Por Sebastián Alonso y Lisa Buhl
La Justicia condenó a cadena perpetua a Gabriel David Marino por el asesinato de Diana Sacayán. Una sentencia histórica que reconoce por primera vez la figura de Travesticidio como un crimen de odio y violencia de género. La lucha de amigxs, familiares, compañerxs, diversas organizaciones sociales y políticas hizo posible este histórico resultado.
Cuando yo me vaya no quiero farsantes en mi despedida;
quiero a mis travas queridas, a mi barrio lumpen a mis herman*s
de la calle, de la vida y de la lucha.
Cuando yo me vaya sé que en algunas cuantas
conciencias habré dejado la humilde enseñanza de la
resistencia trava, sudaca, originaria. Diana Sacayán
Tras once audiencias, el pasado lunes 18 de junio se sintió en Tribunales un ambiente de tensión y mucha emoción, puesto que ese día lxs jueces del Tribunal Oral en lo Criminal Nº4 de la Capital Federal –Adolfo Calvete, Julio C. Báez e Ivana Bloch- dictarían sentencia a Gabriel David Marino, acusado de ser coautor del travesticidio de Diana Sacayán. En el pasillo decenas de militantes y organizaciones sociales estuvieron haciendo el aguante desde temprano. Asimismo, en la calle se realizó una radio abierta donde cientos de personas pudieron escuchar en vivo el veredicto.
Pasado el mediodía, luego de haber llamado a un cuarto intermedio, el tribunal leyó la sentencia a Gabriel David Marino, en la que se lo condenó “por ser coautor del delito de homicidio calificado por odio a la identidad de género y por haber mediado violencia de género a la pena de prisión perpetua”. Tanto dentro de la sala como en el pasillo y en la plaza de Tribunales los abrazos y llantos estallaron entre familiares, amigxs y compañerxs de Diana y diversas organizaciones y activistas presentes.
Las palabras que se compartieron en la radio abierta desde la Comisión de Justicia por Diana –Basta de Travesticidios- fueron de profunda emoción. Cientos de personas se encontraban en la calle esperando la llegada de familiarxs y compañerxs para recibirlxs con aplausos, carteles y abrazos compañeros. “Este es el mejor homenaje que le pudimos haber hecho a Diana y a todas las compañeras que fueron víctimas de travesticidios y que nunca jamás la justicia se ha pronunciado sobre eso”, declaró Say Sacayán.
Por la tarde, se realizó en el Hotel Bauen una conferencia de prensa en que Luciana Sánchez, Say Sacayán,Darío Arias (Conurbanos por la Diversidad) y Mariela Labozzetta expu-sieron sus impresiones y respondieron preguntas de los medios acerca del juicio y sus resultados. “Es muy importante para nosotrxs, la querella, haber conseguido las dos figuras (crimen de odio a la identidad de género y violencia de género), ya que la justicia considera que nuestras compañeras tienen derecho a su identidad de género, que la identidad travesti vale la pena ser vivida y tiene valor, y que tienen derecho a vivir una vida libre de violencia de género”, declaró la abogada Sánchez. “Estos crímenes no tienen otra razón más que el odio hacia la identidad travesti.” También se repasaron cuestiones relacionadas con el contexto político, la lucha por la aplicación del cupo laboral travesti-trans, la prostitución y el legado de Lohana Berkins.
Para cerrar esta jornada histórica, se realizó un ritual en las puertas del Palacio de Justicia en el que se homenajeó a todas las travestis asesinadas por el patriarcado, iluminando con velas sus nombres y fotos, agitando con cantos y gritos: “Las travas que vos mataste van a volver…”
Esta situación no sólo es histórica por los precedentes jurídicos sentados y porque nunca en la historia de nuestro país se había llevado a juicio el asesinato de una travesti bajo una calificación que reconozca su identidad de género (sólo cuatro asesinatos de travestis fueron llevados a juicio), sino también porque se trata de Diana Sacayán, una referente de los Derechos Humanos a nivel mundial que ha cambiado, junto a otras referentes como Lohana Berkins y Marlene Wayar, la realidad de un colectivo.
¿Quién fue Diana Sacayán?
Amancay Diana Sacayán nació en Tucumán en 1975, entre 15 hermanos y hermanas. Cuenta que “eramos tan humildes y dormíamos tan amontonadxs que podíamos participar de los sueños de nuestrxs hermanxs”. Siendo niña todavía, su familia emigró a Buenos Aires en busca de mejores condiciones de vida, asentándose en Gregorio de Laferrere. Allí, Diana inicia su militancia desde temprana edad, construyéndose orgullosamente travesti, a pesar de ser perseguida, detenida y maltratada innumerables veces por la fuerza pública por “contravenir el Código de Faltas de la Provincia de Buenos Aires”, que consideraba el travestismo como un crimen. Diana, además de militar por la libertad sexual y las identidades diversas, se reconocía indígena, feminista, comunista y abolicionista y fundó en 2002 el Movimiento Antidiscriminatorio de Liberación (M.A.L.), legado que hoy continúa su hermano Say. En su incansable lucha, no faltaba causa que abrazara porque sabía que “quién no cambia todo, no cambia nada”. Buscaba una transformación social profunda y desde la raíz para que todxs podamos ser libres. Con esta consciencia, se comprometió con la lucha de lxs trabajadorxs, de lxs sin trabajo, de lxs piqueterxs, del movimiento de mujeres e identidades disidentes, contra el CEAMSE, por el derecho al aborto, a la educación, a la salud, a la vivienda, a la tierra.
Luchó con decisión y mucha entrega por la Ley de Identidad de Género sancionada en 2012 y por el Cupo Laboral Travesti-Trans, proyecto redactado por ella y presentado varias veces ante la legislatura bonaerense hasta que fue aprobado en septiembre de 2015, apenas un mes antes de su asesinato. En particular el acceso a puestos de trabajo para personas trans y travesti fue un tema de especial preocupación para Diana, no solamente porque significa el ejercicio pleno de los derechos para todas aquellas personas que se apartan de la héteronorma y de las identidades binarias, sino también porque constituye una alternativa real y concreta a la prostitución a la que se ven empujadas la inmensa mayoría del colectivo trans y travesti, prácticamente sin posibilidad de elección. En reconocimiento a su trayectoria militante, fue nominada Defensora del Pueblo en 2012 y electa secretaria mundial alterna de la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex (ILGA) en 2014.
En 2015, fue asesinada brutalmente en su casa, mientras en Mar del Plata se realizaba el 30°Encuentro Nacional de Mujeres, al que Diana no pudo llegar.
Juicio
El juicio comenzó el 12 de marzo de 2018, pasados dos años y medio del asesinato de Diana Sacayán en octubre de 2015. Durante ese tiempo, familiares y compañerxs de Diana conformaron la Comisión de Justicia por Diana Sacayán -Basta de Travesticidios- y lograron junto a la abogada Luciana Sánchez llevar el crimen a juicio bajo la figura de travesticidio. Say Sacayán, hermano de Diana y coordinador del Movimiento Antidiscriminatorio de Liberación (M.A.L.), fue el querellante familiar, al igual que el INADI, que también se presentó como querellante del proceso judicial. La fiscalía estaba compuesta por Ariel Yapur y Mariela Labozzetta (UFEM).
Durante todo el proceso previo al comienzo del juicio, la Comisión de Justicia elaboró con mucha profundidad los fundamentos para poder enmarcar el asesinato de Diana en la figura de travesticidio ante la corte. También se realizaron diversas reuniones con organizaciones sociales y partidos políticos para poder llegar al juicio con la suficiente presión social.
Desde marzo hasta junio del 2018, en 12 audiencias se escucharon diversas voces que dieron información y pruebas acerca de la culpabilidad de Marino ante lxs jueces. En todo el proceso, declararon múltiples testigxs, entre ellas muchas travestis amigas y compañeras de Diana, familiares, compañerxs y expertas como la antropóloga social Amaranta Gómez Regalado. También se escucharon las palabras que Lohana Berkins declaró antes de morir.
Es necesario desatacar que los alegatos de las querellas y la fiscalía fueron palabras de mucho aprendizaje y convicción. En primer lugar, el excelente alegato de la querella familiar, representado por Sánchez, fue fundacional para los que vendrían luego: desplegó todas sus herramientas de una manera admirable y le relató al tribunal no sólo las razones por las que Marino debería ir preso sino que dio todas las explicaciones necesarias para que se comprenda con claridad cuál es la situación de exclusión y marginalidad de las travestis en nuestro país y por qué debería ser considerado un travesticidio. De la misma manera, el abogado del INADI, transitó las mismas conclusiones. Por último, el alegato de la fiscalía fue realmente de un gran trabajo de mano de Yapur y Labozzetta. Es la primera vez en la historia, que el Estado a través del Ministerio Público, integrado en esta instancia también con fiscales de la UFEM, aborda un crimen de estas características con la contundencia y contenido político y perspectiva de género dejando en claro que se trataba de un travesticidio. Todos los alegatos pidieron al Tribunal condena perpetua aunque disentían con algunos de sus agravantes, sentando así las últimas palabras que dirigieron el proceso a la sentencia que se esperaba.
Acompañamiento
Mientras duraban las audiencias puertas adentro, en la plaza frente a los Tribunales se realizaron intensas jornadas de acompañamiento y exigencia de justicia por Diana Sacayán con radios abiertas e intervenciones artísticas, llevadas a cabo por organizaciones sociales, partidos políticos, referentxs y activistas. Cada encuentro estaba acompañado de música en vivo, sténciles, gritos y abrazos. En cada encuentro, Diana estaba presente en toda la comunidad que exigía justicia frente al Palacio.
El 15 de mayo, el día que comenzaron los alegatos, se realizó como acto masivo un festival donde participaron conocidoxs artistas del ámbito como Sudor Marika, Kumbia Queers, Bife y Susy Shock, y dieron su voz diversxs referentxs políticos que se manifestaron exigiéndole a la Justicia el reconocimiento de la figura de travesticidio para este crimen y que se haga justicia por Diana. Este evento significó un hecho político importante para este proceso ya que diversas fuerzas políticas y activistas llenaron la plaza en un mismo grito de Justicia y con la alegre rebeldía que caracteriza la lucha.
Pionerxs
Hablar hoy de travesticidio es posible gracias a la conceptualización, las ideas y las revoluciones que nos dejaron Diana Sacayán, Marlene Wayar y Lohana Berkins cuando planteaban y problematizaban una y otra vez el asesinato violento de travestis y trans de la mano del patriarcado, identificándolos como crímenes de odio hacia la identidad y los cuerpos travesti-trans. De esta manera, las compañeras explicaron la violencia estructural y sistemática que recae sobre travestis y trans, siendo excluidxs por su identidad del acceso al trabajo, a la salud, a la educación y a la vivienda. A esto lxs compaerxs lo llaman travesticidio social, siendo que muchas travestis mueren por causas realmente evitables.
Todo este largo proceso, de mucha insistencia, lucha y dolor, formó parte también de una batalla cultural. El movimiento mediático, el encuentro entre organizaciones sociales, la solidaridad de quienes circularon por las inmediaciones de Tribunales durante las audiencias y, sobre todo, la palabra en primera persona de las compañeras travestis contando en cada espacio cuál es la situación que viven cotidianamente y exigiendo Justicia por Diana también marcó un precendente. “Ya no estamos en el banco de acusadas, ahora estamos del otro lado. El juicio de Diana es el juicio de todas las travas”, remarcaba Florencia Guimaraes.
Aunque no nos devolverá como pueblo la presencia de Diana, estas son instancias en las que comprobamos, una vez más, que luchar sirve y renueva la esperanza. Que la construcción que han tenido las compañeras travestis como Lohana, Diana, Marlene y muchas más nos han marcado un camino a seguir y han sido realmente revolucionarias en en búsqueda de libertad: libertad para los cuerpos, para decidir. Nos enseñaron que hay que “ser libres, ser desobedientes, ser fuertes, ser”. Y sobre todo, nos enseñaron que era sumamente necesario que se visibilice la situación de exclusión y marginalidad de las compañeras travestis y trans desde hace tanto tiempo. Que para ello era necesario salir a la calle a pelear contra el patriarcado, contra la Justicia, contra los machos violentos, contra la policía. Llenar las calles. Ellas crearon sus estadísticas, sus investigaciones y escribieron sus libros. Plantaron sus semillas para que la sociedad se transforme y que nuestras semillas, nuestrxs niñxs, sus cuerpxs y vivencias puedan ser un territorio de exploración posible de su identidad, su sexualidad y su deseo y que puedan aprender nuevas formas de estar en el mundo, de pensarse, de construirse, de sentirse. En este sentido, por todas las compañeras que cotidianamente son asesinadas por el patriarcado, por todas las que están y las que vendrán, esperamos sembrar hoy el mundo de Dianas y Lohanas, multiplicando su lucha, reinventando su ejemplo y sin detenernos hasta que sus ssueños se hagan realidad.
El acusado fue condenado por el Tribunal Oral en lo Criminal Nº4 de la Capital Federal por ser coautor del travesticidio de Diana Sacayán. Se considera una sentencia ejemplar e histórica, ya que es la primera vez que se condena el asesinato de una travesti con una condena perpetua considerando el crimen como un Travesticidio enmarcado en la figura de crimen de odio y violencia de género. Una vez más, la organización y la lucha de familiares, amigxs, compañerxs y de diversas organizaciones sociales y políticas dan resultados históricos.