuerpo y hacer bodypaint… Fueron muchas primeras veces. El deseo y la rabia por la injusticia que atravesaba Beatriz me hizo viajar casi todos los días sin ninguna queja a San Salvador, y eso que no siempre tenía el dinero para movilizarme.
Diez años después, llega una nueva invitación para luchar por Beatriz, ahora ella no está físicamente entre nosotres, pero su legado de lucha y resistencia nos inspira para exigir un cambio real para las mujeres en El Salvador.
Hoy haciendo uso de la memoria histórica traemos al presente la fuerza de Beatriz, su causa nos convoca a movilizarnos ampliamente para denunciar que lo que vivió no puede repetirse y que la ley que prohíbe el aborto en El Salvador debe cambiar. Este próximo 22 y 23 de marzo se llevará a cabo en Costa Rica la audiencia en la Corte Interamericana de Derechos Humanos, una lucha que trascendió fronteras y que busca la justicia que le fue negada a ella y a su familia.
La causa de Beatriz nos convoca para decir con mucha fuerza nunca más. Despenalización del aborto ya. #JusticiaParaBeatriz.
*Activista feminista.