Por Juan Pablo Cuello, desde Córdoba. El caso de Debora Sily conmocionó a Córdoba. Mientras una trabajadora sexual es asesinada brutalmente, en la provincia se consolida el femicidio con el delasotismo haciendo la vista gorda.
El sábado 24 de octubre por la madrugada Débora Sily, de 35 años, regresaba de trabajar a la pensión en la calle Entre Rios 199 del centro de la ciudad de Córdoba, donde vivía con su pareja Luis Eduardo Díaz y su hija.Tras una fuerte discusión con Diaz, de 44 años que incluyó golpes de puño, fue acuchillada brutalmente en el cuello, en el abdomen y en el pecho. Las estocadas que su pareja le propinó, desencadenaron hemorragias que provocaron la muerte de Débora. Su pequeña hija de 4 años fue testigo involuntaria de todo lo ocurrido.
Luego de haber asesinado a Débora, el agresor intentó escapar, pero pasadas algunas horas y con los testimonios de algunos vecinos, el personal de Homicidios logró la detención del culpable en la terminal de ómnibus de la localidad de Laguna Larga (a 55 km. de Córdoba capital). Actualmente se encuentra detenido y a disposición de la Justicia. “Al momento de la detención no dijo nada ni se resistió”, señaló el comisario inspector Victor Páez, a cargo de la investigación.
Crecen los femicidios en Córdoba
Con el brutal asesinato de Débora, ya son 19 los femicidios en lo que va del año en la provincia de Córdoba, superando la cantidad registrada en 2012 que, según datos oficiles, contabilizó 15 mujeres asesinadas.
La Asociación de Mujeres Meretrices de Córdoba -AMMAR CTA- señaló en un comunicado que Débora era afiliada de su organización y trabajaba de manera autónoma ofreciendo servicios sexuales.
ANMAR mencionó que los casos de violencia de género, abuso policial y femicidios que tienen como víctimas a trabajadoras sexuales (tal la identidad política y sindical que han adoptado) en la mayoría de los casos se mantienen impunes por los prejuicios machistas que imperan en los Tribunales. Andrea Machado, Sandra Figueroa, Susana Romero y la secretaria general de AMMAR Rosario, Sandra Cabrera, son algunas de las meretrices asesinadas por las que aún se reclama justicia, señalaron.
El gobierno de José Manuel de La Sota -que en las elecciones del pasado domingo mantuvo su liderazgo, aunque perdió unos cuatro puntos respecto de las PASO- se muestra inflexible en la aplicación del Código de Faltas que persigue la “prostitución escandalosa” callejera (art. 45) con hasta 20 días de arresto, mientras sigue gastando millones de pesos en publicidad con una Ley Provincial de Trata que aún no ha desarticulado ninguna red de tratantes o siquiera imputado a algún proxeneta.
Mientras, son las trabajadoras sexuales quienes sufren doblemente la violencia patriarcal: por ser mujeres y por el estigma machista que aún oprime su actividad. Es por eso que la organización AMMAR CTA exige que este crimen tenga “una condena ejemplar para terminar con años de impunidad y discriminación hacia el colectivo”. Por otro lado, también denuncian que el gobierno provincial, a través de la cuestionada Secretaría de Trata a cargo de la Dra. Amelia Chiofalo (a quien incluso Susana Trimarco supo exigirle la renuncia a fines de 2012), prometió ayuda a la familia de Débora para cubrir los gastos de sepelio pero finalmente “incumplió su palabra demostrando insensibilidad y mal desempeño frente al dolor que embarga a todos quienes conocían y querían a la compañera”, como señaló ANMAR.
Cabe destacar que desde AMMAR CTA y los familiares de la joven Yamila Cuello, desaparecida por una red de trata, vienen exigiendo a esta Secretaría que realice una declaración de lo que se está destinando a la lucha contra la trata, después de una investigación en el programa de televisión ADN que indicaba que el dinero destinado en el presupuesto provincial para esta causa era inflado y utilizado para otros fines.
Córdoba viendo siendo testigo del avance de un sistema políticamente perverso y socialmente patriarcal, donde hoy mujeres como Débora siguen siendo las víctimas del mañana. Que el femicidio no pare de crecer en Córdoba es síntoma del vaciamiento discursivo del gobierno provincial y de la ausencia de políticas públicas reales que superen el marketing electoral. Sólo hay palabras bonitas mientras la Justicia archiva las causas feministas. Desde 1998 el delasotismo gobierna la provincia y en el discurso del domingo 27, a horas de conocer los resultados electorales, el gobernador repitió que es necesario “reconciliar a la gran familia argentina”.